La Jornada viernes 5 de diciembre de 1997

ASTILLERO Ť Julio Hernández López

Luego que hubo pasado la buena impresión por algunos de los nombramientos hechos ayer por Cuauhtémoc Cárdenas, se fue asentando también la sensación de que en otros casos hay suficientes razones para preocuparse.

En esencia, el equipo anunciado ayer descansa en criterios de cercanías personales, de militancias partidistas, de equilibrios entre grupos y corrientes y, en algunos casos, de méritos y virtudes desconocidas hasta para duchos en los entretelones del cardenismo. No hubo apertura hacia personajes o ámbitos políticos de primerísimo nivel --que firmaran alianzas políticas importantes o que por su maestría y experiencia dieran gran confianza en los nombramientos que recibieran-- ni liberación de las ataduras del activismo clientelar.

En todo caso, Cárdenas optó por formar un equipo de trabajo plenamente identificado con el proyecto político que arrancó una década atrás y prefirió que los puntos más sobresalientes de la mayoría de los nombrados sean los relativos a una esperada disciplina interna.

Primeros nombramientos, primeras críticas

Aparte del polémico caso del nuevo procurador de Justicia, Samuel del Villar, ayer mismo se desataron las críticas en casos como los de René Bejarano (prototipo del perredismo clientelar y manipulador, que va a la Dirección de Gobierno), Jorge Martínez Almaraz (sin antecedente que explique su nombramiento en la delicadísima Secretaría de Transporte y Vialidad), Lucas de la Garza (regiomontano coordinador de asesores que tuvo presencia política en su tierra hace tiempo, pero que hoy sólo es un buen cultivador de la amistad), Pablo Moctezuma Barragán (activista ultra, ex dirigente marxista leninista, identificado con posiciones albanesas, danzante conchero, para la delegación de Azcapotzalco) y Elio Villaseñor (de actuar político desarticulado, integrante del Equipo Pueblo, que irá a la delegación Iztapalapa).

Hay, además, dos casos que generan especulación, pero no por falta de reconocimiento a sus cualidades, sino por la ubicación que se les dio: Salvador Martínez della Rocca, como delegado en Tlalpan, y Ricardo Pascoe Pierce, en la Benito Juárez. Del Pino, hay quienes creen que sus características no son propiamente para un cargo como el de delegado, y de Pascoe se preguntan por qué no quedó en una posición más alta, habida cuenta de que se le mencionaba como posible secretario de Gobierno.

Ajedrez para anular el clientelismo, sin romper con él

Pero el caso de René Bejarano es particularmente peligroso, por cuanto ha sido justamente el ahora director de Gobierno quien ha promovido una de las facetas más oscuras de la fuerza perredista capitalina, la derivada de mecanismos corporativos y clientelares parecidos (hay quienes dicen que hasta peores) a los del priísmo tradicional. Bejarano y su equipo han sido denunciados insistentemente ante la cúpula cardenista y perredista por sus métodos de reclutamiento y movilización política. Entre otros tópicos, la venta de desayunos escolares del DIF a precaristas obligados a militar por necesidad parece ilustrar esas prácticas que ahora buscarán consolidarse desde una posición ciertamente importante en el esquema del gobierno capitalino.

Aunque también debe decirse que justamente en esa área, la del Gobierno, el ingeniero Cárdenas parece haber agrupado con expectativas de ajedrecista a sus piezas importantes. Rosario Robles, como secretaria de Gobierno, aporta un mensaje importante a las mujeres que han luchado ejemplarmente por el cambio democrático y, además, ventila esa posición tradicionalmente enturbiada por el ejercicio manipulador y mediatizador que históricamente ha ejercido.

Pero, además, Cárdenas colocó como subsecretarios a Leonel Godoy y a Mauro González Luna. Asimismo, propone para subsecretarías de nueva creación a Saúl Escobar y a Pedro Ettiene. Es decir, allí, en ese punto estratégico, el nuevo jefe del gobierno capitalino ha instalado un equipo fuerte que, entre otras cosas, deberá supervisar el trabajo de Bejarano y, en su caso, evitar desviaciones y pifias. No está de más recordar que Bejarano tiene un control (decreciente pero todavía suficiente) de la Asamblea Legislativa del Distrito Federal, lo cual explica tanto el nombramiento como el rango en el que se le anunció (junto al verdadero primero y segundo niveles en el organigrama) y que no es realmente al que pertenece la Dirección de Gobierno.

Por otra parte, hubo una gran coincidencia en felicitar los nombramientos de la ya citada secretaria Rosario Robles, de Clara Jusidman (en Educación, Salud y Desarrollo Social), y de Rosario Ibarra y de Ifigenia Martínez como asesoras de derechos humanos y de economía, respectivamente.

En el caso del teniente coronel Roberto Debernardi se habla del veto que las fuerzas militares y policiacas ejercieron contra el candidato original para la Secretaría de Seguridad Pública, el general retirado Enrique Pérez Casas. Y de Roberto Eibenschultz, quien va a la Secretaría de Desarrollo Urbano y Vivienda, hay quienes hurgan en su currículum en busca de elementos adversos. La secretaria de Desarrollo Económico, Leticia Calzada, es un puente hacia un Vicente Fox que, en caso de fallar en sus aspiraciones presidenciales dentro del PAN, podría encarrilarse a una alianza con el cardenismo.

Así estuvieron ayer los primeros nombramientos.

Hoy, a esperar el contenido y el tono del mensaje que pronuncie Cárdenas en su histórica toma de posesión.

Astillas: ¿Trivia? Las mesas de redacción y los lectores de noticias van a tener mucho trabajo con algunos de los apellidos del gabinete cardenista: Eibenschultz Hartmann, Jusidman Bialotozky, Schmal, Luken, Debernardi, Kretchmar, Etienne, Khun de Tron, Pascoe, Saltiel Cohen, Ysusi, Drucker... ¿Más trivia? En la información curricular de los nuevos funcionarios aparecen grados académicos provenientes del Tecnológico de Monterrey, de la Universidad Iberoamericana, de la Universidad de Harvard, del IPADE, de la Universidad de Colorado, del ITAM y de la Universidad Panamericana... En plena campaña por la candidatura priísta para gobernar Veracruz, Gustavo Carvajal Moreno dijo que le gustaría debatir con Miguel Alemán Velasco ``para que se determine qué es lo que opina uno y qué es lo que opina el otro; cuáles son los proyectos de trabajo''. Las declaraciones fueron hechas al diario La Opinión, de Poza Rica, a cuyo director, Raúl Gibb, fue expresamente a visitar. Carvajal dijo además que su propuesta es la de hacer ``un gobierno honesto, ¡Pero honesto en serio!'' Una buena medida para prever cuán cumplible sería tal promesa de honestidad podría ser otra frase pronunciada por el mismo aspirante a suceder al próximo ciudadano dublinense Patricio Chirinos: ``Cuando fui presidente (nacional) del Partido (Revolucionario Institucional), en las (elecciones) municipales dejé que la gente decidiera libremente a quién querían, cómo querían ser gobernados. No debemos tener miedo a que el pueblo elija a sus candidatos''. (Los paréntesis intercalados en la declaración de don Gustavo son una cortesía de esta columna para hacer más entendible la deslumbrante revelación mundial que hace el precandidato en campaña de que la democracia había llegado al priísmo --y por tanto al país entero-- desde finales del gobierno lopezportillista. Lo deseable es que sus paisanos no se vayan a enterar de que su gobierno fue ``honesto en serio'' 20 años después de que haya terminado...

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