Desde que nació el bloque opositor, convertido ahora en G-4, las contradicciones entre Felipe Calderón y Carlos Medina Plascencia han ido en aumento. Y el PRI las atiza con el fantasma de Porfirio Muñoz Ledo, a quien Arturo Núñez, mofándose, reconoce como el único líder del G-4, porque ``Medina es un hombre que no respeta acuerdos. Ya no se puede confiar en él''.
Para los priístas, muchas decisiones que debía tomar el PAN para el manejo de la Cámara fueron influenciadas por el PRD. Por ejemplo, la designación del oficial mayor. El nombre de Heriberto Murrieta Necoechea -juran los priístas- fue propuesto por Ricardo García Sainz.
``Nos dijo que lo acababa de encontrar en una cena y que, según le explicó, se estaba jubilando en el despacho Casas Alatriste. Esto, al comenzar septiembre. García Sainz insistió en que (Murrieta) era el hombre idóneo para el cargo'', narró un negociador. Unos días más tarde, la propuesta fue traída nuevamente a la mesa, pero ahora por Acción Nacional. La última semana de octubre Murrieta Necoechea tomó posesión.
Sin embargo, los seguidores de Medina refutan: ``Nada más hay que ver qué pasó con la Coordinación de Comunicación Social. Francisco Paoli Bolio le vendió a Porfirio la figura de Leonardo Ramírez. Este y Paoli se amistaron cuando el segundo era rector en la UAM-Xochimilco y el primero llevaba la comunicación en la rectoría general. Además, Medina coló a Juan Antonio Martínez, uno de sus hombres de confianza, en la Dirección de Información. Entonces, ¿quién influye a quién?''
Esos son los comentarios que recorren San Lázaro, mientras en la bancada del PAN empieza a recrudecerse -soterradamente- la pugna entre ``pragmáticos'' y ``doctrinarios''.
CARA A CARA
Carlos Medina Plascencia y Juan Miguel Alcántara Soria, guanajuatenses los dos, además de coordinador y vicecoordinador de la bancada panista en la Cámara, son también los puntales de dos corrientes opuestas en el partido. Medina representa el ``pragmatismo'' o la ``cultura del tanteo'', mientras Alcántara es ``la doctrina'', el ``exégeta'' del pensamiento de Acción Nacional.
Alcántara dice de Medina: ``No ha leído a los clásicos, por eso actúa sin prejuicios y puede crear, con mucha mayor facilidad, nuevos paradigmas''.
Pero, reprochan otras voces panistas, ``la verdad es que a Medina Plascencia le falta malicia y se ha dejado comer el mandado por Muñoz Ledo''.
Y citan: el día que Felipe Calderón se reunió con el doctor Zedillo, cuando ya se decía que los diputados del PAN aprobarían los cuatro viajes presidenciales, programados para noviembre y diciembre (Venezuela, Estados Unidos, Canadá y Nicaragua), una rebelión interna de los panistas y la mano de Porfirio convencieron a Medina para que los azules votaran con el PRD.
No obstante, mientras se siga creyendo que puede alcanzar la candidatura del PAN a la Presidencia de la República, Medina logrará mantener la cohesión de una fracción considerada como la de mayor solidez académica.
En el bando opuesto a Medina, a Alcántara Soria le toca fijar las posiciones jurídicas y políticas de la fracción. Por eso coordina a quienes forman las comisiones de Justicia, de Gobernación y Puntos Constitucionales, de Reglamento y Prácticas Parlamentarias, de Estudios Legislativos, de Derechos Humanos, o de Defensa Nacional... los temas en que son más duchos los panistas.
Situado ``muy en la línea'' de Felipe Calderón, Alcántara es el único miembro de la bancada blanquiazul que cuenta con su propio grupo en el partido.
``Yo vengo con la representación de Felipe, ¿ustedes cuál traen?'', se ufana en sus reuniones con priístas y perredistas.
LEGISLEMOS EN PAZ. Foto: José Antonio López |
En el PAN no hay bloques monolíticos. Los gallos de los ``pragmáticos'' son fundamentalmente los gobernadores Vicente Fox (Guanajuato), Francisco Barrio (Chihuahua) y Medina.
En el campo de los ``doctrinarios'' lleva la batuta Felipe Calderón, pero nadie le ha firmado un cheque en blanco: carece de apoyos incondicionales. Diego Fernández de Cevallos se cuece aparte, pues goza de simpatías en ambas corrientes. Sin embargo, todos los descartan para la pelea en el 2000.
Pero en la burbuja del PAN hay otros panistas que destacan y están ``creciendo''. Uno es el yucateco Paoli Bolio, quien peleó con Carlos Castillo Peraza por la candidatura al gobierno del DF y hoy coordina las comisiones relacionadas con la política social. Paoli, además, fue uno de los protagonistas en la gestación del bloque y es el principal puente entre PAN y PRD.
A cargo de los asuntos vinculados con la política económica de la Cámara, el ex presidente municipal de San Pedro Garza García, Nuevo León, Rogelio Sada Zambrano (accionista de Vitro) aparece estrechamente ligado a Medina Plascencia.
Los otros vicecoordinadores son Felipe Preciado Coronado, ex presidente del Consejo Estatal Electoral de Jalisco y miembro de una familia con tradición dentro del partido, y Javier Corral Jurado, cercano colaborador de Francisco Barrio.
Como directores de debate actúan Sergio César Jáuregui Robles y el ex priísta tabasqueño Juan José Rodríguez Pratts, a quien se considera cercano a Castillo Peraza, aunque ingresó al PAN gracias a Fernández de Cevallos.
Todos los mencionados apuntan hacia arriba en la lista de preferencias panista, y entre ellos despunta Santiago Creel Miranda, de la primera camada de consejeros ciudadanos del IFE y cuya incorporación a las negociaciones de agosto, antes de la instalación de la Cámara, ocasionó agrios reclamos de Alcántara Soria y Paoli a Felipe Calderón.
La desconfianza hacia Creel, sin embargo, tiene otra razón de fondo: su cercanía con Porfirio Muñoz Ledo.
Pero no todo se les va en grillas a los panistas. En esta legislatura tienen ya el récord de ser el grupo parlamentario que ha presentado el mayor número de propuestas en tribuna y que, aparentemente, lucha por ser la fracción más ligth del Congreso pues, a la hora de las batallas campales, del bronx de Acción Nacional a lo mucho surge algún gritito, alguna broma. No más.