Se opone la IP a aumentar más de 2% sobre inflación el salario mínimo
Patricia Muñoz, Antonio Castellanos, Alonso Urrutia y Laura Gómez Ť El sector privado rechazó ayer la demanda de aumento salarial de 17 por ciento porque ``descapitalizaría'' a las empresas, y advirtió que la recuperación real del poder adquisitivo quedará pospuesta hasta después del año 2000; en tanto, la Confederación de Trabajadores de México (CTM) señaló que el salario muestra un deterioro histórico superior a 76 por ciento en las últimas dos décadas, y aseguró que hay un déficit de 7 millones de empleos.
A pesar de lo anterior, los secretarios de Hacienda y Comercio, Guillermo Ortiz y Herminio Blanco, respectivamente, opinaron que el país avanza por el rumbo económico correcto; vaticinaron que México crecerá en 1998 por encima de 5 por ciento y registrará una tendencia decreciente en la inflación, a pesar de la adversidad internacional.
En contraparte a las optimistas previsiones oficiales, el presidente de la Cámara Nacional de Comercio (Canaco) de la ciudad de México, José Santos Asseo, expuso que la recuperación real del poder adquisitivo quedará pospuesta hasta el año 2000; en 1998 el consumo se recuperará en forma mínima y para alcanzar los niveles de vida que se tenían a finales de 1994 y que ``sanen las heridas de la crisis'' todavía tardará mucho.
En conferencia de prensa, el dirigente empresarial indicó que 1997 fue todavía ``difícil'' en materia económica, porque la recuperación apenas empezó a permear en la población y las ventas empezaron su curva de crecimiento.
Según las proyecciones presentadas por el dirigente de la Canaco, para el próximo año se puede esperar un crecimiento del consumo interno de 5 por ciento y una recuperación franca hacia el año 2000, que será cuando se alcancen los niveles de ventas que se tenían a finales de 1994. Es decir que hasta el comienzo del siguiente siglo se recuperarán los niveles de vida perdidos por la población.
A su vez, los presidentes de la Cámara Nacional de la Industria de la Transformación (Canacintra), Carlos Gutiérrez; de la Confederación de Cámaras Industriales (Concamin), Jorge Marín, y de la Confederación Patronal (Coparmex), Gerardo Aranda, en diversos foros rechazaron la demanda de incremento salarial del 17 por ciento que presentó el movimiento obrero ante la Comisión Nacional de Salarios Mínimos.
Los dirigentes consideraron que un incremento de esta magnitud descapitalizaría a la mayor parte de las pequeñas y medianas industrias e insistieron en que ``el aumento a los mínimos no deberá ser mayor a 2 por ciento''.
Déficit de empleo
El subsecretario de Asuntos Económicos de la CTM, Porfirio Camarena, sostuvo que aun cuando en 1997 comenzó un paulatino proceso de recuperación del empleo y el salario, todavía se arrastra un déficit de 7 millones de puestos de trabajo y el deterioro histórico de las percepciones de los trabajadores arroja 76 por ciento de déficit, en relación con el nivel de 1976.
Para el dirigente cetemista, la recuperación de la dinámica económica en 1996 y 1997 ha permitido que se generen aproximadamente un millón de empleos, aunque han sido insuficientes respecto al rezago que se arrastra.
Indicó que las negociaciones salariales han permitido que durante los últimos dos años los incrementos oscilen en 23 por ciento si se incluyen las prestaciones. El cetemista estimó que si las proyecciones inflacionarias para 1997 se cumplen y no se rebasa el 16 por ciento, se podría hablar que entre 1996 y 1997 el salario se recuperó 7 por ciento, en términos reales, si bien es insuficiente para compensar el sacrificio de los trabajadores durante la época de crisis económica.
A pesar de ello, Camarena sostuvo que los trabajadores ya no están de acuerdo con la continuación de los pactos económicos signados entre los factores de la producción y el gobierno, en los cuales se ``usa al salario como el ancla de la inflación. Ningún plan debe basarse en el detrimento de la capacidad adquisitiva de los trabajadores, ni cancelar las posibilidades de empleo y del ingreso justamente remunerado. Toda estrategia en este sentido pronto lleva a desequilibrios y rupturas que atentan contra el orden social''.
Sin embargo, aseveró que es necesario que ahora que las perspectivas macroeconómicas mejoran, las políticas gubernamentales se reorienten a la distribución de la riqueza mediante la promoción de empleos y el incremento sostenido del salario, mismo que, en principio, para 1998 debe ser 5 puntos por arriba de la inflación estimada, independientemente de que deben revisarse las cargas fiscales a los trabajadores.
1998, año de recuperación salarial
Ortiz Martínez manifestó ayer en una entrevista que al frente del Banco de México ``estará fuera de la política'', y al referirse a la perspectiva económica del país, señaló que el Presupuesto de Egresos pasó en términos ``muy similares'' a los propuestos por el gobierno en materia de gasto. Los lineamientos generales de la política económica para 1998 se mantuvieron, recalcó.
El funcionario aceptó que las circunstancias de la política mundial probablemente no sean tan favorables como las que se tuvieron en 1997; la tasa mundial disminuirá y ello afectará las exportaciones mexicanas. Aún así, el próximo año el país tendrá un crecimiento por encima de 5 por ciento y, sobre todo, ``una recuperación, ahora sí, mucho más marcada de los ingresos familiares''.
A su vez, Blanco Mendoza reconoció que todavía falta mucho camino a este gobierno para solucionar los problemas ocasionados por la crisis. Sin embargo, ``estamos convencidos de que este es el camino correcto y de que incluso se tendrán crecimientos superiores a los previstos en la segunda mitad del sexenio''.
Acerca de los salarios comentó que la mayor parte del sector laboral ya no cobra con el mínimo y se negocian incrementos contractuales por encima de la inflación, por lo que cuando menos recuperarán el próximo año entre dos y tres por ciento de poder adquisitivo en el ingreso de los trabajadores.
En el mismo sentido de las previsiones oficiales, el Centro de Estudios Económicos del Sector Privado (CEESP) consideró que el programa económico aprobado por el Congreso de la Unión garantiza que no se alterará la solvencia financiera del gobierno federal.
Confianza en Ortiz
El director del Banco Nacional de Comercio Exterior (Bancomext), Enrique Vilatela, manifestó al referirse a la designación de Guillermo Ortiz como gobernador del Banco de México, que ``no se espera ningún descalabro'' en los mercados financieros del país, ni se observa ningún nerviosismo en la Bolsa.
El cambio de mandos en Hacienda y el Banco de México no afectará la confianza de los inversionistas nacionales y extranjeros, porque tienen certeza de que el presidente Ernesto Zedillo ``seguirá por el mismo camino'', recalcó Vilatela.
La agencia Notimex reporta, en el mismo sentido, que los analistas de Wall Street recibieron con agrado el nombramiento de Ortiz y consideraron que su principal reto será lograr una mayor autonomía de la institución. El nuevo gobernador del banco central tiene mucha credibilidad en la comunidad internacional, precisaron voceros de las corredurías ING Barings, AFIN Securities y del Banco de Inversiones Nikko.