La Jornada 11 de octubre de 1997

Crece a 140 la cifra de muertos en Guerrero; serían 70 en Oaxaca

Víctor Ruiz Arrazola, corresponsal, Pochutla, Oax., 10 de octubre Ť Los indígenas zapotecos, chatinos y mixtecos de la Sierra Sur de la entidad fueron los más afectados por el huracán Paulina: 70 muertos, decenas de heridos, 150 mil damnificados y más de 500 comunidades destruidas, es el saldo reportado hasta el momento por corporaciones policiacas y fuentes no oficiales, entre éstas, radioaficionados y la Iglesia católica.

Sin embargo, la Secretaría de Seguridad Pública y Tránsito del estado reportó únicamente 42 muertos, 14 de ellos en los Loxichas; 14 más en San Miguel Panixtlahuaca; cuatro en Santa María Colotepec, tres en Santa Catarina, tres en San Juan Quiané, dos en El Vidrio Juquila, uno en Santa María Zacatepec y uno más en Pluma Hidalgo.

La zona cafetalera de Huatulco, Pochutla, Pluma Hidalgo, San Mateo Piñas, Cafetitlán, Candelaria, los Loxichas, Ozolotepec, Zenzontepec, Zaniza, Jicayán, Panixtlahuaca y Collantes, fue la ruta de destrucción que siguió Paulina por el estado de Oaxaca, dejando una estela de muerte y daños materiales aún no cuantificados.

La población indígena de la zona se quedó sin techo, vestido, comida y sin fuentes de trabajo, pues las fincas cafetaleras quedaron destruidas. Carlos Bracamontes, líder de los productores de café, dijo en entrevista a la agencia Efe que, ``según un cálculo preliminar'', se perdieron 200 mil sacos del aromático, que tendrían un valor comercial de 50 millones de dólares.

En las comunidades visitadas por La Jornada algunos pobladores se quejaron de que la ayuda no había llegado; otros de la lentitud y unos más del racionamiento con que era distribuida, en función de los intereses tanto del PRD como del PRI.

Mientras que el gobierno hablaba de los operativos de auxilio --envió 11 mil despensas --y de la buena coordinación de sus dependencias, aquí, en una de las zonas más afectadas, la entrega de despensas no se inició hasta la tarde de ayer, pues por la mañana hubo un incidente entre priístas y perredistas que querían acaparar su distribución. Finalmente, las despensas se entregaron a las autoridades municipales y agrarias.

El gobernador Diódoro Carrasco sobrevoló en helicóptero la zona acompañado por el titular de Comunicaciones y Transportes, Carlos Ruiz Sacristán, y el director de Conagua, Guillermo Guerrero Villalobos.

Fue el mandatario estatal quien --en entrevista con Notimex-- habló de 150 mil damnificados y negó las versiones de que Puerto Angel había desaparecido.

Distintas fuentes reportaron 14 puentes destruidos, 15 torres de alta tensión y cientos de postes y árboles derribados.

La ruta de Paulina

El fenómeno meteorológico avanzó por Oaxaca arrasando todo a su paso.

En el Istmo de Tehuantepec se desbordaron los ríos más importantes y se inundaron secciones importantes de Juchitán, Tehuantepec y Salina Cruz; hubo miles de damnificados que perdieron sus casas y pertenencias, mientras que comunidades de la zona huave se quedaron incomunicadas, pues el nivel de los ríos subió y los caminos se bloquearon con derrumbes y deslaves.

En el centro turístico de Bahías de Huatulco no pasó gran cosa.Un número considerable de árboles de ornato fueron derribados por los vientos; tormentas eléctricas y lluvias intensas atemorizaron a lugareños y turistas. La caída de postes y torres de energía eléctrica, así como de teléfonos, provocó que ambos servicios se suspendieran durante casi 24 horas.

A 48 horas de que azotó el huracán, el centro turístico recuperaba la normalidad. Según el agente municipal de Santa Cruz Huatulco, Jorge Sánchez, el Fondo Nacional de Fomento al Turismo (Fonatur) se comprometió con los prestadores de servicios a reparar los daños en una semana.

Sin embargo, en la zona rural de Santa María Huatulco el número de damnificados que piden ayuda se incrementa cada día.

Hacia el norte, conforme se asciende por la sierra, los daños se incrementaron; las casas de barro, palos y palma fueron destruidas casi todas; sólo se salvaron las de cemento y tabique, dijo Francisco Zavaleta, presidente de la organización cafetalera Unión de Comunidades Indígenas Cien Años de Soledad.

Según la información recabada en diversas bases de radioaficionados, corporaciones policiacas, fuentes militares, organismos de protección civil y rescate, el número de muertos en esta zona sigue aumentando.

En Totoltepec las aguas de un río se llevaron a un joven de 29 años de edad y a su hijo de cinco que llevaba en brazos; en las rancherías y fincas de Pluma Hidalgo se reportaron dos muertos; en Candelaria Loxicha, cuatro; en San Mateo Piñas, cuatro; en Magdalena Pochutla un muerto y una niña con fractura craneoencefálica; en Pochutla, dos personas más perdieron la vida.

Los desaparecidos aún no se pueden cuantificar, ya que muchas rancherías están aisladas de los pueblos grandes, en algunos de los cuales hay radios de banda civil y conocen parcialmente la situación de la zona.

Los llamados de auxilio por medio de los radioaficionados son constantes, pues casi todas las casas que quedaron ``de pie'' están sin techo y miles de familias no tienen dónde dormir, con qué cubrirse y mucho menos qué comer, pues todas sus pertenencias se las llevaron el agua y los vientos o quedaron debajo de los derrumbes. Las frecuencias están saturadas; los llamados de auxilio empezaron desde la tarde del miércoles y muchos, hasta hoy, no tienen respuesta.

Más pueblos incomunicados o arrasados

Otros pueblos incomunicados son Zaniza, Zenzontepec y Tequistlán, conocidos en el exterior por su rivalidad agraria con Santiago Amoltepec y donde ha habido más de 200 muertos durante los últimos 50 años.

Con reportes de la Policía Preventiva, así como de presidentes municipales y representantes de la Iglesia católica se puede conocer en qué otras comunidades hay más muertos por el huracán Paulina.

En la comunidad de San Miguel Panixtlahuaca fallecieron 14 personas; tres más en Santa Catarina Juquila; tres en San Juan Quiané, en el distrito de Tlacolula; 12 en Paso Limón Loxicha; dos en San Agustín Loxicha; dos en el Vidrio Juquila, y uno en Santa María Zacatepec, en la región amuzga.

En Panixtlahuaca, pueblo chatino ubicado en una zona baja y rodeado de cerros, unas 60 viviendas que se encontraban en las márgenes del río fueron arrastradas por la corriente y 14 personas fallecieron; pero la mayoría de los cuerpos no han podido ser rescatadas.

Paulina continuó su ruta y salió al mar por Pinotepa Nacional, por Collantes, residencia de la llamada raza negra de Oaxaca, conocida como la etnia número 17 de la entidad, cerca de los límites con Guerrero; en esa última población oaxaqueña dejó 12 muertos, según informó el obispo auxiliar de la Arquidiócesis de Oaxaca, Miguel Angel Alba Díaz.

El ojo del huracán Paulina, de unos 40 kilómetros de diámetro, entró a tierras oaxaqueñas por Puerto Angel y la playa nudista de Zipolite; pasó por Pochutla; subió a la zona cafetalera; luego giró al oeste hacia las regiones Loxicha y Ozolotepec; después a la región chatina de Panixtlahuaca y Juquila; después pasó por la mixteca de Amoltepec, y salió por el territorio de los negros de Pinotepa y Collantes. A su paso dejó muertes y más pobreza.

El fenómeno meteorológico también arrasó Mazunte; ahí se encontraba el Centro Mexicano de la Tortuga. Donde fue el poblado de San Isidro del Palmar sólo se ve arena y una palizada con escombros por donde quiera. La gente tuvo que huir de sus casas para evitar que se las llevara el mar.