Aprobó la ALDF el plan financiero para la capital
Juan Antonio Zúñiga M. Ť Con los votos en contra de las fracciones del PRI y del PAN, pero con la aprobación de una mayoría perredista que reivindicó su autonomía respecto del poder ejecutivo local, la Asamblea Legislativa del DF aprobó el Código Financiero que sustentará jurídicamente la política económica del primer gobierno electo de la ciudad de México durante su primer año de gestión.
La mayoría perredista sorprendió al pleno con la clarificación de que la tarifa de agua para los habitantes de menores ingresos de la capital se mantendrá igual que en 1997, en beneficio de más de un millón de personas, y dejó en claro que la decisión de rechazar la petición de discrecionalidad en el manejo y asignación de recursos presupuestales solicitada por el jefe de gobierno, Cuauhtémoc Cárdenas, fue adoptada por los legisladores y diputados del PRD.
La última batalla presupuestal dio inicio en punto de las 20:22 horas de ayer, después de 480 minutos de deliberaciones ininterrumpidas en que los legisladores locales habían agotado 8 de los 15 puntos agendados y que, pese a la prisa, les permitió exponer, discutir y resolver iniciativas, puntos de acuerdo y hasta reflexiones personales, sin que ninguno se viera impedido de hacer uso de la tribuna en los tiempos estipulados.
Crítica y defensa
Las críticas fueron duras, pero la defensa perredista, en particular a cargo de Francisco Chiguil Figueroa, presidente de la Comisión de Hacienda, fueron contundentes y emotivas, sin llegar a la agresión.
Pero las minorías opositoras del PRI y PAN tampoco confundieron firmeza con agresividad, aunque no faltaron algunos epítetos para subrayar la energía de sus posiciones.
Por parte del PRI, Luis Miguel Ortiz Haro inició la ofensiva y en alusión a la carga de trabajo del que fue prácticamente último día de sesiones de la primera Legislatura de la ALDF, dijo a la mayoría perredista:
``Parece que el método al vapor les resulta muy lento y, por ello, en un derroche de modernidad, pretenden cocinar las iniciativas en horno de microondas, a lo mejor se trata de la transición a la que tanto gustan referirse''. Después de aclarar que el único interés del grupo parlamentario del PRI es el de los ciudadanos', Ortiz Haro hizo una queja, un reclamo y una justificación. La primera se refirió al retiro de los artículos que daban discrecionalidad en el manejo de los recursos presupuestales al gobierno capitalino.
``El apego a la legalidad no es dádiva ni se negocia, es una obligación, aunque la mezquindad política que ha caracterizado a la mayoría (perredista) les impide reconocer que esos cambios se hicieron contra su voluntad y a iniciativa de mi partido'', dijo.
El reclamo consistió en que por lo menos ocho propuestas planteadas por la fracción priísta ``no fueron tomadas en cuenta'' para introducirse en los dictámenes económicos que fueron presentados al pleno. Y la justificación fue sobre las críticas que se les hicieron a sus posturas irreductibles.
En este sentido, expresó: ``Era sólo el pago a la legalidad y la exigencia de que se cumplan las ofertas de campaña''. Ahora entendemos las críticas --puntualizó--, pues los hechos nos han demostrado que en la mayoría de esta Asamblea todo es reductible por sí mismo, ``sobre todo la capacidad política de esta mayoría sorda, seguidista y acrítica''.
La defensa de las posiciones de la mayoría perredista se convirtió en realidad en una contraofensiva, en la voz de Francisco Chiguil en la tribuna parlamentaria. De la tez morena y baja estatura corporal dentro de un traje que parecía no contenerlo con holgura, el presidente de la Comisión de Hacienda inició: ``Están molestos, están irritados, porque hoy la política fiscal y financiera de esta ciudad está determinada por una nueva mayoría y seguramente que el complejo existe''.
Si no la práctica parlamentaria, sí la de dirigente social le dio tono al tribuno. ``Para nosotros es de vital importancia que el gobierno de esta ciudad tenga los recursos para hacer la gran obra social que los señores de la antigua mayoría no fueron capaces de hacer en más de 60 años de gobierno''.
La exposición de Chiguil, corta, fue en ascenso. ``Están molestos porque estaban acostumbrados a hacer lo que el Poder Ejecutivo local decidía. Hoy les hemos demostrado que este Poder Legislativo es autónomo y hoy recuperamos la soberanía de esta Asamblea, a través de las modificaciones que hicimos independientemente de la decisión del gobierno local. Hoy les demostramos que estos jóvenes inexpertos fuimos capaces de no legislar a favor del Ejecutivo''. Remató: ``Por ello es importante y poco ético exigir definiciones mayores que no exigieron en otros tiempos, por aquellos en que tuvieron el poder, cuando tuvieron facultades y que renunciaron en su momento a la oportunidad de transformar y de servir a las clases populares''.
Quizá no fue alianza, pero sí coincidencia la que tuvieron el PRI y el PAN ayer en la Asamblea Legislativa. Cualquiera de las dos que haya sido funcionó, pero perdió.
La minoría panista mantuvo su irreductible posición de encontrar lo que en su opinión ha sido una disociación entre las promesas de campaña y los hechos. Jesús Galván llevó la batuta del albiazul en la tribuna. Planteó: ``Mucho en nuestro país se ha dicho de la falta de credibilidad. En gran medida el deterioro de la credibilidad se debe a las expectativas que se levantan con las promesas electorales y su incumplimiento reiterado por quienes eventualmente ocupan el poder''.
La línea anunciada de antemano no cambió y al referirse a los legisladores de la ALDF expresó largo y tendido: ``En el dictamen se asientan aseveraciones que estoy seguro no podrán sostenerse ante conciencia por muchos de nosotros, porque no tienen correspondencia alguna con la realidad; así, por ejemplo, se dice que las modificaciones dan sustento a las acciones financieras del nuevo gobierno, en una perspectiva que inicia cambios importantes en la vida social, económica y cultural de nuestra comunidad y en donde se tendrán que expresar y concretar viejas y sentidas preocupaciones de la ciudadanía. Yo pregunto ¿cómo ayudarán estas modificaciones a expresar y concretar viejas y sentidas preocupaciones de la ciudadanía?''.
La votación llegó. El Código Financiero, que constituye el principal soporte legal de la política económica del gobierno capitalino para el próximo año, quedó aprobado por el pleno en lo general con 38 votos a favor del PRD y el Partido del Trabajo; 20 en contra del PRI y el PAN, y 1 abstención, la del diputado independiente Alejandro Rojas Díaz-Durán. Al cierre de esta edición, iban en el punto 9 de 15.