El plan Barnés, a revisión de un renovado Consejo Universitario
Claudia Herrera Beltrán Ť Los proyectos de reforma del rector de la UNAM, Francisco Barnés, serán sometidos a partir de hoy al escrutinio de un Consejo Universitario cuyos nuevos integrantes representan mayor pluralidad de la comunidad.
Ante la toma de posesión de 160 de 211 consejeros que integran ese órgano colegiado, el rector Barnés consideró positivo que se exprese la diversidad de posturas, porque la máxima casa de estudios ``forma gente para pensar y no clones''.
En el proceso de elección de los nuevos consejeros universitarios, el sector estudiantil que defiende posturas críticas e independientes logró más posiciones de las que históricamente había conseguido. En esta ocasión, los 54 alumnos (27 propietarios y 27 suplentes) representan diferentes expresiones que no se identifican con un grupo en especial, como sucedió antes con el Consejo Estudiantil Universitario y el Comité Estudiantil Metropolitano.
Sin embargo, el primer bloque de consejeros alumnos hizo su aparición en días pasados, cuando un grupo de 27 suplentes y propietarios hicieron un pronunciamiento conjunto contra la consulta del proyecto de Plan de Desarrollo de rectoría. Falta definir si se mantendrán unidos porque muchos de ellos representan a corrientes de izquierda o independientes que podrían no ponerse de acuerdo.
La posición que adoptará la mayoría de los académicos e investigadores, que representan en conjunto 40 por ciento de la votación, aún es incierta, sin embargo ya se distinguen algunos profesores que han emitido opiniones críticas a la administración de Barnés, entre ellos se encuentra el politólogo Octavio Rodríguez Araujo y Carola García Calderón, profesores de la Facultad de Ciencias Políticas, y los independientes, como el profesor Agustín Demeneghi Colina, de la Facultad de Ingeniería.
El resto del consejo está integrado por dos representantes de los trabajadores sindicalizados con derecho a un voto, 49 directores de facultades, escuelas e institutos que por lo general se alinean a la postura institucional; así como por el secretario general y el rector, que funge como presidente del Consejo Universitario.
Nueva pluralidad
A este panorama se enfrentarán las autoridades universitarias que en principio conocerán la opinión de los consejeros sobre el Plan de Desarrollo 1997-2000 y acerca del proyecto de reorganización de la UNAM en campus. Y en el resto del año, podría ponerse a discusión el asunto más polémico que se refiere al aumento de las cuotas, que definirá aún más las posiciones en el órgano de representación universitaria.
Aunque el proceso de elección de la mayoría de los consejeros universitarios es mediante voto libre y secreto, en cada proceso electoral no faltaron las impugnaciones. El consejero alumno Bernardo Bolaños dijo que sigue habiendo una injerencia de rectoría en las elecciones y un bloqueo a los aspirantes críticos.
Otros consejeros alumnos que adelantan su postura favorable a lo que ha realizado Barnés en un año, como Paulo César Granados, de la ENEP Aragón, dicen que existen evidencias de que en algunas ocasiones las autoridades ``meten las manos'' en el proceso de elección.
Al respecto, Barnés aseguró que ``la rectoría se encarga de promover que haya elecciones absolutamente transparentes y democráticas, y se queda satisfecha cuando esto ocurre''.
No obstante, otro punto cuestionado por los consejeros se refiere a que los directores de las dependencias ocupan un lugar en el Consejo Universitario en el momento en que son designados en el cargo. ``Ellos tienen pase automático'', apunta Bolaños, y critica que su designación como directores no es producto de un proceso de elección en el que participe la comunidad, sino una decisión de la Junta de Gobierno.
En círculos universitarios se observa que las autoridades perdieron posiciones en el Consejo Universitario, ya que los directores de escuelas y facultades no intervinieron activamente para promover a sus candidatos, como ocurría antes. Ello se desprende de que algunos directivos no forman parte del equipo de Barnés y otros están cerca o concluyeron su gestión.
Para Pérez Pascual, la heterogeneidad en la representación es deseable porque la comunidad universitaria es muy diversa: ``no está compuesta o dividida en tres o cuatro fracciones'', dice, y prevé que en el corto plazo aparecerán los naturales liderazgos.
Durante el rectorado de José Sarukhán, según apuntan especialistas en política universitaria, se lanzaba una campaña seis meses antes de la elección de consejeros para promover la participación de la comunidad estudiantil.
Como ocurrió en gestiones pasadas, el primer punto de controversia con los consejeros opositores será la integración de las nueve comisiones de ese órgano colegiado. José Luis Cruz, consejero por la Facultad de Ingeniería, adelantó que pelearán porque las autoridades universitarias ``dejen de imponer'' la conformación de las comisiones y esto se defina de acuerdo al perfil académico de los representantes.
Ante los cuestionamientos que han hecho algunos consejeros universitarios contra el excesivo trabajo en comisiones, porque deja poco margen de acción a la plenaria, Pérez Pascual señaló que la organización en torno de las comisiones asegura un trabajo democrático y no la improvisación.