Tal como se había anunciado ampliamente, Víctor Flores ha decidido mantenerse en el poder hasta el año 2000 para garantizar la sumisión de los trabajadores ferrocarrileros al proyecto modernizador neoliberal en curso. El método utilizado para seguir en el mando ha sido el golpismo: sin respeto por leyes ni reglamentos, simplemente manipulando a unos cuantos conjurados, ha anunciado que seguirá tres años más como líder sindical.
Con esa decisión dictatorial como marco, y con el pretexto de la celebración del Día del Ferrocarrilero, el pinochetismo rielero ha solicitado al presidente Ernesto Zedillo una audiencia que en principio espera se realice mañana.
La visita, en caso de darse, podría servir para hacer un buen resumen de los resultados logrados en la materia por la modernización neoliberal: decenas de miles de trabajadores despedidos; la Ley Federal del Trabajo y el convenio específico del ramo, pisoteados y burlados; la soberanía nacional entregada a los intereses extranjeros y a los coloniales internos; el servicio de transporte popular de pasajeros reducido al mínimo; casi 400 estaciones, que daban vida económica a sus regiones, eliminadas, y la consolidación a sangre y fuego del sindicalismo charro.
Sin embargo, lo que escuchará el Presidente, en caso de recibir a los golpistas, será bien diferente, pues quienes le visitarán serán justamente los cómplices y beneficiarios de ese cuadro desolador.
Pero, si en lugar de recibir a estos siniestros representantes de la traición a sus representados, el presidente Ernesto Zedillo quisiera conocer una versión inteligente y honesta, podría escuchar al comité que defiende a los trabajadores contra la violación de sus derechos, encabezado por Salvador Zarco, de cuya pluma tomamos los siguientes párrafos:
``Con el régimen de concesiones y permisos al capital privado nacional y extranjero, se condena a la industria ferroviaria al esquema norteamericano, que utiliza fundamentalmente locomotoras diesel-eléctricas.
``Hoy en día, en materia de ferrocarriles, tecnología de punta es la utilizada en los trenes magnéticos en Europa y Asia, pero no en Estados Unidos de Norteamérica... pero a los norteamericanos no les conviene que utilicemos locomotoras eléctricas, por la simple y sencilla razón de que las diesel-eléctricas nos obligan a depender más de EUA por la constante compra de partes de repuesto para el motor diesel. Las locomotoras eléctricas, en cambio, requieren de un mantenimiento mínimo, son de más capacidad (6,000 HP contra 3,000 HP), contaminan menos y su costo de operación es menor''.
Este proceso privatizador, añade, ``inhibe el desarrollo del mercado interno, no ayuda a nuestra integración como nación, nos hace más dependientes del extranjero, concretamente de EUA, a cuyos intereses geopolíticos se responde, y se lesiona severamente la soberanía de México''.
Además, recuerda el líder de la disidencia rielera, existe una sistemática avanzada de intereses ajenos a los mexicanos en las regiones del istmo de Tehuantepec y de la península de Baja California.
Respecto a la situación laboral, menciona que mediante reajustes forzosos, disfrazados de retiros voluntarios, se ha pasado de 83 mil 200 puestos de trabajo que había en 1990, a sólo 44 mil 139 en 1996. El contrato colectivo de trabajo pasó en junio de 1996 de 3 mil 45 cláusulas a sólo 208, y el 21 de mayo del presente año quedó en sólo 38 en el caso de la relación con la empresa Transportación Ferroviaria Mexicana.
El presidente Zedillo podría también enterarse, en caso de recibir a Zarco y sus compañeros, y no a Víctor Flores y su comparsa, de que este día 7, cuando en Veracruz la directiva golpista celebre con derroche, al estilo carnaval, el Día del Ferrocarrilero, los trabajadores en desgracia, desempleados o recontratados a partir de cero en cuanto a antigüedad y otras prestaciones, iniciarán en Nogales, Sonora, una caravana que durante 15 días caminará hasta terminar en Guadalajara, para denunciar la grave situación que viven y para pedir el apoyo solidario para su lucha.
Campaña de cartas de beneficiados por García Lizama
En una extensa carta, de tono amable y reposado, el periodista Fernando Mota Martínez explica los pormenores de la fundación que él dirige (la Raoul Amillien Lacaud, en la que relata que tienen remuneración él, la subdirectora, un mensajero y un auxiliar de oficina) y detalla la venta de servicios periodísticos que su empresa --Editores de Comunicación-- realiza en favor del Nacional Monte de Piedad, pero asegura que tanto él, como la subdirectora Ana María Monroy de Huerta, ``sí somos defensores gratuitos de García Lizama''.
En abundamiento de esa gratuidad, explica: ``No fui contratado para servir a García Lizama ni a la Junta que él preside... Sirvo a la Junta y a García Lizama porque tengo la certeza de que éste es hombre honesto y porque la Junta realiza tareas benéficas para miles de personas necesitadas de la ayuda de todos''.
Respecto a la airada carta que la señora Monroy de Huerta escribió contra este columnista, Mota Martínez asegura que la dama se expresó ``a título personal'' y no a nombre de nadie más, aunque menciona que la citada señora ``corrige todo lo que yo escribo''. Respecto a la filtración pirata hecha a Frentes Políticos del texto que exigió fuera publicado en La Jornada, dice Mota Martínez que el preparado para este diario ``se traspapeló, aunque en esencia diga lo mismo. Lo que Monroy de Huerta buscaba era difundir en La Jornada la verdad, como sí lo hizo Frentes Políticos''.
Y hace, ya casi al final de su carta, el anuncio de una campaña epistolar dirigida a Astillero: ``Ahora mismo, con la intención de ofrecerte más elementos para llegar a la verdad, estoy exhortando a los patronos y dirigentes de las 420 instituciones de asistencia privada que han sido beneficiadas por el Nacional Monte de Piedad, para que te escriban y te den a conocer la situación de cada una de ellas en relación con este caso. No se trata de enviarte `filtraciones piratas', sino de ayudarte, en el mejor sentido de la intención, a que tengas una visión clara de este asunto''.
El resumen que esta columna hace del caso es la siguiente: la subdirectora de una de las fundaciones beneficiadas por García Lizama envía una agresiva carta contra este columnista, en papel membretado, pidiendo además la publicación ``íntegra'' de un texto esclarecedor. Esta columna exhibe de inmediato pruebas documentales de que esa fundación la dirige un periodista que además de cobrar por esa tarea asistencial lo hace como prestador de servicios periodísticos al NMP dominado por García Lizama. De no haber contado con esos datos y pruebas, la subdirectora hubiera pasado como una ofendida dama de caridad y no como una empleada a sueldo de la citada fundación y correctora también a sueldo de los documentos de un periodista que trabaja para el NMP. Mostrados los entretelones de la tramposa defensa de García Lizama, el periodista Mota Martínez interviene con un texto mesurado y abierto al diálogo. Respecto al texto ``traspapelado'', tiene un pésimo olor ético y periodístico el envío a La Jornada (con exigencia de publicación íntegra) de un documento que palabra por palabra había sido publicado en otro diario, bajo otra firma, sin mencionar que provenía de la señora Monroy de Huerta.
Por último, esperemos la cascada epistolar ya anunciada.
Astillas: Del 13 al 14 de noviembre se realizará en Cuernavaca, Morelos, el foro nacional Estado, Crisis y Educación, cuyos temas centrales serán: Hacia una reconceptualización de lo público en la educación; los sindicatos en la encrucijada; la propuesta estudiantil, y la investigación educativa. Los convocantes son organizaciones sindicales e instituciones académicas de la UNAM, UAM y las universidades autónomas de Zacatecas, Guerrero, Morelos, estado de México, Chapingo y secciones sindicales del SNTE... Este sábado, con un brindis nocturno, Doblejornada celebrará el premio mundial que recién recibió...