La Jornada 22 de diciembre de 1997

Los juguetes extranjeros desplazan a los nacionales y ponen en riesgo a esa industria

Patricia Muñoz Ríos /I Ť Desplazada primero por las grandes empresas trasnacionales y después por las importaciones, la industria juguetera nacional apenas tiene un tercio del mercado interno, se encuentra severamente descapitalizada, es uno de los rubros más golpeados por la apertura y la crisis --que la llevó a cerrar casi 20 por ciento de sus establecimientos-- y enfrenta, además, uno de los más elevados volúmenes de contrabando de productos.

El presidente de la Asociación Mexicana de Industriales del Juguete (Amiju), Arnoldo Amador, define el momento que vive esta actividad en una frase: ``La situación financiera y productiva de este sector es de las más débiles de la industria nacional''.


Cada vez más desplazados, los juguetes de madera se
venden esta temporada en el estacionamiento del Palacio
de los Deportes.
Foto: Francisco Olvera

Asimismo, considera que la mayor proporción del mercado de estos productos en México, tanto por volumen como por costo, está en manos de extranjeros. Advierte que esto se debe en parte a la imposición de modelos de juego importados para los niños y adolescentes mexicanos y también a que los fabricantes nacionales no han tenido recursos para invertir en tecnología, diseño, innovación y, sobre todo, en publicidad.

El bombardeo de publicidad alcanza cifras millonarias, ya que el gasto promedio es de 100 millones de dólares, sólo en los meses de mayor demanda. Es decir, por cada dólar que venden de productos en México, pagan 25 centavos en publicidad, estima la Asociación Mexicana de Estudios para la Defensa del Consumidor (Amedec).

Un documento de esta asociación advierte que ha crecido el consumo de juguetes a nivel nacional en los últimos tres años, en un 10 por ciento en promedio anual. Sin embargo, cada vez los modelos nacionales quedan más en el olvido y se comercian productos extranjeros o copias y similares de estos artículos.

``La imposición de juguetes empieza con la publicidad, la cual ni siquiera se elabora en el país sino que es importada y sólo se dobla al español, además de que representa un multifraude, ya que para empezar utilizan modelos de niños extranjeros, que están en grandes casas o jardines de casas de alto nivel; además de que los comerciales manejan efectos para dar acción que en realidad los juguetes no poseen, suelen aumentar las dimensiones de los mismos, exacerban las cualidades de quienes los lleguen a poseer o bien incluyen piezas de diversos paquetes aunque todo se vende por separado'', apunta el análisis de este organismo.

A pesar de la supuesta autorregulación de la publicidad, la de los juguetes es de las menos veraces, según la Amedec.

Las cifras de una industria en crisis

La industria juguetera estima que las ventas en esta temporada ascenderán a entre 400 y 450 millones de dólares en total. Casi 70 por ciento se lo llevan los proveedores extranjeros, ya que sea por la introducción de productos importados legal o ilegalmente --por medio de subfacturación y contrabando--; sólo la tercera parte de los productos que se consumen en el país se fabrican internamente.

En esta temporada ingresan al país un promedio de 20 a 30 trailers diarios de juguetes, la mayor parte entran como contrabando y por ``encargo'' de los líderes de los comerciantes ambulantes; hay cerca de 300 importadores legalmente establecidos en esta rama, de los cuales una mínima parte --cerca de 30-- cumplen con todos los requisitos de introducción legal de mercancía; hay una subfacturación de productos de casi 35 por ciento.

Al respecto, la Cámara Nacional de la Industria de la Transformación (Canacintra) señaló que el renglón juguetero ha sido uno de los más afectados por la competencia desleal, ya que los productores asiáticos se han valido de artimañas para introducir al país su mercancía sin ningún castigo arancelario y hasta aprovechando la liberalización de los mercados.

Apunta que se han tenido que llegar a acuerdos con las tiendas de autoservicio para que ofrezcan 20 por ciento de juguetes nacionales en sus establecimientos; sin embargo, hace falta una mayor fiscalización de parte de aduanas, porque en este caso, como en el la ropa y los aparatos electrónicos, la importación es creciente e ingresan a precios dumping, afectando la industria nacional.

En tanto, la Confederación de Cámaras Nacionales de Comercio (Concanaco), denunció que también hay cifras importantes en el robo de juguetes, los cuales llegan al comercio ambulante, que castigan extraordinariamente los precios, manteniendo ganancias de hasta 200 mil dólares en promedio por ``embarque''.

Este organismo detalló que a pesar de los esfuerzos realizados para combatir la red de robos en carreteras y almacenes contra los fabricantes o bien las importadoras establecidas, los resultados aún son mínimos, más si se los compara con lo que se introduce ilegalmente y que inunda el mercado.