Alerta Ortiz sobre focos amarillos en el tablero de la economía
Antonio Castellanos Ť El secretario de Hacienda, Guillermo Ortiz, afirmó que 1997 fue un año de crecimiento satisfactorio para la economía: se crearon más de un millón de empleos, se frenó la inflación, el producto interno bruto (PIB) aumentó arriba de 7 por ciento y se mejoró el perfil de la deuda externa.
Sin embargo, el funcionario --que encabezará la Junta de Gobierno del Banco de México a partir del primero de enero-- advirtió que deben atenderse a tiempo los signos de inestabilidad que pudieran encender ``focos amarillos'' en el tablero de la economía, que luego se vuelven rojos y requieren correcciones dramáticas.
Dijo que a pesar de la adversidad en los mercados financieros internacionales, el crecimiento que analistas externos proyectan para México en 1998 es el más alto de América Latina y de los países asiáticos. Se espera el repunte más importante en relación con cualquier país en desarrollo.
Lo importante, sostuvo el saliente secretario de Hacienda, es que no solamente es el dinamismo de las exportaciones lo que explica el crecimiento económico; también hay un importante crecimiento de la actividad económica interna.
Ortiz precisó que la inversión está creciendo a tasas reales. En el último trimestre lo hizo a un ritmo de 23.9 por ciento. Para los primeros nueve meses acumuló un crecimiento de 22.4 por ciento, con respecto a igual periodo de 1996, lo cual se expresa en una tasa de inversión sin precedente.
Al respecto, abundó: ``Nunca había visto cifras de crecimiento de inversión tan altas, ni siquiera en los años del llamados de `auge petrolero'', porque además la composición de la inversión era muy distinta. Entonces era básicamente inversión pública y ahora es, sobre todo, privada''.
Así, indicó, el dinamismo de la inversión es impulsado por la inversión, por una recuperación importante de las exportaciones y por una reacción favorable del consumo interno.
El todavía titular de las finanzas del país habló primero con los reporteros de la ``fuente'' y luego en una entrevista televisada, y en ésta dejó en claro que su designación como gobernador del Banco de México fue analizada a fondo.
Se examinaron las implicaciones y el carácter transexenal del nombramiento; el presidente Ernesto Zedillo consideró que en el Banco de México ``podía apuntalar, con la junta de gobierno, la consecución de la estabilidad económica y procurar evitar los problemas hacia el año 2000''.
En la tarea de política fiscal, agregó, se debe tener un objetivo fundamental: fortalecer los ingresos del sector público, no debilitarlos, y en materia cambiaria ``tenemos que ser muy cuidadosos; muy prudentes y explicarle a la gente qué es lo que hace el banco central''.
Por último, Ortiz señaló que en los próximos tres años deberá darse una transición de manera ordenada en el banco central, en un ambiente político distinto al que se tenía antes. Por ello, el Presidente consideró ``que le iba a ser más útil al sistema financiero y a la economía estando en el banco central que en la Secretaría de Hacienda''.