La votación del PAN en las recientes elecciones de Jalisco demuestra la necesidad que este partido tiene de hacer mayores esfuerzos por diferenciarse del PRI en su forma de hacer gobierno, porque la ciudadanía no está percibiendo cabalmente el cambio entre un partido y otro. El PAN se ha conformado con que los votantes sientan que su gestión ofrece lo mismo que las administraciones priístas pero con una administración más aseada de los recursos. Sin embargo, para un buen número de votantes es cada vez más necesario ver cambios profundos en las formas de gobierno; se trata no sólo de la honestidad en la gestión sino, también, de una nueva manera de hacer las cosas.
Uno de los aspectos en los que no se encuentra diferencia en la forma de gobernar entre el PRI y el PAN es en los asuntos laborales. El PAN ha hecho una propuesta de modificación a la Ley Federal del Trabajo que ha provocado sorpresa y polémica, porque sostiene una amplia defensa de la libertad sindical. Sin embargo, favorece en exceso la flexibilidad en el trabajo.
Y, a pesar de que declarativamente plantea estar a favor de la libertad sindical, sus gobernadores no se la toman en serio. Un ejemplo de ello es la denuncia presentada por el Frente Auténtico del Trabajo (FAT) contra el gobernador panista de Baja California Norte, Hector Terán Terán, por violar las leyes laborales al entregar la administración del contrato colectivo de una empresa maquiladora coreana, Hayn Young de México, S.A. de C.V., a un sindicato perteneciente a la Confederación Revolucionaria de Obreros y Campesinos (CROC), después de que los trabajadores, desafiando las amenazas del patrón, habían votado a favor del FAT. Cuando el presidente de la Junta Local de Conciliación y Arbitraje, Carlos Pérez Astorga, dictaminó el recuento favorable al sindicato del FAT, aplicando la ley, lo único que sacó fue su despido y la revocación del fallo a favor de los croquistas. La lección que arroja esta experiencia es clara: el gobierno del PAN no quiere sindicatos independientes en la zona maquiladora y no le importa violentar las disposiciones legales.
En realidad, el PAN no tiene un compromiso con la libertad sindical y sus gobernadores no quieren afectar el sistema corporativo que caracteriza nuestras relaciones laborales. Sus gobiernos mantienen una relación viciada, de contubernio entre autoridades y líderes sindicales corruptos, a pesar de que esto constituye uno de los grandes impedimentos a la consolidación de nuestro proceso democrático y al arribo a una nueva cultura laboral comprometida con la calidad y la competitividad. Los gobiernos panistas favorecen relaciones laborales más dóciles y cercanas a los patrones sin trastocar el viejo modelo laboral, y utilizan la corrupción de los líderes sindicales para garantizar estabilidad e, incluso, para atraer inversiones. En los gobiernos panistas siguen siendo los patrones los que escogen el sindicato de su preferencia. No son los trabajadores los que eligen y forman las organizaciones a su conveniencia. Héctor Terán enfrentará ahora no sólo una demanda en tribunales nacionales sino que también el FAT denunciará el caso en la oficina administrativa del Acuerdo de Cooperación Laboral del Tratado de Libre Comercio.
En Baja California, pero también en Jalisco, Chihuahua, Guanajuato, Querétaro y Nuevo León, un porcentaje mayoritario de los contratos colectivos existentes en las empresas son de protección. Son acordados por líderes espurios y patrones sin escrúpulos, con la complicidad de las autoridades gubernamentales, sin permitir la participación directa de los trabajadore en las negociaciones para mejorar sus condiciones de vida. Se le tiene miedo a la libertad sindical, a la libre competencia laboral, a la democracia real y no sólo electoral. La gestión del PAN en materia laboral es tan irregular y conservadora como la de los gobiernos priístas.
Ahora que Cuauhtémoc Cárdenas asuma el gobierno del DF veremos si en materia laboral puede marcar una diferencia sustancial a lo realizado por los gobiernos panistas y priístas. La libertad sindical y la aplicación correcta de la ley laboral serán retos que Cárdenas tendrá que afrontar. El PRD está en posibilidades de demostrar que en materia del trabajo sí representa una opción diferente y una oferta más atractiva a la que nos ofrecen el PRI y el PAN.