PROTESTAS CONTRA EL PLAN BARNES
Claudia Herrera Beltrán Ť Cerca de 70 mil alumnos de los cinco planteles del CCH, la Facultad de Estudios Superiores (FES) Zaragoza y la Facultad de Ciencias suspendieron clases ayer, como parte de un movimiento estudiantil que planteó como principal reclamo la apertura de un diálogo entre los universitarios para promover una reforma en la UNAM.
De 260 mil estudiantes, poco menos de la cuarta parte se unió al paro que convocaron diversas organizaciones, entre ellas el Consejo Estudiantil Universitario (CEU) y el Comité Estudiantil Metropolitano (CEM), opositoras a la política aplicada por el rector Francisco Barnés -llamada Plan Barnés-, promotora de una discusión sobre el futuro de la Universidad, pues no reconocen a los órganos de representación universitarios como los espacios idóneos para el debate.
Un buen paro en el CCH
Vallejo.
Foto: Ernesto Ramírez
Activistas del CEU invitaron a la comunidad a participar en una consulta organizada por académicos, investigadores, trabajadores y estudiantes, en la que se haga un diagnóstico de las necesidades y los retos. ``Convocamos a todos los universitarios a discutir, a organizarse y a exigir que la reforma en la UNAM sea construida democráticamente'', advirtieron en el manifiesto difundido ayer en conferencia de prensa.
Por su parte, el CEM se manifestó también por promover un diálogo entre los universitarios para acordar la transformación de la UNAM, y como parte de una campaña de movilizaciones anunció que realizarán una marcha a la rectoría el 6 de noviembre.
Al paro de actividades académicas se sumaron otras acciones como mítines informativos convocados en las Preparatorias 2, 5 y 7, así como en las facultades de Economía, Sicología y Filosofía, además del bloqueo durante más de seis horas de la avenida de los Cien Metros por alumnos del CCH Vallejo.
Desde temprana hora, estudiantes de los planteles Azcapotzalco, Oriente, Vallejo, Sur y Naucalpan cerraron las puertas de los salones y durante el día efectuaron jornadas informativas y culturales en las explanadas.
Algunos alumnos y académicos expresaron su rechazo a la interrupción de clases. En el plantel Sur, 133 profesores hicieron pública una carta en la que admiten ``lo razonable y legítimo'' de los reclamos estudiantiles, pero se dicen convencidos de que la respuesta debe darse en los órganos colegiados, ``los espacios que los mismos universitarios hemos ganado con el tiempo''.
Los ceuístas dieron su punto de vista acerca de las modificaciones, y entre otros puntos propusieron una amplia discusión de la Ley Orgánica de la UNAM con el fin de ampliar la participación de los universitarios en los órganos representativos, así como desaparecer el Tribunal Universitario, instancia que según los estudiantes ha servido como ``instrumento de persecución política''; además, pidieron otorgar plena autonomía y facultades a la defensoría de los derechos universitarios, con el propósito de que juegue un papel de ombudsman.
En voz de Estela Zúñiga, del CCH Naucalpan, quien leyó el escrito, los estudiantes propusieron también que las cuotas por colegiatura no sean incrementadas y que la Universidad abra sus puertas a otros 25 mil alumnos de bachillerato, pero como parte de un plan de crecimiento ordenado y racional de la matrícula estudiantil.
Los integrantes del CEU hicieron un llamado a las autoridades universitarias a que se unan a las exigencias de diversos sectores, en el sentido de que el Congreso de la Unión y el Poder Ejecutivo acuerden, dentro de las discusiones sobre la composición del presupuesto federal, otorgar a la educación 8 por ciento del producto interno bruto.
Se manifestaron además por un aumento salarial urgente a los docentes, el impulso de una reforma académica que actualice contenidos y métodos de enseñanza, así como el mejoramiento de las condiciones de estudio y trabajo de estudiantes y académicos.