Ofrece México su apoyo a Alemania para que integre el Consejo de Seguridad de la ONU
Rosa Elvira Vargas, enviada, Bonn, 7 de octubre Ť A su llegada a Alemania en visita oficial, el presidente Ernesto Zedillo ofreció que México apoyará una nueva conformación del Consejo de Seguridad de la Organización de Naciones Unidas para que el país europeo participe ``de acuerdo a su importancia en el contexto internacional''.
En contrapartida, el presidente alemán Roman Herzog confió que en breve pueda materializarse el acuerdo comercial entre la México y la Unión Europea, pues en un mundo que avanza hacia las convergencias, los socios geográficamente distantes se convierten en vecinos estrechamente vinculados.
Este martes, la marcialidad y la disciplina militares alemanas calculadas casi milimétricamente se sintieron desde el aire.
Apenas había cruzado el espacio aéreo germánico, el avión presidencial mexicano fue escoltado por cuatro naves F-4 Phantom, cazas de guerra de la Fuerza Aérea Alemana. Se trata de una distinción que al parecer no se concede a todos los mandatarios extranjeros, sino únicamente a aquellos por los que se tiene especial deferencia.
Sin embargo, ese símbolo de la marcialidad y la disciplina militares llevado a extremos casi milimétricos fue ratificado una vez que Zedillo y su comitiva aterrizaron en el Sector Militar del Aeropuerto Internacional Konrad Adenauer. También quedó de relieve más tarde, en la exacta sincronización que miembros de las tres armas del Ejército -aire, tierra y mar- mostraron durante el pase de revista que realizaron Herzog y el presidente mexicano en la villa Hammerschmidt.
La residencia conocida como Casa Blanca del Rhin, fue edificada sobre cimientos romanos entre 1863 y 1865. Cuenta con cuatro hectáreas de jardín y es una de las que dispone, en esta etapa de transiciones alemanas y de traslado de la capital germana de Bonn a Berlín, el presidente.
Ciertamente, en la ceremonia de bienvenida se cumplió un protocolo, el de los alemanes, sin asomos de romanticismo y muy distante de las formas francesas de la cortesía, deliciosas por su refinamiento y exquisitez. Pero es sólo cosa de estilos y debe señalarse, por ejemplo, que su himno nacional es la tercera estrofa de la Canción de los alemanes sobre una melodía de Joseph Haydn.
En punto de las 19:30 horas, Zedillo y el presidente Herzog volvieron a encontrarse en la residencia de huéspedes Petersberg, un antiguo monasterio del siglo XII que habitaron monjes cistercienses y donde está también una capilla de San Pedro que data de 1764.
De rigurosa etiqueta, ambos presidentes e invitados especiales ubicados ya en el salón de recepciones leyeron sus respectivos discursos. Herzog se refirió los antiguos vínculos entre México y Alemania, y enseguida felicitó al visitante por las elecciones democráticas de julio así como a la ``leal competencia'' de los partidos por alcanzar el poder. Proceso que, dijo, mereció el unánime reconocimiento a nivel mundial. Inclusive llegó al grado de plantear su admiración por el ``coraje personal y por la clarividencia política'' de Zedillo.
Sin embargo, pragmático, Herzog se detuvo en la relación comercial con México y destacó que ese país se ha convertido con un volumen de exportación cercano a los cien mil millones de dólares, en el primero de América Latina en este rubro, y uno de los diez más importantes a nivel mundial ``quien quiera comprar hoy en día en Alemania un vochito -antaño símbolo de la industria automovilística alemana- compra un automóvil que lleva la etiqueta Made in México''.
Al principio, Zedillo hizo un esbozo de división del trabajo al mencionar que los dos países pueden combinar sus mejores talentos: el alemán para la innovación tecnológica y el mexicano, para aplicarla.
Se refirió además a la presencia de 500 empresas alemanas en México y dijo que el país encabeza en América Latina la existencia de un regionalismo abierto y promueve el libre comercio.
Para mañana miércoles está programado el encuentro entre Zedillo y el canciller Helmut Khol. También se reunirá con los representantes de los grupos parlamentarios de los partidos Alianza 90-Los Verdes; el Partido Socialdemócrata, del CDU-CSU, y con el Partido Liberal FDP, así como con banqueros, industriales y empresarios alemanes.