Recibió Zedillo al presidente chino; en cuatro ejes se fortalecerán lazos
Rosa Elvira Vargas Ť Los gobiernos mexicano y chino dieron a conocer que fortalecerán sus vínculos diplomáticos y comerciales sobre cuatro ejes: acrecentar el contacto político al más alto nivel, intensificar relaciones económicas sobre bases de reciprocidad, aumentar la cooperación bilateral y continuar una comunicación fluida entre los distintos niveles de autoridad, durante el primer día de la visita oficial del presidente Jiang Zemin.
La ceremonia de bienvenida al mandatario chino y su comitiva tuvo lugar en el Campo Marte. El visitante dijo que México ejerce significativa influencia en las arenas regional e internacional con un papel de creciente importancia.
Además, destacó la forma en que el país superó rápidamente las dificultades económicas ``pasajeras'' y ha conquistado ``notables éxitos'' en la estabilización del ambiente macroeconómico, la recuperación del crecimiento y el fomento al desarrollo social.
Dijo que el pueblo chino guarda especiales lazos de afecto con México y aseguró que hoy ambos países encaran igualmente las tareas de salvaguardar la soberanía, desarrollar la economía nacional y conquistar la modernización y el progreso social en todos sentidos.
A su vez, el presidente Zedillo se refirió al dignatario visitante como ``un gran estadista del mundo de hoy'', y señaló que su presencia en México constituye una magnífica oportunidad para continuar edificando las bases de la relación de cooperación que debe unir a dos naciones orgullosas de su cultura, seguras de sus capacidades y confiadas en su futuro.
Luego de las conversaciones privadas que tuvieron en el salón Adolfo López Mateos de Los Pinos, se firmaron acuerdos sobre implantación de desarrollo integral de la agricultura en México, eliminación recíproca de visas en pasaportes diplomáticos, convenio de intercambio académico y de cooperación y acuerdo de cooperación entre la Comisión Nacional del Deporte y la Comisión de Cultura Física y Deporte de China.
Por la noche, en Palacio Nacional fue ofrecida una cena en honor de Jiang Zemin, su esposa Wang Yeping y la comitiva que los acompaña. Ahí, Zedillo dijo que los mexicanos se identifican con aquella nación oriental en el afán de lograr un orden mundial que sea más equitativo, con un sustento más firme para la seguridad nacional, y destacó las coincidencias que ambos han tenido en los foros multilaterales.
Resaltó también que China sea hoy la economía más dinámica del planeta y agregó que en México se reconoce el sentido de justicia y equidad con que cada avance en el desarrollo de ese país se traduce en mejoras sociales para el pueblo.
La cena transcurrió sin sobresaltos, a diferencia de la recepción oficial en el Campo Marte, donde inexplicablemente al presidente Zedillo no le fue entregado a tiempo el discurso que pronunciaría ante su invitado y debió improvisar. Más tarde, también en Los Pinos y en los mensajes de los presidentes tras la firma de los acuerdos de cooperación, hubo fallas en el sistema de traducción simultánea.
Jiang Zemin, que con su visita a México concluye un amplio recorrido que comenzó en Estados Unidos y continuó por Canadá antes de llegar el sábado a Cancún, afirmó que mexicanos y chinos tienen en gran estima su independencia y soberanía y se oponen con firmeza a la intervención externa y a la política de fuerza.
Asimismo, hizo alusión a la reunificación de Hong Kong consumada el primero de julio, con lo que, dijo, se lava una afrenta nacional por la invasión y ocupación de ese territorio.
Afirmó también que al fomentar de modo duradero, integral y estable sus lazos de cooperación amistosa, México y China actúan sólo en respuesta de los intereses fundamentales de ambas naciones y pueblos y a favor de la promoción de la paz y el desarrollo, tanto en la región Asia-Pacífico como en el mundo entero.
Al final de la cena y según algunos asistentes, el presidente chino hizo gala de sus dotes artísticas y cantó una pieza que fue escrita hace más de mil años. Incluso comentaron que pidió a la señora Nilda Velasco que lo acompañara a la ``pista de baile'' cuando se interpretaba La Paloma.