La Jornada 11 de octubre de 1997

Campaña oculta para crear fosos entre México y el Vaticano: Mullor

Jorge Torres, corresponsal, Torreón, Coah., 10 de octubre Ť Justo Mullor, nuncio apostólico del Vaticano, se quejó de la ``campaña oculta'' que se ha desatado en la prensa para ``crear fosos entre México y la Santa Sede'' y advirtió que ``le paren ahí y que no amenacen la vida de nadie, ni la mía tampoco''. El enviado papal estuvo en esta ciudad para clausurar la décima Asamblea Pastoral Diocesana.

En rueda de prensa, Mullor afirmó reiteradamente que ciertos diarios le habían atribuido frases que nunca dijo. Puso como ejemplo el caso de las narcolimosnas, de las que dijo que existían, pero no a qué nivel. Negó haber acusado a militares de recibir los sobornos y llamó embusteros a quienes propalaron esa versión.

En algunos momentos nervioso, como él mismo lo reconoció durante una rueda de prensa, el nuncio papal llevó consigo su propia grabadora, la que colocó juntó a las de los reporteros, ``porque me estoy dando cuenta de lo difícil que es hablar''.

Explicó que se le hacía absurdo que se le juzgue por interpretaciones periodísticas, como, según él, lo hicieron los diputados que criticaron sus declaraciones sobre las narcolimosnas.

Pidió ``que esos diputados me oigan y no lean falsas interpretaciones de mis palabras dadas por algunos de ustedes, afirmó refiriéndose a los reporteros''.

Enfatizó que no aceptaría ser juzgado, ni por un diputado federal o general, por palabras que no dijo. Resaltó que en su calidad de representante de Juan Pablo II, de mil millones de católicos y de la mayor instancia moral mundial, no se puede jugar con el nuncio apostólico.

Se mostró seguro de que no sería convocado por ``alguna secretaría estatal'', para explicar sus declaraciones, ya que los dirigentes de esas secretarías ``son personas razonables y dignas que no lo pueden juzgar por comentarios periodísticos''.

Manifestó que estas ``habladurías'' son inventadas por ``minorías minoritarias'' (sic) para crear redes que impidan caminar juntos a México y al Vaticano.

Aclaró que al referirse en Monterrey a la lucha contra el estado totalitario, no hacía alusión al Estado mexicano. Sobre los libros que muestran la sexualidad -educación afectiva, prefirió llamarla- con ``dibujitos terribles'', dijo que los había visto, pero que no dijo que los habían repartido en escuelas oficiales, sino en ciertas escuelas.

Cuando se le pidió que identificara a quienes tratan de crearle a la Iglesia católica un conflicto, Justo Mullor se negó a hacerlo, ``pues les haría un honor''. Fue entonces cuando advirtió que se detuviera la campaña y cesaran las amenazas contra su vida. ``Si a mí me sucediera un accidente'', dijo, ``ustedes saben quiénes son y lo podrán decir''.

Líderes de masones y evangélicos piden aplicarle el artículo 33 a Mullor

Alma E. Muñoz Ť Mientras la Iglesia católica defendió las declaraciones del nuncio apostólico en México, Justo Mullor, sobre las narcomordidas para el Ejército Mexicano y la Procuraduría General de la República, así como la defensa de la educación contra ``el Estado totalitario'', evangélicos y masones pidieron a la Secretaría de Relaciones Exteriores actúe de manera decidida en contra del diplomático, como sucedió con el canadiense Mark Perron, y le aplique el artículo 33, referido a los extranjeros indeseables para el país.

Ramón Sifri Jiménez, presidente de la Gran Logia Masónica del Valle de México, alertó a las autoridades de ``la intención del alto clero político de querer supeditar la rectoría del Estado al poder eclesiástico'' y le recordó al diplomático que ``el Derecho Canónico no está por encima de la Constitución Mexicana y aquí manda el Presidente de la República, no el Papa''. Por lo tanto, consideró al igual que el líder de los evangélicos, Arturo Farela, que Justo Mullor se está extralimitando en sus funciones como representante de un Estado extranjero.

A su vez, José Martín Rábago, primer vocal de la presidencia de la Conferencia del Episcopado Mexicano, señaló que antes que diplomático, Mullor habló como sacerdote preocupado por la conducta moral de la sociedad.

El pidió que se investiguen ``hechos que están sucediendo en el país'' -añadió el obispo de Guanajuato-, pero lo hizo como sacerdote y no como diplomático.

Arturo Farela, líder de iglesias evangélicas, pidió que la Secretaría de Relaciones Exteriores se queje ante el Papa Juan Pablo II por la actuación de su diplomático en México y ``no se dé un trato preferencial a este extranjero; que si bien es cierto lo que dijo y no es algo que desconozcamos los mexicanos, no es de su competencia hablar de ello''.

Si hacen política que se quiten la sotana, dice Sifri Jiménez

Sobre todo, agregó, los ministros de culto nacionales o extranjeros, ``tenemos el derecho constitucional de la libertad de expresión, nada más que debemos saber cuál es la esfera que nos limita a dichas libertades y no irnos de la lengua haciendo señalamientos que no nos competen''.

A su vez, el presidente de los masones, Ramón Sifri Jiménez, pidió al ``alto clero político'' quitarse la sotana si quieren hablar de asuntos que no les competen y ``no abusar de la buena fe del pueblo mexicano''.

Finalmente, fuentes de la Secretaría de Gobernación negaron que corresponda a esta dependencia protestar por las injerencias políticas de Mullor, en vista de quese trata de un diplomático. Debe ser la Secretaría de Relaciones Exteriores la que tome cualquier determinación al respecto, agregaron.