Reportes de que la Secretaría de Marina supo de la acción pero no informó a la cancillería
David Aponte Ť La operación antinarcóticos Acapulco, en la que participaron barcos y aviones estadunidenses, resultó ``un éxito'' y no debe mostrarse como una ``amenaza''. Las naves de la Guardia Costera, Marina y del Servicio de Aduanas de Estados Unidos no tomaron parte en ninguna persecución en caliente y sólo realizaron labores de ``monitoreo'' y ``vigilancia'', aseguró ayer el subsecretario de Relaciones Exteriores, Juan Rebolledo Gout.
La acción conjunta entre México y Estados Unidos, realizada en el sur de Acapulco, en la zona económica exclusiva del país -que comprende 200 millas-, evidenció descoordinación entre las dependencias mexicanas encargadas del combate a las drogas. La Secretaría de Marina no había informado a la cancillería de los detalles del operativo, según los reportes obtenidos por este diario.
En entrevista, Rebolledo explicó que la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE), encargada de la cooperación internacional en contra del tráfico ilícito de estupefacientes, tenía conocimiento del operativo antinarcóticos, pero no de los ``detalles'' del mismo.
El 11 de agosto pasado, dos embarcaciones y dos aviones con radares del gobierno de Washington entraron al sur de Acapulco, donde ``persiguieron'' y siguieron el rastro de un bote de narcotraficantes, mismo que arrojó 2.7 toneladas de cocaína al mar, de acuerdo con documentos de la Oficina de Política Nacional para el Control de las Drogas de la Casa Blanca.
``Tomaron parte en la persecución, en varios momentos, un (barco) Boutwell y un helicóptero HH-65 de la Guardia Costera; un P-3 Orion de la Marina; un P-3 Orion del Servicio de Aduanas de Estados Unidos (provistos de radares), y un avión turbo King de la Procuraduría General de la República.
``El avión del Servicio de Aduanas encontró el rastro del bote rápido cuando éste arrojó más de 100 paquetes de cocaína antes del anochecer'', explican los textos de la dependencia estadunidense.
El subsecretario Rebolledo afirmó que los aparatos estadunidenses únicamente realizaron tareas de monitoreo y rastreo de una embarcación de presuntos narcotraficantes. Las naves de Estados Unidos mantuvieron la vigilancia y ayudaron en la recolección y el traslado de la cocaína, continuó.
``No hubo persecución en caliente. No está ni va a estar ni nunca aceptaremos persecución en caliente. Es una definición de política exterior dada por el Presidente y dada también por todos los mandatarios en el pasado. Esta es una línea muy vieja de política exterior. Quiere decir que nosotros no aceptamos que otras autoridades ejerzan funciones de autoridad en territorio nacional y una persecución en caliente sería un ejercicio de autoridad en el país'', expuso.
Incluso, mencionó que el tema de las persecuciones en caliente ya no está en la mesa de debates con las autoridades estadunidenses, para evitar cualquier tipo de sospechas o malas interpretaciones. ``Es la verdad'', dijo.
De los alcances del operativo Acapulco, comentó que la cooperación estadunidense estuvo limitada a la ``vigilancia'' de la droga. ``Fue un operativo muy exitoso, que quizás no hubiera podido funcionar si no hubiera sido hecho en esa manera. Creo que debería de haberse mostrado como un éxito y no como una amenaza'', agregó.
La oficina del zar antidrogas de Estados Unidos, el general retirado Barry McCaffrey, presentó la acción antinarcóticos Acapulco como resultado del Operativo Protección de la Frontera, con base en San Diego, California, puesto en marcha por la Guardia Costera.
Los documentos detallan que la actual cooperación bilateral entre la Guardia Costera y la Marina estadunidenses, y la Armada de México dio como resultado una ``acción exitosa'' en aguas del Pacífico mexicano, como parte de la Operación Border Shield o Protección de la Frontera.
La acción conjunta tuvo lugar en el sur del puerto de Acapulco, a poco más de 60 millas de la costa, dentro de la zona económica exclusiva del país, según datos de la SRE.
La operación comenzó el 8 de agosto en costas de Oaxaca: SRE y PGR
En un comunicado conjunto, la SRE y la PGR informaron por la noche que el operativo Acapulco inició el 8 de agosto, después de que se recibió información del Sistema Hemisférico respecto de una embarcación que transportaba droga y que estaba ubicada a 240 millas náuticas al sur de Salina Cruz, Oaxaca.
Con motivo del intercambio de estos reportes, seis unidades de la Armada de México comenzaron a movilizarse con la finalidad de detectar el bote de los narcotraficantes. Posteriormente, un helicóptero de la Guardia Costera de Estados Unidos dio a conocer que había localizado flotando, ya en las costas de Guerrero, más de 200 paquetes de droga, explicaron las dependencias.
En contraste con las cifras proporcionadas por la oficina de McCaffrey, las dependencias mexicanas detallaron que el aseguramiento de cocaína asciende a 2 toneladas 352.4 kilogramos e insistieron en que las naves estadunidenses no realizaron ``ninguna persecución en caliente'' de la embarcación ilícita, debido a que ésta tiró la carga y se retiró rumbo al Pacífico sur.
``La SRE y la PGR destacan la cooperación internacional en la lucha contra el narcotráfico. En estos esfuerzos el gobierno de México asegura siempre el estricto apego a la soberanía y a la jurisdicción territorial'', añadieron.