El nuncio habló con Ruiz Ferro; insistió en su llamado a reanudar las pláticas
Juan Balboa y Angeles Mariscal, corresponsales, San Cristóbal de las Casas, Chis., 17 de diciembre Ť Acompañado por unos doscientos feligreses y tres obispos de Chiapas, el nuncio apostólico Justo Mullor García participó hoy en la catedral de esta ciudad en la Jornada de oración y ayuno por la reconciliación y la paz en Chiapas, en la que exhortó a las personas que toman las decisiones de paz a ``aceptar diálogos que abran finalmente los túneles de la incomprensión y de la confrontación''.
Agregó: ``La decisión de poner a un lado armas y amenazas para sentarse en mesas donde condividir ideas (es útil) a mentes y a cuerpos cansados de esperar o de imaginar soluciones que no llegan''. Estaban presentes los obispos Samuel Ruiz García, Raúl Vera López y Felipe Aguirre Franco, este último de la diócesis de Tuxtla Gutiérrez.
El representante papal concluyó su visita a la diócesis de San Cristóbal de las Casas pidiendo a las partes involucradas en el conflicto ``tomar la decisión de no oponer siempre rechazos a las propuestas de paz hechas por otros'', y destacó que es importante ``ver hermanos y no rostros anónimos'' en los demás.
Aseguró que sólo la fuerza de la razón y del espíritu --``la fuerza de una fe viva''-- es capaz de encontrar solución a situaciones como la presente, ``donde se confrontan fuerzas e intereses materiales que, a veces, tratan de hacerse oír mediante el trágico lenguaje de las armas, ante las cuales suelen ser los más pobres y los más débiles los menos protegidos''.
Justo Mullor inició su cuarto día de gira pastoral por el estado de Chiapas participando en la Jornada de oración y ayuno por la reconciliación y la paz, que religiosos y feligreses celebran cada mes en la catedral de San Cristóbal.
``Pongamos en manos de Santa María de Guadalupe esta oración común apoyándola en nuestro ayuno, que no es ninguna actitud masoquista o mágica sino una muestra de nuestra humildad ante Dios, el único que todo lo puede y símbolo de nuestra solidaridad con quienes sufren a causa de la falta de paz en estas tierras'', insistió el representante del Vaticano en México.
Concluyó con la siguiente reflexión: ``Nos sabemos pobres, tan pobres que ni siquiera nuestras oraciones han hecho el milagro de ver en paz estas tierras. Pero sabemos que Dios todo lo puede y que, en las bodas de Caná, María obtuvo de su hijo el milagro de transformar el agua en vino. Ella nos ayude, se lo pedimos con toda nuestra fe''.
El nuncio viajó posteriormente a la ciudad capital de Tuxtla Gutiérrez. Ahí fue recibido por el gobernador del estado, Julio César Ruiz Ferro. Al salir dijo a los periodistas que en la breve visita que realizó por comunidades del norte y los Altos de Chiapas, pudo constatar que los habitantes de esos lugares sufren porque se encuentran en medio de intereses de ambas partes. Al preguntársele sobre la reunión que sostendrá con el comandante de la Séptima Región Militar, general José Gómez Salazar, dijo que su mensaje será en el sentido de que ``la paz es una obligación de todos, empezando por las personas que pueden estar más radicalizadas''.
Finalmente afirmó que su presencia en este estado tiene como objetivo lograr que la Iglesia pueda aportar a la paz su dimensión específica. Por la noche, concelebró una misa con el obispo Aguirre Franco.