Gastó Conasupo todo su presupuesto para maíz sólo en Sinaloa; protestan 180 organizaciones
Blanche Petrich Ť La Conasupo gastó su presupuesto para la compra de la cosecha de maíz primavera-verano de minifundistas temporaleros de toda la república en un solo estado: Sinaloa, en una compra masiva realizada entre julio y agosto a los agricultores de riego de ese estado.
Adquirió mil 700 toneladas a mil 335 pesos cada una, en un periodo en el que el grano registraba sus precios más bajos en los indicadores de Chicago. Ahora que las cotizaciones van al alza, ante el anuncio de grandes pérdidas previstas por la FAO y Green-peace a causa del fenómeno El Niño, esta reserva, calificada por Conasupo como ``excedente'', es rematada a precio de maíz amarillo, a mil 100 pesos, una verdadera ganga, a la transnacional estadunidense Continental Grain.
Mientras, los pequeños y medianos productores del resto del país aún esperan, con mes y medio de atraso, que Conasupo les defina los precios y los términos de la compra del grano. Extraoficialmente ya se menciona el precio de mil 240 pesos hasta mil 290 pesos, cinco por ciento menos del precio sinaloense, y una limitada cuota de apenas 700 mil toneladas, una tercera parte de lo comprado al estado.
``Este precio, aún por confirmarse, es una provocación y una ofensa'', señala el director ejecutivo de la Asociación Nacional de Empresas Comercializadoras de Productores del Campo (ANEC), Víctor Suárez Carrera. ``Y nos parece -agrega- que estamos ante una política explícita de exclusión y de segregación contra la agricultura campesina familiar. Una guerra económica, social y política.''
A la incertidumbre por la demora en el programa de compras de la Compañía Nacional de Subsistencias Populares -seis semanas que ponen en riesgo las cosechas por la excesiva humedad- se suma la secuencia de desastres naturales. Ha sido un mal año para los campesinos que dependen de la milpa y que registraron 20 por ciento de pérdidas por fenómenos mixtos de sequías y huracanes. Súmese esto a un 25 por ciento de incremento en los precios de producción y comercialización. Y a una fuerte competencia por las importaciones de maíz en el marco del Tratado de Libre Comercio.
En protesta por lo anterior, y para exigir una vía de negociación con el gabinete agropecuario, precios justos y remuneradores al maíz y el frijol y la suspensión verificable de las importaciones de granos por lo menos hasta agotar las existencias de los productores mexicanos, este lunes miembros de 180 organizaciones integrantes de la Asociación Nacional de Empresas Comercializadoras de Productores del Campo, AC, tomarán las sedes de la Sagar en las capitales de Chihuahua, Zacatecas, Jalisco, Michoacán, Guanajuato, Chiapas, Puebla, Tlaxcala, Hidalgo, Veracruz, Tamaulipas y Durango.
Con esta acción concertada se da un paso más en las movilizaciones iniciadas en octubre. Primero fue el Frente Democrático Campesino en Chihuahua, con un plantón y una quema simbólica de mazorcas frente a la delegación de la Sagar en esa capital. Después la toma de tractores de la Federación Estatal de Maíz en la plaza central de Toluca. El 9 de noviembre, en Chiapas, hubo un bloqueo de la carretera entre Tuxtla Gutiérrez y Venustiano Carranza, donde el año pasado, por razones similares, hubo represión y un saldo de dos muertos.
``El mensaje que estamos recibiendo es que los dos millones y medio de campesinos de temporal no importan en el gran diseño de la agricultura del TLC diseñada desde el salinismo. Creen que apoyar a este sector es echar dinero bueno al malo. Y que es más negocio importar maíz que producirlo. Para el actual gabinete agropecuario la seguridad alimentaria es una idea anacrónica, algo para olvidar'', señala Suárez Carrera.
Se anuncia el tiempo de las vacas flacas
Este 1997 ha sido mal año. De los 15 millones de toneladas de maíz que se esperaban se dieron sólo 13 y medio. En los frijolares hay una verdadera catástrofe. Se esperaban 800 mil toneladas y sólo se cosecharán 400 mil. Zacatecas, Durango y Chihuahua, en el norte, y Chiapas, Puebla, Oaxaca y Guerrero, en el centro y sur, han sido los más afectados.
Según la explicación de Víctor Suárez, que define la ANEC -62 mil productores asociados- como una agrupación que pretende mejorar la capacidad de negociación de los medianos y pequeños agricultores, la defensa de los campesinos frente al Tratado de Libre Comercio y el rescate de la soberanía alimentaria del olvido actual, la demora de Conasupo, que habitualmente salía a comprar las primeras semanas de septiembre, se debe a que la Secretaría de Hacienda condicionó la entrega de nuevas remesas a la recuperación de lo gastado en el ciclo anterior.
``Porque sin sentido de la previsión todo se invirtió con los ricos agricultores sinaloenses, históricamente un lobby influyente en las políticas agrícolas, que dicho sea de paso no son productores tradicionales de maíz, sino que de manera excepcional dedicaron este ciclo tierras de productos más rentables, como trigo y hortalizas''. Agrega que ahora muchos ``se preguntan cuál es la diferencia entre el maíz del resto de la República y el maíz de Sinaloa, y algunos comentan que es una discriminación por el hecho de que el secretario de Agricultura es de Sinaloa''.
Pero el maíz sinaloense, ubicado en bodegas alejadas de los mercados tradicionales del grano, no obtuvo la demanda esperada de los grandes compradores privados, como Maseca. De las mil 700 toneladas sólo se vendieron 700, con sobrecargos en detrimento de Conasupo de 110 pesos por flete marítimo, pues se tuvieron que trasladar vía canal de Panamá al Golfo. Presionado por los plazos de Hacienda, que no entregará presupuesto para nuevas compras mientras existan esas reservas, Conasupo acordó con una transnacional estadunidense, la Continental Grain, una de las tres empresas que controlan en el mercado mundial el comercio del grano, una venta de las mil toneladas restantes, a precio de maíz amarillo, mil 100 pesos, 200 pesos más barato que a lo que se compró.