La Jornada 14 de noviembre de 1997

Apoyan empleados la consulta de Barnés; ``cortina de humo'': alumnos

Claudia Herrera Beltrán Ť La consulta que el rector de la UNAM, Francisco Barnés, propuso entre la comunidad universitaria acerca de su Proyecto de Plan de Desarrollo 1997-2000 recibió el apoyo de académicos y trabajadores sindicalizados, quienes se manifestaron en favor de la integración del Consejo Universitario en este proceso. En tanto, las organizaciones estudiantiles se pronunciaron en contra de lo que llamaron un ``debate simulado''.

Para el secretario general de la institución, Xavier Cortés Rocha, es inevitable que en la Universidad haya sectores que se opongan a las iniciativas de la rectoría, pero aseguró que la consulta convocada el miércoles pasado servirá para demostrar el nivel de consenso que hay en torno al plan y que el proyecto tiene ``pocas aristas que pulir''.

Acerca del incremento en las cuotas de colegiatura, Cortés Rocha afirmó en entrevista que por el momento no existe una postura definida, pero advirtió que este tema deberá ser puesto a discusión como parte del punto referente a las fuentes de financiamiento de la UNAM.

Por su parte, el investigador del Instituto de Fisiología Celular René Drucker Colín consideró que el llamado del rector es un ``intento democrático interesante'', aunque dijo no saber lo efectivo que pudiera resultar someter a discusión un plan de actividades.

El fisiólogo señaló que es difícil complacer a toda la comunidad universitaria, sobre todo porque algunos grupos van a ver afectados sus intereses; sin embargo, advirtió que si las propuestas de la rectoría son buenas tendrán que llevarse a cabo.

La socióloga Selene de Dios, consejera universitaria por la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales, consideró positivo que a partir del próximo 17 de noviembre los universitarios dispongan de dos meses para reflexionar sobre el futuro de la máxima casa de estudios y dijo que el órgano colegiado en el que participa deberá estar atento a los resultados.

No obstante, dijo que si las opiniones de la mayoría no son incluidas, la consulta sería ``un engaño'' y ello podría generar un conflicto fuerte a las autoridades.

El dirigente del Sindicato de Trabajadores de la UNAM, Agustín Rodríguez, anticipó que sus agremiados van a unirse a las discusiones y que el próximo lunes el Consejo General de Representantes se reunirá para exponer sus puntos de vista sobre el documento que el miércoles pasado dio a conocer la rectoría.

En principio, propuso que el próximo Consejo Universitario integre una comisión de trabajadores, académicos y estudiantes que se encargue de recoger las opiniones y de esa forma evitar que ésta sea una auscultación simulada.

Si no se incluye la postura de los universitarios en torno a los lineamientos que guiarán a la Universidad rumbo al año 2000, Rodríguez dijo que el rector tendría problemas, porque quedarían en entredicho su voluntad y su palabra.

Una consulta simulada para legitimar las acciones del rector: estudiantes

Activistas agrupados en el Consejo Estudiantil Universitario (CEU) rechazaron la consulta y dijeron que podría tratarse de una ``cortina de humo'' para hacer creer a los universitarios que en la institución las decisiones se toman por consenso.

Estela Zúñiga, estudiante del Colegio de Ciencias y Humanidades, cuestionó que Barnés ahora pida la opinión de los universitarios, luego de que en diez meses como rector ha promovido reformas sin haber consultado abiertamente al alumnado y a los académicos.

Por su parte, los jóvenes aglutinados en el Comité Estudiantil Metropolitano (CEM) y que han impugnado lo que llaman el Plan Barnés anunciaron que no participarán en la consulta, pues consideraron que es ``una farsa'' promovida por las autoridades con el fin de legitimar el proyecto de trabajo de la rectoría.

Higinio Muñoz criticó que las discusiones estén en manos de las autoridades y no de todos los universitarios y consideró que el tiempo de la consulta es breve, además de que debió ponerse en los medios de comunicación universitarios para que sea una discusión abierta.

En un análisis del CEM sobre el Plan de Desarrollo, advirtió que no encontró una estrategia clara para alcanzar los propósitos anunciados, que más bien pareció un ``listado de buenos propósitos'' y de ``acciones aisladas''.

Señaló que Barnés, antes de plantear una revisión de su proyecto, debió incluir en el documento los resultados del Congreso Universitario de 1990, cuyas conclusiones fueron ignoradas durante la anterior gestión de José Sarukhán y lo que lleva la actual.