La Jornada 17 de octubre de 1997

Desautorizan priístas el discurso del perredista Auldárico Hernández al instalarse en el Senado la Comisión de Derechos Humanos

Andrea Becerril Ť El discurso pronunciado por el perredista Auldárico Hernández al instalar la Comisión de Derechos Humanos en la Cámara de Senadores, en el que aludió a la restricción y violación de garantías y libertades en el país y menciona entre los principales infractores a las fuerzas de seguridad pública, entre ellos a elementos del Ejército Mexicano, fue desautorizado por los demás integrantes de esa comisión.

Ese grupo de trabajo se instaló con apenas el quórum mínimo: seis de sus 11 integrantes, cinco de ellos del Partido Revolucionario Institucional, quienes se inconformaron con los planteamientos del senador del Partido de la Revolución Democrática que preside esa comisión y votaron un punto de acuerdo para desautorizar lo leído por Hernández Gerónimo, quien, ante el mayoriteo, pidió que se mantuvieran sus planteamientos a nivel personal.

Eduardo Andrade, secretario de la Comisión de Derechos Humanos del Senado, fue quien propuso el punto por estar ``en absoluto desacuerdo'' con lo planteado por el perredista.

Hernández Gerónimo planteó que en México se debe partir del reconocimiento de que existen violaciones a las garantías individuales.

Es necesario, agregó, considerar y analizar lo que han expresado organismos internacionales sobre las restricciones a las libertades en México. Explicó que las violaciones más graves a los derechos humanos se concentran en Oaxaca, Chiapas, Guerrero, Tabasco y el Distrito Federal.

``En estos lugares el derecho a la vida, a la integridad física, a la libertad y a la seguridad jurídica son los que se vulneran más frecuentemente. Los responsables son principalmente las fuerzas de seguridad pública: policías federales, estatales y elementos del Ejército Mexicano. Los indígenas, campesinos y sectores urbano-populares suelen ser los más afectados''.

Agregó que en las ciudades también son frecuentes las violaciones a las libertades de tránsito y de reunión, ``con el pretexto de combatir la delincuencia y el caos urbano''.

Uno de los párrafos que más cuestionaron los priístas es en el que Hernández Gerónimo plantea consensuar algunas propuestas como la de legislar para dar plena autonomía a las comisiones estatales y federales de derechos humanos y otorgarle al Poder Legislativo la facultad de nombrar a sus titulares.

Asimismo, propone dotar a las comisiones de Derechos Humanos de atribuciones para ejercer acción penal en casos de abusos graves; que las disposiciones legales y jurisprudenciales para prevenir y sancionar la tortura se ajusten a los criterios estipulados en los instrumentos internacionales y que el Ejército Mexicano se abstenga de intervenir en labores de seguridad pública y combate a la delincuencia.

De inmediato, el senador priísta por Tlaxcala, Serafín Romero, pidió a la presidencia de esa comisión ``ser muy cuidadosa'' al fijar su posición y luego Eduardo Andrade propuso votar el acuerdo para desautorizar lo dicho por el perredista tabasqueño.

``Yo no podría suscribir las referencias del Ejército como violador de los derechos humanos, tampoco las referencias a intervenir en la vida interna de las Comisiones de Derechos Humanos de los estados, ni afirmar que se les deben dar facultades para ejercitar acción penal'', señaló Andrade. Lo secundaron Martha Lara y los demás priístas.

Andrade explicó en entrevista que desautorizaron al presidente de esa comisión porque sus afirmaciones no reflejaban el sentir de todos los legisladores que la integran.

Hernández Gerónimo, por su parte, expuso que los priístas miembros de la comisión que preside no pueden autorizar ni desautorizar nada. ``En todo caso sólo debieron manifestar su desacuerdo''.