La Jornada 23 de noviembre de 1997

Cambio de fechas, olvido que podría poner en jaque la economía mundial

Víctor Cardoso Ť Parecería surgido de la ciencia ficción, pero a partir del uno de enero del año 2000 la economía mundial podría quedar paralizada por tiempo indefinido, porque a técnicos, científicos y usuarios, a todos, se les olvidó aplicar en los programas de computación (software) un mecanismo que posibilite el cambio de fechas para el tercer milenio.

Según Bryan Jablon, vicepresidente de mercados de AIMS Consulting, en Estados Unidos apenas una cuarta parte de las grandes empresas empezaron a cambiar sus programas de cómputo para incluir las nuevas fechas del año 2000 en adelante.

La Unión Internacional de Telecomunicaciones (UIT), órgano rector dependiente de la Organización de Naciones Unidas, considera el cambio de fechas como ``la bomba del milenio''.

Según la UIT, ese problema afectará no sólo las telecomunicaciones (incluida la Internet), sino las operaciones cotidianas. La representación de cada año, explicó, se basa en dos dígitos que podrían funcionar defectuosamente cuando se pase de 1999, representado en esos programas y sistemas como ``99'', al año 2000, representado como ``00''.

``En la medida en que las redes de telecomunicaciones usan las fechas como referencia en determinados procedimientos, la entrada del año 2000 ha de plantearles también un problema.

Entre los principales sectores que resultarán afectados por el paso de 1999 al 2000 están los sistemas de tratamiento de mensajes y los servicios de guía, que se basan en una representación del año de dos dígitos, y algunas operaciones posteriores al tratamiento, por ejemplo, el cobro de llamadas, la facturación a clientes u otros registros utilizados en los sistemas de facturación después de las operaciones, comentó la UIT en un reciente análisis sobre los problemas que causará el cambio de fechas en las telecomunicaciones.

Bryan Jablon sostuvo que todas las actividades en las que se utilizan computadoras tendrían que parar porque se generará un caos: los recibos de tarjetas de crédito no serán aceptados con la fecha 2000 (o ``00''); las pensiones dejarán de pagarse porque los beneficiarios no podrán ser identificados en los programas de las computadoras y los bancos tampoco podrán atender el gran cúmulo de operaciones manualmente.

Lo peor, dijo Jablon, es que pese a los arreglos que algunas compañías hagan a sus programas de cómputo para resolver el problema, no podrán intercomunicarse con otras terminales --en el país o en el extranjero-- que se hayan quedado rezagadas: eso hace crecer el riesgo potencialmente.

El directivo de una de las pocas empresas que se dedican al cambio de programas de cómputo en el mundo mencionó que ni las autoridades gubernamentales se han dado cuenta de la dimensión del problema, pese a que ocasionará una suspensión de pagos casi generalizada.

En México ``hicimos un recorrido a manera de muestreo entre 70 grandes empresas y sólo tres dijeron estar trabajando al respecto''. comentó.

Por su parte, el vicepresidente ejecutivo de AIMS Consulting, Larry Ynfante, dijo que no existe suficiente personal capacitado para atender las complicaciones que ocasionará el cambio de siglo en los programas. ``En Estados Unidos hay alrededor de 3 mil especialistas en programas de cómputo, y ya todos están empleados de tiempo completo en las grandes compañías. Además, ese número de profesionales apenas es suficiente para realizar 25 por ciento de las modificaciones que se requieren''.

Explicó: ``El cambio de fechas de un siglo a otro es un problema que difícilmente se volverá a presentar, pues tendría que ser en el año 10000, pero por el momento son pocas las computadoras que aceptarán la nueva fecha. El problema es que cuando se crearon los sistemas de cómputo y sus programas (cada empresa tiene su propio software; Bancomer, por ejemplo, maneja alrededor de 400 millones de fórmulas para sus labores financieras) no se consideró la posibilidad de cambiar la fecha de un siglo a otro porque ocupaba demasiado espacio en la memoria y realmente no se requería.

``En todos los programas las máquinas fechan, por ejemplo, 22-10-97, y las nuevas fechas requerirán ser 01-01-2000, porque de lo contrario las computadoras, automáticamente repetirán la información de un siglo antes o, de plano, rechazarán cualquier operación con los nuevos dígitos. Ahora sólo nos queda de hecho un año, porque 1997 prácticamente ya terminó y los nuevos programas tienen que probarse por lo menos un año antes para estar seguros de que no habrá fallas. Hay mucho en juego con eso'', dijo.