Anuncia el Presidente inversión de $600 millones para reconstruir Acapulco
Rosa Elvira Vargas, enviada, Acapulco, 24 de octubre Ť La inversión para reconstruir Acapulco, entre lo ya gastado y lo comprometido, será de unos 600 millones de pesos, anunció aquí el presidente Ernesto Zedillo. Ese monto, aclaró, no afectará las finanzas públicas, pues se tomará de una partida especial del presupuesto. Ante ello, pidió a los legisladores que al analizar el gasto gubernamental para 1998 ``tomen muy en cuenta'' lo importante de elaborar un proyecto con sentido de prudencia y responsabilidad.
Este viernes, el mandatario recorrió por cuarta vez en 15 días áreas porteñas siniestradas por el huracán Paulina. Más tarde, en reunión de trabajo con autoridades locales y los responsables de las dependencias a cargo de los trabajos de reconstrucción, dijo que en Acapulco hay 10 mil viviendas ubicadas en áreas que no representan riesgo, pero que sufrieron daño total o parcial. No obstante, mencionó, otras mil 300 están en zonas en definitiva inhabitables y totalmente destruidas.
Para este último caso, aseguró, el gobierno ha procedido a identificar lotes para adquirirlos y comenzar en plazo perentorio la edificación. Sin embargo, marcó que además de ese número que resultó afectado por el huracán ``habrá muchas más'' que tendrán que ser reubicadas y ello obligará -``necesariamente''- a emprender un programa mucho más ambicioso en el mismo sentido.
Regreso a la normalidad
A 15 días del paso de Paulina por este puerto, se informó que quedan ya sólo 11 albergues de los 38 que se instalaron durante los primeros días, en los cuales viven mil 39 personas; el servicio de agua potable se ha restablecido casi en 90 por ciento y los de electricidad y telefonía operan con normalidad.
De igual modo, en materia educativa y de acuerdo con los datos oficiales, 36 por ciento de la población escolar ha retornado a las aulas; en el renglón de salud, se instalaron 30 módulos comunitarios y en los dos últimos días han disminuido los casos de diarrea y cólera. Además, se dijo que existe el compromiso de seguir trabajando hasta que se supere totalmente la emergencia sanitaria.
Zedillo expuso también que ya se logró el paso provisional en todas las carreteras dañadas por el meteoro; ratificó la determinación de clausurar el túnel Papagayo y construir una nueva vialidad. Asimismo, a través de la Secretaría de Desarrollo Social (Sedeso) se ha financiado con créditos a la palabra a 750 microempresas. En materia de zonas agrícolas, se siniestraron entre 12 mil y 14 mil hectáreas en la entidad y se aplica un paquete de apoyos para los productores por 40 millones de pesos.
En su intervención, el mandatario subrayó que Acapulco no puede desarrollarse en forma adecuada sin una ``rigurosa, estricta y cuidadosa'' planeación urbana. Afirmó que los planes elaborados al respecto han sido rebasados por la realidad demográfica, la inmigración y las presiones sociales. ``Ha llegado el momento para enfrentar esas circunstancias'', dijo.
Pidió actualizar con urgencia el Plan Urbano de la ciudad, a partir de la ubicación de áreas aptas para el crecimiento urbano; que la incorporación de reservas territoriales se aproveche adecuadamente y no sean objeto de invasión o tráfico por grupos especuladores, y que incluya además la vigilancia y protección de áreas naturales bajo los lineamientos de manejo del parque El Veladero.
En síntesis, dispuso, deben realizarse adecuaciones para cancelar aprovechamientos urbanos en las cuencas de alto riesgo del Anfiteatro y evitar nuevos asentamientos en las zonas que defina el Comité Técnico de Cauces y Arroyos instalado recientemente.
Durante su mensaje de casi 40 minutos, Zedillo hizo un amplio reconocimiento a los trabajadores de las distintas dependencias que se hicieron cargo de la reconstrucción del puerto y las zonas afectadas en Guerrero por el huracán. Comentó que en algún momento llegaron a estar 20 mil empleados federales en esas labores. Y cuando habló de los casi 5 mil militares que están aquí desde el primer día de la contingencia, afirmó que uno de los aspectos más gratificantes de un presidente de la República es el ser comandante de las fuerzas armadas de México.
El primer mandatario hizo un reconocimiento especial, desde el primer punto que visitó por la mañana, a la Comisión Nacional del Agua y a su titular Guillermo Guerrero Villalobos, quien describió a detalle los trabajos para poner en funcionamiento el acueducto Papagayo I, aunque se admitió que aún hay 200 pipas que diariamente llevan agua a las zonas que aún no la reciben, sobre todo por la gran cantidad de fugas existente.
Vivienda, agua y dinero, peticiones reiteradas
El Presidente llegó por la mañana al albergue Angel de la Guarda, donde conversó con quienes allí se encuentran porque perdieron todo. Conversó con la gente y se enteró que ayer nació en ese lugar una niña, el segundo parto en uno de esos centros para damnificados desde el paso del huracán. La gente se le arremolinó y exigió en todo momento saber cuándo podrán tener su casa y reanudar su vida normal.
El general José Luis Trejo, encargado del área de alimentación de todos los albergues, detalló cómo se distribuye y elabora la comida que se da a quienes viven y acuden a dichos centros. Mostró los menúes que se preparan cada día, mientras el secretario de la Defensa, Enrique Cervantes Aguirre, interrogaba a las personas para verificar la calidad del servicio.
Como desde su segunda visita, el jefe del Ejecutivo ratificó que el gobierno ya no entrega despensas y que, en todo caso, sólo se reparten las que llegan por donativos de distintas organizaciones sociales.
Luego, en la escuela Plan de Ayala de la colonia Emiliano Zapata, donde se instaló uno de los albergues que Zedillo recorrió durante su primer día de estancia en el puerto y que ya ha reanudado sus labores como centro educativo, el Presidente abanderó a la escolta, agradeció al apoyo de maestros y padres de familia y escuchó el reporte del titular de la Secretaría de Educación Pública (SEP), Miguel Limón Rojas, sobre la reparación de escuelas y reabastecimiento de libros de texto gratuito y útiles escolares.
En ese centro, un niño de 10 años que buscó insistente la atención de Zedillo para hacerle saber que a su mamá no le han pagado por los jornales de empleo temporal, y que le dijo también que le hacía daño la comida servida por los soldados y por eso pedía agua mineral -``de la de bote que traen los de la Coca''-, fue reconvenido por el Presidente:
-¿Tú como te llamas? ¿Te llamas Félix Salgado Macedonio?
-Me llamo Javier -respondió el niño.
-¿Cómo ven al Félix? Andale, que te entrevisten los muchachos, haz un oso... -le aconsejó el mandatario.
De esa escuela la comitiva gubernamental se dirigió al fraccionamiento Costa Azul, donde numerosas casas fueron literalmente sepultadas por el lodo que trajo la tormenta. Allí habían estado apenas el sábado pasado. Las evidencias y los testimonios de los vecinos eran dramáticos, pues las toneladas de tierra permanecían aún en el sitio; los soldados paleaban sobre montones de tierra, debajo de los cuales encontraron incluso automóviles.
Fue tal la acumulación que el director de Ingeniería del Ejército informó que tan sólo de ese lugar se han sacado en estos días 18 mil 813 metros cúbicos de tierra. Incluso se siguen comentando historias de los saldos del huracán, como la de un señor que recientemente rescató su refrigerador de las aguas, ¡y todavía sirve!
Por esas cuadras del Costa Azul, una joven mujer se le acercó al primer mandatario y le dijo: ``Oye, Zedillo, quiero que vengas a mi casa, a mi negocio, para que los veas''.
El Presidente caminó hacia el pequeño lugar donde la señora tenía un local de ferretería y tlapalería. Ella le explicó que le están ayudando y poco a poco volverá a funcionar su comercio.
-Quiero que quede muy bien este lugar -le señaló el Presidente.
-A mí es a la que le urge -contestó ella-, porque tengo tres hijos que mantener.
Como último acto en Acapulco, el jefe del Ejecutivo acudió al Centro de Convenciones, donde se ofrecieron nuevamente informes detallados de los trabajos y donde el presidente Zedillo aprovechó la ocasión para agradecer ``el espíritu de solidaridad'' de todo México para con los damnificados.