La Jornada 20 de febrero de 1998

Zedillo: el Ejército no reprimirá a nuestros hermanos indígenas

Rosa Elvira Vargas y Jesús Aranda Ť El Ejército Mexicano será garante del diálogo y evitará siempre caer en las provocaciones de quienes no tienen reparos en utilizar como ``carne de cañón'' a mujeres y niños indígenas para buscar la represión y satisfacer así ``su perverso propósito de alimentar el conflicto y la división'', aseguró el presidente Ernesto Zedillo y reiteró: ``nuestras fuerzas armadas son un ejército para la paz''.

Al cumplirse ayer 85 años de la institución, por Venustiano Carranza, del Ejército Nacional, el titular del Ejecutivo habló en el Heroico Colegio Militar. En clara alusión al conflicto en Chiapas, tres veces aludió a las provocaciones que, aseguró, enfrentan las fuerzas armadas. Como respuesta, señaló, encontrarán permanentemente un Ejército templado en la firmeza, en el arrojo y en la bravura, pero también prudente, sereno, disciplinado y paciente.

``Hoy reafirmo que nuestras fuerzas armadas no caerán en las provocaciones de quienes quisieran ver a nuestro Ejército reprimir brutalmente a nuestros hermanos indígenas para así satisfacer su perverso propósito de alimentar el conflicto y la división entre los mexicanos'', dijo.

``El de los mexicanos es un Ejército cuyos mandos y cuya tropa ya conocen las tácticas de la provocación y sabrán resistirlas'', resaltó Zedillo ante los altos mandos militares --con excepción del secretario de la Defensa, Enrique Cervantes Aguirre, convaleciente de una intervención quirúrgica--, la mayoría de los miembros de su gabinete, legisladores, directivos de periódicos y columnistas, así como varios centenares de oficiales, soldados y cadetes de los diversos planteles militares.

Tradicional en el Día del Ejército, el desayuno de ayer fue breve. Sólo intervino el Presidente y para amenizar se escucharon las notas de la orquesta y coros del instituto armado. Al término del mensaje de Zedillo y terminados ya los aplausos de la mayoría de los militares, en las mesas que ocuparon los miembros del gabinete, los generales y otros invitados, las palmas se prolongaron todavía algunos segundos.

El Ejército, aseguró de entrada el primer mandatario, respalda la voluntad popular de construir la democracia con los únicos medios posibles: el diálogo, el respeto y la observancia de la ley. Todos los ciudadanos saben que las fuerzas armadas actúan con apego a la ley y a un riguroso código ético.

``De ahí que --continuó el Presidente-- en su misión de proteger la presencia de nuestras instituciones en todo el territorio nacional, el Ejército Mexicano coadyuvará a apoyar a quienes más carencias sufren, será garante del diálogo y no caerá en provocaciones''.

También resaltó que con absoluta fidelidad a la nación y a sus instituciones, con una inquebrantable vocación por la concordia entre los mexicanos y con respeto a los derechos humanos, el instituto armado ``apoya decididamente el esfuerzo por hacer valer el diálogo, la tolerancia y la negociación para que las leyes y la democracia imperen en todo el territorio nacional''.

Sin hacer explícito que se refería a Chiapas ni al EZLN, el Presidente expresó: ``Hoy reafirmo que quienes no tienen reparos en utilizar a mujeres y niños indígenas para sus provocaciones, y no se detendrían a usarlos como carne de cañón, encontrarán siempre un Ejército templado en la firmeza --¡sí!-- pero también en la prudencia; un Ejército templado en el arrojo --¡sí!-- pero también en la serenidad; un Ejército templado en la bravura --¡sí!-- pero también en la disciplina y en la paciencia''.

El pueblo valora la ecuanimidad

En su respaldo sin cortapisas al Ejército, del que reiteró sentirse ``profundamente orgulloso'' por ser su comandante supremo, Ernesto Zedillo aseguró también que el pueblo aprecia y admira el temple de los militares, y que todos quienes desean la solución pacífica de los conflictos valoran el carácter, la ecuanimidad y la fortaleza de cada soldado mexicano. De igual modo, dijo que las fuerzas armadas se han distinguido por ser institucionales, legítimas y populares, y que son garantes de la soberanía nacional, baluarte de las libertades y defensoras de las instituciones de la República.

Afirmó también que las fuerzas armadas comparten la ``resuelta voluntad'' de todos los mexicanos de dar plena vigencia al estado de derecho, de vivir en un país en el que nadie pueda estar por encima de la ley ni quede fuera de su amparo. ``Con probidad patriótica, el Ejército ha mostrado, con claridad y con responsabilidad, su determinación de combatir la impunidad, trátese de quien se trate'', dijo.

De acuerdo con el jefe del Ejecutivo, los mexicanos están orgullosos de contar con un instituto armado ejemplar, honesto, hermanado con el pueblo que le da raíz y sentido; hondamente identificado con los valores de la independencia, la soberanía, la justicia y la democracia, base de la unidad de México. No hay dificultad --apuntó también-- que debilite su decisión de servir sin descanso al pueblo del que forma parte cuidando las fronteras; llevando auxilio, medicamentos y abrigo a la población ante sismos, huracanes y erupciones; apagando incendios en la montaña y reforestando los bosques; respaldando con su permanente labor social el esfuerzo y la esperanza de quienes más apoyo necesitan; participando en la lucha contra el narcotráfico que amenaza la seguridad de todas las naciones, incluso las más ricas y poderosas. En suma, apuntaría, ``con la entrega de nuestro Ejército a los objetivos que nos identifican, los mexicanos seguiremos avanzando en la construcción del país enteramente democrático, más productivo y más fuerte que todos anhelamos''.