La Jornada 30 de octubre de 1997

El tricolor ha sido desplazado del centro de la discusión política: Mauricio Rossell

Ciro Pérez Silva y Elizabeth Velasco Ť En un intento por recuperar el tiempo y la iniciativa perdidos en la Cámara de Diputados, así como la confianza de sus integrantes en las instancias de dirección, el grupo parlamentario del Partido Revolucionario Institucional tuvo una reunión de trabajo en la que se acordó aplicar varias medidas para fortalecer su presencia en ese órgano legislativo.

El nuevo esquema de trabajo incluirá reuniones de 30 minutos antes del inicio de cada sesión para revisar los temas a tratar y fijar su estrategia, y una reunión más extensa cada 15 días, en la que se analizarán propuestas para preparar iniciativas y apuntalar la gestión social a la que están comprometidos con sus electores.

La crisis en el grupo parlamentario del PRI ha llevado a varios de sus integrantes a manifestar por escrito tanto sus puntos de divergencia con sus coordinadores y vicecoordinadores como propuestas de solución. Por ejemplo, el diputado Mauricio Rossell ha destacado entre los principales problemas de su partido la falta de autocrítica y la existencia de dificultades estructurales para realizar los cambios democráticos que éste requiere.

Rossell ha señalado la inexistencia de una ``tradición deliberativa democrática y de pluralidad social'' en el PRI y advierte que existen aspectos de la organización económica del país que deben revisarse; además, advierte, no se han elaborado estrategias novedosas para mitigar el desgaste derivado de la crisis económica de 1994 y la corrupción de algunos funcionarios públicos le ha acarreado al PRI una imagen negativa.

Mauricio Rossell reconoce que el PRI ya quedó desplazado del centro de la discusión política ``ante el juego de papeles protagónicos'' de los partidos de oposición, los intelectuales, los medios de comunicación y la sociedad. ``Ante la competencia, el PRI ha perdido la vanguardia de la propuesta''.

También admite que la unidad y cohesión del grupo parlamentario del PRI se lograba mediante la negociación de puntos de interés y el otorgamiento de incentivos a sus integrantes, quienes a cambio respaldaban un proyecto que involucraba a los legisladores, al PRI y al Ejecutivo. ``Hoy día estos principios han perdido vigencia y nos enfrentamos al riesgo de desintegración del grupo parlamentario debido a un sentimiento de exclusión en la toma de decisiones fundamentales''.

Rossell sostiene que actualmente las decisiones del grupo parlamentario se toman ``de forma coyuntural y bajo presión'', lo que obliga a la discrecionalidad, que se evidencia en la ausencia de criterios democráticos de elección de los vicecoordinadores, de los coordinadores estatales y de quienes presiden o integran las comisiones legislativas.