En riesgo, la sobrevivencia de 7.2% de mexicanos por desnutrición avanzada
Andrea Becerril y Martha García Ť En México 7.2 por ciento de la población está en niveles de desnutrición tan graves que se ve afectada su capacidad de sobrevivir, advirtió Fernando Paz Sánchez, coordinador de la Comisión Nacional de Alimentación, dependiente de la Secretaría de Agricultura, Ganadería y Desarrollo Rural (Sagar).
A su vez, el representante de la Organización de Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) en México, Rodrigo Santa Cruz, informó que el próximo año se pondrá en marcha, con inversión del Banco Mundial, un programa de seguridad alimentaria en áreas indígenas marginadas, en principio en la Sierra de Oaxaca y las tres Huastecas.
El funcionario expuso asimismo que, a pesar del avance logrado en los últimos 15 años, el hambre siguió creciendo en el planeta. Detalló que existen 800 millones de personas con desnutrición crónica, en 86 países, y que de ellos 200 millones son menores de 5 años.
Ante este panorama, añadió, la meta que se fijaron organismos internacionales y gobiernos en la pasada Cumbre Mundial de la Alimentación fue reducir, para el año 2015, a la mitad la cifra de personas que padecen desnutrición, ``lo que implica un desafío enorme y nada fácil de cumplir''.
Primero, en una reunión con senadores y, después, en conferencia de prensa, ambas dentro de las actividades por el Día Internacional para la Erradicación de la Pobreza, el funcionario de la FAO indicó que mientras la producción de alimentos no sea rentable seguirá la debacle de la agricultura en países de América Latina.
Al hablar sobre el caso de México, Paz Sánchez resaltó que los problemas del hambre no se superarán sin atender la producción en las zonas rurales, sobre todo las de autoconsumo. Detalló que la cuestión de la inseguridad alimentaria -cuando no existe la capacidad para producir los alimentos que consume un país- ocurre con mayor intensidad en el Distrito Federal, Monterrey y Guadalajara, en especial en las ciudades perdidas y barrios populosos.
Las propias cifras de la FAO en 1996, dijo, permiten observar la gravedad de la inseguridad alimentaria que enfrenta México. En el medio rural, 19 por ciento de los menores de 5 años acusaban falta de peso; 35 por ciento tenía retraso en su crecimiento, y seis por ciento mostraba un índice de peso inferior al promedio normal.
En encuentro con legisladores de la Comisión de Asuntos Alimentarios, Paz Sánchez expresó que en el campo la inseguridad alimentaria es más aguda en aquellas regiones con núcleos numerosos de población indígena: Chiapas, Guerrero, Oaxaca, Veracruz, Hidalgo y Yucatán.
Al respecto, Santa Cruz adelantó que en asociación con el Banco Mundial, la FAO proyecta un programa especial destinado a las regiones de alta marginalidad en la sierra de Oaxaca y las tres huastecas. Se ha comenzado por las zonas mixe, mixteca, zapoteca y nahua, aseveró.
Sin embargo, aseguró que será en 1998 cuando el esquema para apoyar el desarrollo de áreas pobres, sobre todo con población indígena, esté en marcha. Por ahora, no existe un financiamiento deter- minado para ese programa especial de seguridad alimentaria.
El gobierno mexicano y la Secretaría de Agricultura, Ganadería y Desarrollo Rural, aseguró, han manifestado gran interés en esta propuesta, que tiene posibilidades de extenderse a otras entidades con condiciones similares a las del sureste.
Anunció que, en cooperación con la Confederación Nacional Campesina (CNC), la FAO elaboró un proyecto para establecer centros de gestión a fin de brindar apoyos a grupos de campesinos, con el propósito de capacitarlos y darles acceso a mejores tecnologías y a otros mercados.
Por su parte, el coordinador de la Comisión Nacional de Alimentación, Paz Sánchez, expuso que el problema de la desnutrición no se resolverá con programas asistenciales. México, dijo, tiene décadas de luchar para solucionarlo y ha ensayado muchos planes.
Pero, añadió, los análisis y los resultados confirman la necesidad de nuevas estrategias apoyadas en criterios de especificidad. Es decir, aclaró, con características apropiadas a la solución del problema local, en lugar de trazar acciones con base en lineamientos generales que, por lo regular, no llegan a resolver las carencias nutricionales. Se requiere, por ello, una política tendiente a mejorar el nivel de vida de la población y una mejor distribución del ingreso.
Otro de los participantes, el representante de la Unicef para México y Cuba, José Carlos Cuentas Zavala, informó que conjuntamente con el DIF llevarán a cabo, en los próximos meses, una nueva encuesta ``para conocer realmente'' el problema de la desnutrición en el país.
Sobre el tema, el presidente de la Comisión de Asuntos Alimentarios del Senado de la República, Rubén Calderón Cecilio, se refirió al compromiso de se órgano legislativo de sumarse al esfuerzo que realizan el gobierno y la sociedad en general para incrementar la inversión en materia de seguridad alimentaria.