La Jornada 22 de diciembre de 1997

Los coacusados de La Quina confían en que Pemex les dará su jubilación

Gustavo Castillo García Ť La esperanza del futuro nacerá cuando estemos libres, cuando las autoridades nos dejen volver a la vida; mientras tanto continuaremos teniendo fe en las autoridades y en la promesa que le hicieron a Joaquín Hernández Galicia, de que pronto seremos liberados, afirmó Nicolás Cárdenas, uno de los seis coacusados de La Quina, el ex dirigente sindical de los petroleros.

En entrevista, cuatro de ellos afirmaron que a su salida de la cárcel solicitarán a Petróleos Mexicanos (Pemex), a través del sindicato, su reinstalación laboral.

Fidel Cárdenas, Ignacio Zúñiga González, Mauro Estrada Cruz y Nicolás Cárdenas, confían en que podrán obtener la jubilación por parte de la empresa paraestatal, que a las 72 horas de haber sido detenidos el 10 de enero de 1989 en Tamaulipas, les informó que su situación laboral quedaba suspendida hasta que se definiera su problema jurídico.

La entrevista con cada uno de ellos se realizó dentro de sus actividades normales en un día de visita familiar en el reclusorio. Uno hace mandados a las ratas ricas del dormitorio nueve; otro, trabaja como mesero y cocinero en uno de los restaurantes de las áreas de visita familiar y los restantes disfrutan de la llegada de parientes y amigos.

Nicolás Cárdenas fue calificado por algunos canasteros -internos que ayudan a los visitantes a cargar sus canastas o bolsas de alimentos- como ``el más jodido'', ya que se encarga de cumplir los mandados de los reos que habitan el dormitorio nueve, en el cual estuvo el ex fiscal especial, Pablo Chapa Bezanilla y donde se encuentran algunos grandes defraudadores, asaltabancos e incluso un ex funcionario de la Procuraduría General de la República.

Fidel Cárdenas atiende las actividades de la cocina de un restaurante.

De manera explícita expuso las aspiraciones de sus compañeros: ``regresar a trabajar a Pemex hasta alcanzar la pensión. Esperamos la comprensión de las autoridades de la empresa''.

Dijo que no temen encontrar resistencia de los nuevos dirigentes sindicales y especialmente de Carlos Romero Deschamps, secretario general el STPRM, ya que ``nunca tuvimos una destacada participación sindical que lo haga temer; sólo queremos reincorporarnos a nuestros antiguos trabajos''.

Mauro Estrada Cruz teme hablar

Ignacio Zúñiga, quien laboró como jardinero en la casa de La Quina, prefiere hacer, según indicaron, ``otras actividades menos fletadas. Tiene un poco más de dinero y ello se lo permite''. La versión que dan de él los canasteros es que ``él vivió siempre a la sombra de don Joaquín, por eso tenia buena vida, pero ahora que se fue no se haya, pero algo de dinero le quedó''.

Respecto a su posible ocupación una vez que sea liberado, Zúñiga González, dijo: ``no lo he pensado, prefiero esperar, pero no sé que voy a hacer, no me importa pensar sobre ello en este momento''.

Mauro Estrada Cruz, ex escolta de quien fuera líder del Sindicato Petrolero, goza en su dormitorio de una decoración sin grandes lujos, pero que le permite separar su baño con tablas de triplay y cubrir la parte externa de su celda para no ser observado. Porta algunas alhajas.

Estrada Cruz pidió no ser entrevistado; sin embargo, atento, entreabrió la puerta de su dormitorio y dijo: ``no quiero hablar, porque lo que ahora pueda decir a lo mejor después será usado para mantenernos más tiempo aquí''.