Nuestros amigos de la revista Lettre International, de Alemania, nos piden que difundamos las bases de un estimulante certamen literario.
En 1999, la ciudad de Weimar se convertirá en Capital Cultural de Europa. Por tal motivo, los editores alemanes de Lettre decidieron recuperar las olimpiadas de las ideas que se celebraban en el siglo XVIII y que contribuyeron a renovar el pensamiento y a consolidar la reputación intelectual de numerosos escritores.
En 1749, la Academia de Dijon organizó un concurso de ensayo en torno a la siguiente pregunta: ¿La recuperación de la ciencia y la cultura ha contribuido a la depuración de las costumbres? El primer lugar fue obtenido por un amigo de Diderot, hasta entonces poco conocido como filósofo: Jean Jacques Rousseau. Por su parte, la Academia Real de Berlín decidió otorgar un premio anual de ensayo a partir de 1746. Entre los participantes en este certamen se contaron Lessing, Mendelssohn, Herder, Kant, DíAlambert y Condillac. Kant fue un recurrente segundo lugar, en tanto que Herder tuvo a su favor la estrella del primer lugar.
La tradición se extendió al siglo XIX, y en 1839, a la edad de 50 años, Arthur Schopenhauer se alzó con la presea de la Sociedad Real de Noruega. El tema de ese año fue: ¿Es posible que la libertad de la voluntad humana se compruebe en la conciencia?
Lettre International se ha propuesto recuperar esta herencia en un mundo globalizado y multicultural. En consecuencia, su concurso de ensayo no se dirige sólo a Europa ni a los especialistas en filosofía. Para fijar el tema del certamen, la revista escribió a sus principales colaboradores (Steiner, Castoriadis, Eco, Heller y otras 100 potencias del pensamiento) y en septiembre de este año, las propuestas fueron analizadas en Weimar por escritores de México, Marruecos, Alemania, Japón, China, Hungría, Rusia, Eslovenia, Italia, España y Estados Unidos. El jurado se decidió por la doble pregunta del filósofo francés Michel Surya: ¿Liberar al futuro del pasado? ¿Liberar al pasado del futuro?
El jurado optó por un tema suficientemente amplio para garantizar una participación de todas las culturas y todas las disciplinas.
A partir de esta fecha, el Concurso Internacional de Ensayo de Lettre International queda abierto. Los ensayos deberán escribirse en las lenguas oficiales de la ONU (español, francés, inglés, árabe, ruso y chino) o en alemán, por tratarse del país sede.
Los trabajos para el International Essay Prize Contest deberán enviarse por duplicado a más tardar el 30 de noviembre de 1998, a las oficinas de Lettre International en Rosenthaler Strasse 13, 10119 Berlín, Alemania. Teléfono: (4930) 30 87 04 40, Fax: (4930) 288 31 28. E-mail: [email protected].
Los ensayos serán analizados por un jurado interdisciplinario, con intelectuales representativos de las siete lenguas involucradas en el certamen. Dado el prestigio de la revista Lettre International, no hay duda de que se contará con especialistas de primer nivel para leer los ensayos.
Entre diciembre de 1998 y mayo de 1999, un primer jurado escogerá los 49 trabajos finalistas que serán analizados por el jurado definitivo.
La entrega del Premio se celebrará en octubre de 1999 en Weimar, Capital Cultural de Europa.
Los ensayos deberán ser inéditos y no estar comprometidos para publicación. Los trabajos enviados en español no podrán exceder los 64 mil caracteres y deberán ir firmados con seudóndimo, acompañados de nombre y dirección en sobre cerrado, y de una sinopsis de dos cuartillas.
Se entregarán tres premios de 50 mil, 30 mil y 20 mil marcos respectivamente. Tanto los ganadores como los finalistas podrán disponer de una estancia de estudios en Alemania y sus trabajos serán publicados por Lettre International. También se piensa editar un libro con los mejores ensayos del concurso.
La Jornada Semanal festeja esta valiosa iniciativa y espera una nutrida participación de América Latina.
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Magia y cocina. Los recetarios tienen parecido notorio. La conjunción de ambas actividades conduce al subtema de la bruja. Las brujas de Macbeth guisan conjuros en una olla. Por aquí ronda otro asunto, el de las prohibiciones religiosas alimenticias, qué es lícito y qué no es lícito ingerir. En la cocina de las brujas hay una metáfora de nutrición: los repulsivos alimentos y condimentos nos dan la medida de la extrañeza y horror del demón que se nutre con ellos. ¿Cómo si no podría darse esta medida?
Y di tres veces Phnoukentabao oreobazagra, rhexichtón, hippochthón, pyripeganyx. Palabras mágicas, las inevitables palabras mágicas, abren un peligroso y exacto canal de comunicación con las fuerzas que se quiere hacer obedecer. Las palabras tienen poder, basta pronunciarlas para que hagan cosas. ¿Por qué?, ¿cuál es la idea que hay detrás?
Nombrar algo es dilucidarlo y gobernarlo. Por eso en el judaísmo el poderoso nombre de Dios es sagrado y no se escribe ni se pronuncia. El mecanismo mental es simple. Supongamos una cultura donde no hay palabra para designar el color azul. El azul se asume como tono de verde; el cielo, ¿por qué no?, es verde claro. Pues bien, para quienes crecen en esa lengua, el azul, aunque lo vean a todas horas, no existe. Así, en cierto sentido, la palabra crea la cosa. Fuera de las palabras están la confusión y el caos, la no existencia. La curación de la palabra es posible porque al verbalizar mis experiencias las saco del caos, y puedo hacerles frente. En la confesión católica no verbalizo y me arrepiento, sino al verbalizar identifico lo que he hecho y me estoy arrepintiendo; estoy, como se dice muy bien, reconociendo lo que hice. Generalmente partimos de la experiencia y llegamos a los nombres, es el camino seguro. El mago no hace otra cosa que invertir el camino: parte de las palabras para llegar a las experiencias, para producirlas, y esa es la vía insegura y fantasmagórica.
Akrakanarba, grita el mago y algo sucede. Esta palabra es una variante de la más famosa palabra mágica, Abrakadabra, que quiere decir, al fin supe que quiere decir algo, en forma de ala, es decir, de triángulo con la base hacia arriba. La rareza de las palabras, y de las fórmulas, es obligada: no pueden estar al alcance de cualquiera. Si fueran sencillas, podría alguien producir un conjuro sin querer.
Puesto que la magia da poder, de inmediato se presenta el costado ético de las operaciones. Los viejos alquimistas no buscaban el oro por codicia elemental. Ninguno pensaba en obtener grandes cantidades. El propósito era diferente, menos apresurado y vulgar. Unas pepitas destiladas (el oro trasmutado es más puro y perfecto que el silvestre) bastan para fabricar, por ejemplo, el elixir de la inmortalidad. Pero no está al alcance de cualquiera. Al trabajar el alquimista en sus mezclas, sustancias y metales, trabaja en él mismo, en su propio cuerpo y su propia alma. Ninguna trasmutación importante puede hacerla, por ejemplo, el hombre que no sea casto. El alquimista debe estar libre de las groseras perturbaciones del espeso y ansioso vulgo si quiere obtener algún resultado.
Pero no todo ha de ser solemnidad. Entre los papiros griegos de magia figura un conjuro para dominar la propia sombra, ambición que, por su gran utilidad e importancia, no vacilo en copiar aquí:
Después de hacer una ofrenda de harina de trigo, moras maduras, sésamo y hierbas no tocadas por el fuego, añádele acelgas y serás dueño de tu propia sombra, de tal manera que se pondrá a tu servicio. Dirígete en la hora sexta al Oriente, a un lugar solitario; lleva un cesto tejido con negros juncos nuevos, en la cabeza la banda roja de un sudario, en la oreja izquierda una pluma de halcón y en la derecha la de un ibis.
Ahí arrodíllate, extiende la mano y recita la fórmula: haz que ahora esté a mi servicio mi sombra; porque conozco tus nombres santos y tus signos y símbolos y sé quién eres en cada momentoí. Y en la hora séptima se acercará a ti, desde el lado opuesto, tu sombra, y hablándole a ella, di: sígueme a todas partes, y tú mira, no sea que te deje por ahíí.
Por más que he pensado, no logró discernir un solo servicio, fuera, tal vez, de divertirme mirándola, que mi sombra podría prestarme. Curioso conjuro, ¿qué pensaría el demón Tifón Besos-Acéfalo si tras largos trabajos lo lograra traer y le pidiera: Poderoso señor que respiras fuego, enséñame a mover las orejas? ¿Se enfurecería conmigo o cumpliría sin vacilación ni sorpresa mi ruego?
El eslogan publicitario de la legendaria empresa de porcelanas Lladró, es que sus pedazos de barro modelado y cocido tienen un valor eterno. La afirmación es ridícula, pero no lo es más que pensar que esa enorme arruga de tierra llamada Himalaya es eterna. Tanto la porcelana como la corteza terrestre que habitamos son tan sólo minerales coagulados que tienen una velocidad de flujo que no podemos percibir, y por lo tanto consideramos sólidos. Cuando pensamos en la tierra, rara vez tomamos en cuenta que la fina película sólida que habitamos es tan sólo la parte externa de una gigantesca masa de magma en continuo movimiento. Al recordar que tanto las figuras de Lladró como el Everest son formas pasajeras y efímeras, podemos poner en perspectiva el actual debate respecto al supuesto calentamiento de la Tierra debido a la influencia atmosférica de las actividades humanas. Entre el 1º y el 10 de diciembre pasados, tuvo lugar en Kioto la Conferencia de las Naciones Unidas para el Cambio del Clima, a la cual asistieron más de 5,000 delegados de 105 países, para adoptar medidas que comprometan a las naciones desarrolladas a disminuir sus emisiones a niveles específicos para determinadas fechas. Visite la página oficial: http://www.unfccc.de
Clima tormentoso
El clima es por definición inestable, y por lo general impredecible a largo plazo. Entre los muchos factores, hay que considerar corrientes marinas, vientos, frentes fríos y calientes que se mueven e interactúan en función de complejos diferenciales de presión, que a su vez dan vida a fenómenos como huracanes, tormentas y hasta al Niño. El tiempo siempre cambia y el calentamiento global no alteraría el rango de temperaturas y fenómenos que tienen lugar día tras día, pero podría incrementar las probabilidades de sequías, inundaciones, huracanes y demás catástrofes. El origen del debate radica en la idea del matemático francés Jean Baptiste Joseph Fourier, quien en 1827 comparó la atmósfera con una campana de cristal: el aire deja pasar los rayos del sol, pero ñcomo el techo de un invernaderoñ impide que todo el calor escape. Sin este efecto, la superficie del planeta estaría cubierta de hielo. En 1850, el físico británico John Tyndall determinó que ni el oxígeno ni el nitrógeno, que constituyen el 99% de la atmósfera, pueden retener el calor, por lo que nuestra existencia se debía a cantidades minúsculas de gases, incluyendo el dióxido de carbono, que funcionan como aislante térmico de la Tierra. El dióxido de carbono ha aumentado desde la revolución industrial, y simultáneamente ha habido un incremento de la temperatura promedio planetaria, pero éste es más lento y disparejo. Para más datos consulte: http://www.epa.gov/globalwarming.index.text.html; http://phoebus.stanford.edu/sun-on-earth/glob-warm.html
Crear tempestades virtuales
Grupos ecologistas y movimientos ambientalistas argumentan que la culpa del calentamiento la tiene la industria humana, y apoyan sus razones en modelos matemáticos y computacionales. (Su punto de vista en: http://gladstone.uoregon.edu No obstante, nadie entiende cómo funcionan las interacciones entre la atmósfera, los polos y los océanos. La mayoría de los modelos son resultado de una aproximación de arriba a abajo (top-bottom); es decir, de la observación general se obtienen algunas conclusiones y se trata de simular el todo con algoritmos. Quizás en un futuro cercano se obtengan mejores modelos por el método de abajo a arriba (bottom-up), el cual consiste en crear entidades climáticas virtuales simples para soltarlas en un ambiente cibernético y dejarlas evolucionar por sí solas. Es decir, se trata de desarrollar atmósferas virtuales y observar su evolución. Este método, conocido como vida artificial, ha dado resultados sorprendentes en terrenos como inteligencia artificial, robótica, biología, diseño computacional, y seguramente será útil a la climatología.
Herejes del clima
Parece una conclusión obvia que uno de los estragos de la contaminación es el calentamiento del planeta. No obstante, no todo mundo piensa de esa manera; muchos críticos desconfían de la veracidad de las proyecciones realizadas con modelos incompletos y defectuosos. Uno de los principales críticos de estos modelos y sus autores es el Dr. Richard S. Lindzen, del MIT, quien se ha convertido en el santón de los conservadores y las megacorporaciones petroleras, debido a su radical cuestionamiento de las teorías ambientalistas. Lindzen asegura que aun duplicando las emisiones de dióxido de carbono, la temperatura aumentará a lo sumo un grado. Su posición es controvertida, pero nos recuerda que para la Tierra no somos más que una insignificante colección de figuritas de Lladró; por otro lado, es un rechazo en contra del circo diplomático que tuvo lugar en Kioto. Una postura escéptica puede encontrarse en: http://www.columbia.edu/cu/21stC/issue-1.1/global.htm
Naief Yehya
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