En carta al Ejecutivo, el PRD señala que son urgentes diálogo, consensos y respeto entre poderes
Roberto Garduño Ť El Partido de la Revolución Democrática (PRD) propuso al presidente Ernesto Zedillo una agenda política que impulse el cambio de rumbo económico y propicie la transformación democrática a través de la reforma del Estado.
La cúpula del perredismo nacional envió una misiva de seis cuartillas al Ejecutivo federal, para que considere los puntos torales que deben tratarse durante la presente coyuntura político-social que vive el país.
El documento en cuestión enfatiza que el PRD se ha abocado a impulsar de manera decisiva el diálogo nacional rumbo a la transición democrática.
``Ante estas nuevas realidades, el respeto entre los poderes y los niveles de gobierno, así como el diálogo y la búsqueda de consensos entre los distintos actores se vuelven más necesarios y urgentes que nunca. El PRD asume su responsabilidad frente a la nación y demanda al resto de los protagonistas que actúen en consecuencia'', señala.
Compromisos para la gobernabilidad
La propuesta perredista se abre también hacia las cámaras legislativas, a los partidos políticos, a las organizaciones económicas, sociales y civiles.
Punto fundamental en la actitud del Partido de la Revolución Democrática para proponer una agenda política de tales características, fueron los resultados electorales del 6 de julio, que incluso le prodigaron la victoria en el Distrito Federal.
Doce son los Compromisos para la Gobernabilidad Democrática que se destacan en el texto: aceptar la propuesta original de la Cocopa sobre la iniciativa de Ley en Materia de Derechos y Cultura Indígenas; cumplimiento de los acuerdos de San Andrés; garantía de elecciones limpias y equitativas para los procesos electorales del año próximo; sanciones por el uso ilegal de los recursos públicos; respeto efectivo a los derechos humanos; desmilitarización y compromisos en materia de seguridad pública.
Además: combate a la corrupción y a la impunidad; acceso equitativo y democrático a los medios de información; impulso al crecimiento económico y al empleo; incremento inmediato al salario real, en cuando menos cinco por ciento por encima de la inflación; eliminación del IVA en productos de consumo popular y limitar el aumento de las tarifas del sector público a la inflación, así como el aumento al gasto social y educativo.
Otros rubros son: apoyo a la empresa productiva; solución al problema de la cartera vencida; fortalecimiento económico y político de los estados y municipios, y evaluación y revisión --en su caso-- de compromisos financieros y comerciales con el extranjero.
La agenda que el pleno del CEN del PRD analizó --a propuesta de Raymundo Cárdenas-- fue reelaborada en el transcurso de la tarde y una vez revisada por Andrés Manuel López Obrador se envió a la residencia oficial de Los Pinos.
Los dirigentes perredistas comentaron más tarde que la respuesta del primer mandatario se espera para la mañana de este jueves o incluso antes.
También se recoge parte del compromiso que firmaron el presidente Ernesto Zedillo y los partidos políticos, el 17 de enero de 1995, para impulsar la reforma del Estado.
Se argumenta que el diálogo y los acuerdos para el cambio democrático del país requieren de una reforma política que contemple la división y equilibrio de poderes para controlar los actos del Ejecutivo, una nueva ley orgánica del Congreso, reformar el Poder Judicial, federalismo democrático, participación ciudadana, reformas electorales pendientes y un estatuto democrático para el gobierno del Distrito Federal.
Por lo que corresponde a la reforma económica y social que se trató en aquel compromiso de l995, se destaca la reinserción de México en la economía mundial, la planeación democrática del desarrollo, políticas económicas con justicia, integración industrial y fomento a la pequeña y mediana empresas.
Los postulados perredistas también abordan la urgente garantía de los derechos sociales, la expansión y mejoramiento del sistema educativo, una política de ciencia y tecnología, combate a la pobreza extrema y fortalecimiento de la identidad cultural.
La dirección del PRD --que se asume como garante de la voluntad de todos sus representados-- asegura en el texto ``la coherencia del proceso negociador y el cumplimiento cabal de los acuerdos a que se llegue''.
También solicita la definición de un formato para el diálogo nacional, las prioridades de éste, los calendarios y sus actores y lo que debe ser la ruta crítica de la reforma del Estado.
Las iniciativas que surjan, dice el perredismo, deberán concluirse a más tardar a fines de 1998.