Las policías de la capital, utilizadas como ``negocios'', acusa Desfasioux
Bertha Teresa Ramírez Ť La inseguridad en calles y avenidas de la ciudad atenta contra las industrias, cuyos ramos más afectados son el farmacéutico, el de alcohol y el electrónico, ante los constantes asaltos que ocurren durante la transportación de productos, aseveró el presidente del Capítulo México-Metropolitano de la Sociedad Internacional de Profesionales en Seguridad, Alejandro Desfasioux.
Dijo que el gobierno actual debe corregir la ``desviación'' que la Secretaría de Seguridad Pública ha decidido en la policía capitalina, al desplazar a la mayor parte de su personal a servicios privados de seguridad.
``Se ha utilizado a la Policía Bancaria e Industrial y a la auxiliar como negocios y empresas que funcionan al margen de la ley, porque al dar servicio en forma particular sus servicios se convierten en un negocio, y esto no es su función'', agregó.
La Policía Auxiliar tiene un promedio de 35 mil elementos; la Bancaria, 15 mil; es decir, que entre estas dos cuentan en promedio con 50 mil miembros que están empleados en servicios privados, mientras que sólo 20 mil de los preventivos se utilizan en la vigilancia de las calles de la ciudad, cuando la mayoría deberían de estar protegiendo a los ciudadanos.
De 1992 a 1998, las empresas de esos rubros en la ciudad han debido incrementar 32 por ciento anualmente la demanda de servicios de seguridad privada para resistir los impactos de la delincuencia, que a la par han ido en aumento. Actualmente los gastos invertidos por las industrias en seguridad incrementan 5 por ciento los precios de sus mercancías al consumidor.
El problema se ventila actualmente al grado de que empresas internacionales antes de abrir oficinas en México verifican qué costo adicional va a tener la inseguridad en la ciudad.
Pequeñas empresas que debían transportar mercancías, de plano han tenido que cerrar porque no pudieron soportar el impacto de la delincuencia sobre sus negocios, así como el aumento de primas en seguros; en estos momentos, 90 por ciento de las compañías importantes en el DF contratan seguridad privada para evitar asaltos a sus inmuebles y transportes.
Para este funcionario privado la falta de una policía fuerte y la implicación de uniformados o ex agentes en los actos delictivos ha generado una mayor acción de la delincuencia. Antes había una policía totalmente represora que hacía que los infractores le tuvieran miedo a esa policía; tal fue el caso de corporaciones como la DIP, pues el hampa temía ser detenida por ésta, y hoy, con la intervención de derechos humanos, la policía represora desapareció, pero no hubo leyes que equipararan la fuerza que perdieron los cuerpos de seguridad.
Por otra parte, es todo un reto, dijo, combatir la corrupción de la policía y puso por ejemplo la acción del ex procurador Antonio Lozano Gracia, cuando se dio de baja a 2 mil uniformados, quienes se ampararon y ``actualmente están a disposición de personal; permanecen en sus casas esperando órdenes; sin embargo, conservan su arma y su credencial''.
Señaló que en la ciudad de México operan 650 empresas de seguridad, de las cuales sólo operan con calidad un promedio de 40. El deficiente servicio que ofrecen algunas compañías se debe, en parte, a que los requisitos para la instalación de éstas no son difíciles de reunir, basta con que pequeñas empresas presenten expedientes del personal, que tengan su acta constitutiva y que cuenten con un programa de capacitación, no importa si ``cuentan apenas con una oficina de 40 o 50 metros cuadrados, sin estructura financiera, ni logística de apoyo''. Dijo que en el Consejo Nacional de Seguridad Privada existen 56 empresas, 22 de las cuales operan en la ciudad de México. ``Calculamos que a nivel nacional esta industria le da empleo a 400 mil personas, lo cual incluye a la seguridad interna de bancos'', añadió.
Desfasioux, quien ayer tomó posesión como presidente de la Sociedad Internacional de Profesionales en Seguridad, dijo que uno de los problemas que enfrentan estas empresas es la falta de una legislación transparente, pues el DF legisla por un lado y la Secretaría de Gobernación opera por otro, y a veces las leyes se contraponen; por ejemplo, la de Seguridad Nacional dice que las empresas de seguridad privada bajo ningún motivo podrán ser consideradas para dar servicio en la vía pública, pero en el último decreto que expidió la pasada administración establece que las compañías privadas podrán apoyar a la policía cuando así lo requiera, lo cual es una verdadera aberración.