La Jornada 18 de diciembre de 1997

Rescatan a una niña que estuvo dos años enjaulada en un poblado potosino

Antonio González Vázquez, corresponsal, San Luis Potosí, SLP, 17 de diciembre Ť La Policía Judicial del Estado rescató a la niña Maribel Ignacio Gómez, de cuatro años, que durante los dos últimos años permaneció encerrada en una jaula con barrotes de otate, a la intemperie y colgada sobre un chiquero, sentada en ese espacio de 90 por 50 centímetros, donde hacía sus necesidades fisiológicas y pasaba días sin comer.

En la comunidad de Tizoapatz, municipio de Tanlajás, en la Huasteca, María Guadalupe Gómez y Juan Higinio Ignacio, padres de la menor, decidieron el encierro de la niña porque les ``molestaba mucho''.

Los agentes encontraron a la niña entumecida por el frío, sucia de excrementos y con un ataque de llanto y gritos. Luego de liberarla la trasladaron a Ciudad Valles, donde recibió atención médica en un albergue del DIF municipal. Los padres fueron puestos a disposición del Ministerio Público, y al rendir su declaración, confesaron que mantenían enjaulada a su hija ``porque a ella le gustaba estar allí''. Ambos fueron consignados al juzgado tercero mixto de primera instancia en Ciudad Valles, para responder por el delito de lesiones y malos tratos.

El Ministerio Público señaló que Maribel Ignacio Gómez presenta lesiones en la cintura y la cadera debido al encierro en un espacio tan reducido, además de que cojea de su pierna derecha. Será sometida a la revisión de los médicos para que se determine si las lesiones que presenta obedecen sólo al encierro o a golpes que haya recibido.

En la declaración, el padre y la madre señalaron que la cojera de la niña se debe a que hace tres años le aplicaron mal una inyección y ya no pudo caminar. Para ambos, la jaula es ``la cuna de la niña, a la que siempre le gustaba estar junto al chiquero, aunque algunas veces la metíamos a la casa''.

Para el Ministerio Público es ``evidente'' que los padres mintieron en su declaración, pues la niña nunca salía de esa jaula, cuyos clavos y amarres estaban oxidados. Señaló que la menor no presenta ninguna anormalidad mental ni física, y que sus daños corporales se deben a golpes recibidos y a la exposición a constantes cambios de temperatura, como ahora que la onda fría provocó en Tanlajás temperaturas muy bajas.

El DIF estatal se hará cargo de la niña, así como de otros dos hijos de ese matrimonio, a los que por alguna razón sí se les daba un trato ``normal''.