Néstor de Buen
Mañas inteligentes

He leído por encima las noticias de Puebla, y en particular las referencias a la decisión de la Legislatura local de otorgar una especie de carta abierta al gobierno del estado para decidir la aplicación de los fondos destinados a los municipios, al parecer, no en función de los datos de la población sino de las necesidades sociales cuya calificación se reserva al propio gobierno estatal.

Comprendo, entiendo y asimilo las furias panistas frente a esta maniobra de Manuel Bartlett, ya que los municipios afectados serán los que gobierna el PAN y los beneficiados con generosas aportaciones sociales los que controla el PRI. Una pura y casual coincidencia.

El problema es que los cambios que se han producido en el país a partir del 6 de julio son tan notables que no nos puede llamar la atención una medida política como la que Manuel Bartlett, con particular habilidad, ha puesto en práctica. Recordemos la efímera alianza entre el PRD y el PAN que revolucionó a la Cámara de Diputados, y la salida hacia adelante del PAN en su alianza presupuestal con el PRI, que dejó al PRD colgado de la brocha.

Hoy las cosas son diferentes. En el PRI se hace evidente que la vieja figura del tapado, con una reunión tripartita de los sectores para comunicar los resultados de la supuesta consulta popular y decidir la propuesta de candidato presidencial, ha pasado a la historia. Ahora hay que ganarse la candidatura desde mucho antes y no es pecado intentarlo. El modelo, excelente por otra parte, lo ha puesto en juego Vicente Fox y es difícil que alguien dude de que Cuauhtémoc Cárdenas es ya el precandidato para el año 2000.

Bartlett, con un colmillo político así de largo y sobra de inteligencia, simplemente ha ejecutado un jaque, que no es mate pero sí inquietante; el PAN, sorprendido por la habilidad del contrario, lo único que se ha atrevido a reclamar es una supuesta inconstitucionalidad de la medida que, en todo caso, sería materia de un recurso jurídico: controversia constitucional que, si no estoy equivocado, tendría que resolver la Suprema Corte de Justicia.

La jugada es hábil, porque de un lado se maneja el tema económico que coloca a los municipios panistas en estado de necesidad, y del otro una especie de nueva Solidaridad. ¿Habrá alguna relación con la no tan olvidada Solidaridad antigua que permite comprar apoyos para los que nuestra gente apurada económicamente siempre estará dispuesta a colaborar? Si el municipio no puede, en el futuro, cumplir sus planes de desarrollo, no duden ustedes a qué partido le echará la culpa. Y si puede, en cambio, disfrutar de beneficios sociales, también será fácil deducir a quién le estará agradecido.

¿Qué no se trata, precisamente, de una jugada limpia, entre caballeros? Por supuesto que no. Pero sería tonto considerar que esas estratagemas y otras por el estilo que pueden presentarse, no se van a dar en función de un código de moral política que no existe ni nadie pretendería poner en vigor.

Es claro que el PAN, dueño de varios estados, podría desquitarse y no dudo que intentará hacerlo. Pero en esto es como en materia fiscal: el gobierno lanza cada año su miscelánea tratando de superar los recovecos que se inventan los fiscalistas en beneficio de los causantes y, en menos que canta un gallo, ya están en juego nuevos procedimientos para no pagar legalmente o no tan legalmente los consabidos impuestos.

Lo cierto es que hay que reconocerle a Manuel Bartlett que se ha apuntado un buen gol.