domingo 23 de noviembre de 1997


PRESENTACION


Queremos imaginar que hoy, penúltimo domingo de noviembre, usted está en la playa, en el hotel, en el kiosco de algún jardín, en el café de una estación o en el bar de un aeropuerto, y espera el momento de tomar el avión, el autobús o el coche para emprender el regreso; o que usted se encuentra ya en el autobús o en el avión o en el camino de regreso, o se ha detenido en algún parador de la carretera; o ha vuelto a su casa y de prisa, porque mañana hay que madrugar, coge los periódicos del fin de semana que no había podido revisar mientras andaba de viaje...

Pero también queremos imaginar que usted prefirió quedarse en vez de aprovechar el último puente previo a las vacaciones navideñas, y que hoy domingo ha recibido el periódico o ha ido a comprarlo antes de desayunar, y de pronto, al igual que miles de personas en las playas, en los aeropuertos, en los autobuses, en las carreteras y en muchas otras ciudades del país, acaba de abrir este extraño suplemento...

Aunque, desde luego, también queremos imaginar que usted amanece o anochece en cualquier ciudad de cualquier país y continente del globo, y ni siquiera ha pensado que hoy finaliza el último puente del año en México, pero simplemente, como suele hacer a menudo, abre la página de La Jornada en Internet, revisa el menú de la fecha, se topa con un nuevo rótulo que no recordaba haber visto, y oprime el ratón para dar un clic sobre la palabra Masiosare...

Confiando en nuestra propia experiencia de lectores de periódicos, queremos imaginar que en la playa, en el aire, en el autobús, en el kiosco, en el parador o en su casa, en cualquier ciudad de este país o de otro cualquiera, con La Jornada de hoy en las manos o en la pantalla de Internet, usted ha devorado ya los cinco reportajes que contiene el primer número de Masiosare, y sólo en este preciso instante, luego de recorrer con avidez los párrafos que han atraído su vista a la parte inferior de este espacio, usted comprende que no tenemos el menor interés de explicarle qué es Masiosare, y que si lo hemos hecho venir hasta aquí es para extenderle una invitación sencilla: descúbralo, a partir de hoy, cada siete días.


Foto: José Antonio López