DAVID BOWIE EN MEXICO
Pablo Espinosa Ť David Bowie en primera persona: ``Siempre he sido un animal extremadamente sexual. Pero déjenme decirles que soy muy monógamo''.
En bermudas, tatuadas las pantorrillas, oculto su ojo inmóvil tras unos lentes Giorgio Armani, locuaz, simpático, histriónico. La Leyenda Bowie en persona, en México:
``¿Que cuál es la diferencia entre el rock de los años sesenta y el de hoy en día? Ya se me olvidaron los sesenta.''
``Cuando soy más egoísta, logró mis mejores trabajos''.
David Bowie. Foto: Omar Meneses
``Muy pocas cosas marcan la diferencia. En los sesenta no había tantas cosas obvias como ahora, de pared a pared. Lo que importaba eran las ideas. Ahora, en cambio, lo que parece importar es la comodidad. Antes las personas sentían y decían lo que tenían que decir. El más alto grado de importancia radicaba, en los sesentas, en el mensaje. Ahora, lo que prevalece es el peso de los media, por encima del mensaje. Me parece que el mensaje en la música rock no tiene ya aquella preponderancia sobre nuestras vidas, más bien ahora lo importante son nuestras maneras de reaccionar ante los estímulos, hacia ciertos valores establecidos, que ya no necesariamente significan cambios respecto de las formas de vida.
``Sin embargo, no creo que el rock deba tener necesariamente un mensaje, un mensaje serio, lo que sí conserva aún es que cambia nuestras vidas. Me parece que hoy día las personas toman los valores accesorios de la música para adoptar desde ahí, formas de vida, cuando en los sesenta, en cambio, la música era ya en sí misma una forma de vida. Quizá lo que suceda hoy es que para la mayoría de los jóvenes lo que ocupa el lugar que en los sesenta tenía la cultura del rock es la interactividad y todo el mundo que plantea el uso de computadoras, esa nueva forma de comunicación llamada internet; eso es lo que está ocupando el lugar que tenía el rock''.
Bowie en conferencia de prensa, en un local al lado del Foro Sol del Autódromo Hermanos Rodríguez, que inaugurará este jueves por la noche en un concierto que se antoja histórico, aunque se anuncian dos abridores: Control Machete y Erasure (``yo no elijo a los grupos para mis conciertos, eso es responsabilidad de los promotores'', deslindó Bowie). La importancia de esta visita sólo es equiparable a la presencia anterior de los Rolling Stones, Led Zeppelin, Lou Reed y Pink Floyd. La importancia cultural de la obra de Bowie rebasa la barrera de los gustos; músico sui generis, Bowie es para muchos mera referencia de los media, pero el conocimiento cabal de su producción lo acerca a los artistas de culto. Es, por cierto, un gran desconocido para muchos, especialmente los regidos por el influjo de los media. Es, finalmente, un músico por completo ajeno a lo superficial.
``No tengo ninguna expectativa respecto del público mexicano. Soy más optimista: lo que voy a hacer aquí es mostrar una antología de lo que he hecho los últimos 30 años. A algunos les va a gustar, a otros no, y si es así, ni modo.''
Ser un músico, oficio en serio
A la primera oportunidad enarbola sus orientaciones estéticas: uno de sus discos favoritos es la grabación de la obra de Igor Stravinski: La consagración de la primavera: ``es una música fabulosamente peligrosa. Me encanta la manera tan negativa en que fue recibida, durante su estreno, por el público.
``Lo que me interesa de la música es lo que tiene que decirme como persona, como integrante de la sociedad. Me interesa la manera como evoluciona el vocabulario de la música, sus diferentes dimensiones y lo que significan para mí esas dimensiones tan cambiantes: en tanto cambia la cultura, cambia el vocabulario de la música. Y con ese vocabulario los músicos creamos un lenguaje que se transforma en diálogo con la sociedad.''
¿Futurista Bowie? ``Me tiene sin cuidado el futuro. No me interesa en absoluto lo que vaya a ser de la música mañana. Lo que me importa es el presente. Lo que quiero saber es qué me está diciendo hoy la música y de qué manera puedo responder a ese estímulo y establecer un diálogo creativo, yo en mi papel de músico. Eso es lo importante, lo verdaderamente artístico en el mundo del arte.
``No me veo a mí mismo como un futurista. Al contrario, todo lo que hago es contemporáneo, no pertenece más que al presente. De veras, no tengo el menor interés en el futuro, lo que me preocupa, insisto, es el presente, ser verdaderamente una persona contemporánea.
``No me gustan las proyecciones hacia el futuro, no tengo la menor idea qué sea el futuro. Lo que vaya a pasar no me importa nada. Me parece que, desafortunadamente, hemos creado un sentimiento muy pesimista acerca del futuro, un sentido cristiano de la existencia. La idea del fin de milenio tiene que ver con el calendario cristiano, de manera que la cercanía del año 2000 causa cierto pánico entre determinadas personas, lo cual es algo desafortunado, además de que no tiene fundamentos en la realidad. Pero bueno, yo ni siquiera soy experto en fines de milenio ni nada de eso. No me interesa el futuro.
``Ser músico es lo que me importa, crear música. Lo demás es secundario. De hecho, primero hago la música y después escribo las letras. Hacer teatro y hacer cine es algo más bien ocasional, me hace feliz pero es simplemente ocasional. Yo tomo mi oficio como músico completamente en serio. En los últimos cinco o seis años, no, de hecho desde que creamos Tin Machine, en 1988, empecé a trabajar de una manera diferente a como lo hacía en los años sesenta: me concentré más en mí mismo. Creo que cuando soy más egoísta logro mis mejores trabajos. Soy muy positivo, pero me doy cuenta que en mi música surgen, no sé de donde, las partes oscuras de mi alma. Mi música es como una manera de mostrar mi psique. Creo que eso está bien: ese contraste que hay en mi música de mi ser positivo y las áreas oscuras de mi alma es uno de los grandes secretos del universo que logran concentrarse alguna vez en un artista.''
David Bowie, en México.