La mayoría de casas que edificó en ese periodo eran obras rezagadas de 93
Raúl Llanos y Daniela Pastrana Ť De un presupuesto asignado de aproximadamente mil millones de pesos para 1995 y 1996, Fividesu inició y terminó durante ese periodo sólo 141 viviendas de interés social; el resto de las casas que se construyeron correspondían a obras rezagadas desde 1993, razón por la cual la Contaduría Mayor de Hacienda realiza cuatro auditorías a esa institución, reveló el diputado local Rodolfo Pichardo Mendoza.
El secretario de la Comisión de Vivienda de la Asamblea Legislativa del Distrito Federal (ALDF) citó que en análisis preliminar de la Cuenta Pública de 1996, se detectaron diversas irregularidades, como viviendas inconclusas, o la asignación de obras a personas físicas dedicadas al alquiler de equipo de sonido.
Durante una conferencia de prensa, el representante popular explicó que el presupuesto que tuvo el Fividesu para 1996 fue de 487.6 millones de pesos, para construir 8 mil 404 viviendas. De estas sólo se edificaron 6 mil 13; es decir, 71.5 por ciento de lo programado, con lo que se dejaron de construir 2 mil 391 casas. Además, del total que se construyeron, 5 mil 973 correspondieron a obras rezagadas.
``Entonces --dijo--, del universo de viviendas construidas sólo 40 fueron iniciadas y terminadas en 1996, lo que significa que 92.7 por ciento de las casas terminadas absorbieron más de 90 por ciento del presupuesto fijado para 1996''.
Aunado a ello, comentó que mientras el costo promedio por vivienda en 1993, 94 y 95 era de 48 mil 889.7 pesos, en 1996 éste se elevó hasta 75 mil 754 pesos, pero sumándole el 15 por ciento que implican los gastos financieros del Fovi y la Banca; 4 por ciento de permisos y licencias, y 6 por ciento de las operaciones que realiza el fideicomiso, el costo final para los demandantes de vivienda llega a 90 mil pesos.
Más adelante, precisó que aparecieron de nueva cuenta en 1996 en los documentos de Fividesu los nombres de Ildefonso Miramón Vargas y Angela de la Rosa, como personas físicas que tuvieron la autorización de ese organismo para construir vivienda, a pesar de que en el Registro Público de la Propiedad su actividad preponderante señala que es alquiler de televisiones y equipo de sonido.
Pichardo Mendoza precisó que de las cuatro auditorías que realiza la Contaduría Mayor, dos son de tipo financiero, una de obra pública y la última es programático-presupuestal, que habrá de demostrar todas las irregularidades y de ahí definir si se fincan responsabilidades penales o se le imponen sanciones administrativas al responsable de ese fideicomiso.
Lo que es una realidad, dijo, es que Fividesu deberá comprobar más de 90 por ciento del presupuesto que tuvo tanto en 1995 --508 millones de pesos-- como en 1996 --487 millones 600 mil pesos--, saber el monto detallado para obras, pero también la cantidad que se destinó para el rubro de subsidios.
El diputado local comentó que en la ciudad de México se enfrenta un déficit de 250 mil viviendas, según datos de la Secretaría de Desarrollo Urbano y Vivienda (Seduvi), aunque dijo que esas cifras se contraponen con los datos que ofreció recientemente el regente Oscar Espinosa ante la Asamblea, cuando comentó que anualmente el rezago habitacional se incrementa entre 60 y 70 mil casas.