El avance de la medicina en México, circunstancial; necesita una metodología evolutiva
Patricia Vega Ť Mientras que en países como Estados Unidos es común que los médicos acudan a unidades de adiestramiento para practicar en cadáveres las técnicas que posteriormente aplicarán en pacientes vivos, en México tradicionalmente han conocido dichas técnicas quirúrgicas mediante el método del ensayo y el error: acumulan experiencia a través de pocos éxitos y muchos fracasos en pacientes que tuvieron que pagar caro la curva de aprendizaje de los cirujanos.
Al mismo tiempo, la velocidad en la modernización de la medicina es
tal que obliga a los galenos a evolucionar conjuntamente, para no
quedarse a la zaga de los adelantos tecnológicos que caracterizan a la
medicina contemporánea. No es que no estén preparados, sino que
constantemente se inventan técnicas nuevas que exigen la
actualización.
Este es el contexto que rodea a la constitución de la Unidad de Adiestramiento Quirúrgico que desde hace dos años funciona en la Facultad de Medicina de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), cuyo propósito es proporcionar a los médicos un lugar donde puedan aprender y practicar las técnicas quirúrgicas de vanguardia en cadáveres frescos.
Modernidad vs tradición
Gracias al apoyo de Smith & Nephew, compañía que donó seis equipos de artroscopia -no hay ningún hospital de Latinoamérica que los tenga-, la UNAM cuenta con todos los adelantos para poder impartir ese tipo de enseñanza.
A partir de su propia experiencia en unidades similares de Estados Unidos, el doctor Javier Lozano Pardinas, especializado en ortopedia y traumatología, fue el impulsor de la idea de constituir dicha Unidad de Adiestramiento Quirúrgico. La propuesta encontró eco en el director de la Facultad de Medicina, el doctor Alejandro Cravioto, y en el doctor René Drucker, titular del Departamento de Fisiología de dicha dependencia.
Entrevistado en su consultorio, Lozano Pardinas explica las características de un proyecto único en su género en Latinoamérica:
``La medicina moderna es cada vez más sofisticada, difícil y precisa; utiliza aparatos diferentes a los de la medicina que, nosotros como cirujanos, habíamos estudiado tradicionalmente. Así que en la actualidad ya no es suficiente con que el médico tome un bisturí en sus manos, corte y prosiga con los pasos necesarios para resolver un problema. Las nuevas técnicas quirúrgicas son lo que nosotros llamamos de `mínima invasión', es decir, se trata de agredir al paciente lo menos posible. Y para hacer ese tipo de cirugía se necesita una preparación especial; pero el problema había sido que, en la mayoría de los casos, los médicos mexicanos se han visto en la necesidad de aprender en los propios pacientes.''
-Siendo un proyecto tan importante, ¿por qué no se había llevado a cabo antes?
-No lo sé, imagino que alguien lo habrá intentado. En ocasiones pensamos que la medicina tiene un proceso evolutivo en el que los médicos participan activamente de manera natural; empero, la realidad es otra: muchas veces ese tipo de proyectos aparece por cuestiones circunstanciales y no como consecuencia de dicho proceso evolutivo. La Unidad de Adiestramiento Quirúrgico debió haberse formado en México hace unos cinco o siete años. Lo ideal sería que el avance de la medicina en este país dejara de ser algo circunstancial y se transformara en una metodología evolutiva de la medicina.
Proyecto multiplicable
-¿Quiere usted decir que no hay una política definida de desarrollo
científico que busque la actualización, en este caso, de los médicos
cirujanos?
-No lo creo. Como le decía, fue algo circunstancial: tuve la oportunidad de conocer esos centros en Estados Unidos, y la de conocer a los doctores Cravioto y Drucker y entusiasmarlos con una idea que recibió su apoyo inmediatamente.
-¿Cuáles son las cirugías de ese tipo más frecuentes?
-Los otorrinos utilizan mucho equipo de amplificación, la laparoscopia -pequeños orificios donde introducen una especie de cámara de video para seguir los movimientos del galeno a través de un monitor- es cada vez más frecuente entre los cirujanos de abdomen, que hacen ese tipo de intervenciones para resolver problemas como los de la vesícula, por ejemplo.
``El cirujano ortopedista, como es mi caso, recurre a la artroscopia: un procedimiento en el cual introducimos un lente de 4 milímetros dentro de una articulación -hombro, rodilla, muñeca, tobillo-, hacemos otro orificio del mismo tamaño y por ambos resolvemos problemas que antes obligaban a que el paciente tuviera una incisión enorme que provocaba, además de un problema estético, mayores adherencias, dolor e incapacidad funcional; cirugías que hace 10 años hacían que el paciente se quedara dos o tres días en el hospital y después otros seis más en su casa, actualmente las realizamos y el paciente se va el mismo día y tiene un proceso de rehabilitación más rápido.''
-¿Cómo son esos cursos?
-Normalmente los hacemos con no más de 12 médicos cirujanos y tienen una duración de dos días. Partimos de la base de que son cursos para especialistas que quieren actualizarse, no para estudiantes de medicina. Uno comparte con ellos una nueva técnica quirúrgica, pero la patología y los procedimientos usuales ya son del dominio del grupo. Eso nos permite un intercambio de conceptos médicos, ir creando protocolos y unificando criterios para la forma de tratar al paciente.
``Pero el objetivo de esta Unidad de Adiestramiento Quirúrgico también está enfocado hacia la investigación: busca integrar un equipo multidisciplinario -médicos, diseñadores industriales, ingenieros, físicos- cuyo propósito sea diseñar una técnica quirúrgica, un aparato o una prótesis nueva, y que requiera ser probada en un cadáver -que será tratado con todo el respeto del mundo-, con el fin de verificar su funcionamiento.
``Por otro lado, hemos establecido para los estudiantes el acceso a la medicina moderna mediante esos cursos, y su entusiasmo por llegar al aula de la Unidad de Adiestramiento Quirúrgico es inmenso, ya que se les da el mismo trato que a los médicos especializados.
``La idea es que el proyecto crezca mediante la multiplicación de unidades similares en otras universidades del país, con el fin de que el mayor número posible de médicos pueda acercarse a un cadáver para entrenarse y practicar las nuevas técnicas quirúrgicas. Las instituciones del sector salud podrían invitar a sus médicos para que lleven cursos de ese tipo que, finalmente, redundarán en beneficio de los pacientes.''
(Los médicos cirujanos interesados en los próximos cursos de artroscopia pueden pedir informes al teléfono/fax 523-51-26.)