Las acciones de mando, responsabilidad exclusiva del Ejecutivo federal, puntualizó
Rosa Elvira Vargas, enviada, París, 7 de octubre Ť En México la acción de gobierno se mantendrá como responsabilidad exclusiva del Ejecutivo federal. Los resultados obtenidos en los comicios del 6 de julio revelan una mayor pluralidad política y trajeron un más efectivo equilibrio entre los poderes, ``pero de ninguna manera'' implican una redefinición en las funciones gubernamentales, afirmó el presidente Ernesto Zedillo.
Así, el mandatario mexicano rechazó la posibilidad planteada por periodistas franceses de que en el país pueda existir una ``cohabitación'' de gobierno, similar a la que se da en Francia con las distintas y hasta opuestas militancias partidistas entre el Presidente de la República y el primer ministro.
El Presidente explicó que hay diferencias muy claras entre el panorama político francés --que permite la cohabitación-- y la situación mexicana, pues allá (en México) existe una exacta división de poderes. El gobierno descansa en el Poder Ejecutivo. El Poder Legislativo no tiene funciones de gobierno, su labor es elaborar las leyes y cumplir funciones de control sobre el Ejecutivo.
Insistió en que lo ocurrido en los recientes comicios federales crea una correlación de fuerzas distinta en la Cámara de Diputados, pero en modo alguno supone una corresponsabilidad en el gobierno entre varios partidos.
Ahí mismo, el mandatario mexicano se refirió al nuevo gobierno del Distrito Federal. Aludió al hecho de que por primera vez, ``bajo iniciativa mía'' se pudieron llevar a cabo elecciones con sufragio universal. Fue electo un miembro de un partido ``distinto al mío''. Estableció que en ese caso también existe una muy clara demarcación entre las responsabilidades del gobierno local y el federal.
``Diría que particularmente, en el caso de la ciudad de México, hay muy pocos puntos de conflicto o de traslape entre la autoridad local y la federal. Está muy claramente especificado cuáles son las responsabilidades de cada gobierno'' y en aquellas que pudiera haber una tarea compartida. Ejemplificó con la seguridad pública donde, dijo el Presidente, él decidió que el nuevo gobierno cuente con la capacidad de ejercer sus decisiones en esa materia.
Llamado a empresarios franceses para que inviertan en México
Por otra parte, y a pocas horas de dejar territorio francés para viajar a Alemania en visita de Estado, el titular del Ejecutivo continuó el despliegue de esfuerzos para mostrar a la iniciativa privada gala las posibilidades que ofrece México en materia de inversión.
Así, al reunirse para desayunar con el Consejo Nacional del Patronato Francés Internacional --organismo de carácter patronal--, Zedillo externó su confianza de que una vez que inicien las negociaciones entre México y la Unión Europea para un tratado comercial, ``podrá encontrarse que prácticamente hay (sólo) beneficios y muy pocos costos que pudieran derivarse de un acuerdo de esa naturaleza, y que el balance sin duda será abrumadoramente positivo para todas las partes''.
El acuerdo, cuya negociación iniciará en breve, contendrá tres capítulos fundamentales: el político, el de cooperación y un tercero que ``desde mi punto de vista hará la gran diferencia en el largo plazo, el que nos llevaría a una liberalización progresiva y significativa en los flujos de comercio e inversión''.
Ante ello, el Presidente lamentó que en los años recientes la inversión francesa en México ha sido muy baja. De 1994 a 1997, el país ha recibido inversiones extranjeras por más de 24 mil millones de dólares y de ese monto sólo 300 millones provinieron de compañías francesas, esto es, poco más de uno por ciento. Francia, destacó, está pasando una muy importante oportunidad.
Pero nunca es demasiado tarde, señaló, pues hoy México está en un momento en que la incertidumbre que lo aquejó en años recientes se ha despejado y en el que existen condiciones de mucha mayor objetividad para que empresarios e inversionistas puedan tomar, respecto del país, decisiones muy racionales y rentables.
Aseguró que la perspectiva de México es brillante; seguirá participando en la economía global y su propio mercado interno es muy importante, no obstante tener un ingreso per cápita ``todavía modesto''.
También ante los miembros del Patronato Francés el secretario de Comercio, Herminio Blanco, había asegurado que en México existe seguridad para los inversionistas, quienes pueden estar seguros de que ``no recibirán ninguna discriminación'' en relación con las inversiones nacionales. No habrá expropiaciones, ofreció también. A los empresarios franceses se les daría el mismo trato que a los de Estados Unidos y Canadá, en el capítulo de inversión extranjera del Tratado de Libre Comercio.
Antes del mediodía, el presidente Zedillo acudió a la imponente alcaldía de París, un edificio cuya primera piedra se colocó en 1533 bajo el reinado de Francisco I, después de la destrucción de la edificación anterior conocida como Casa de los Pilares y que había hecho construir Luis IX en 1260, si bien la fachada se mantuvo. El mismo edificio fue incendiado durante la Comuna en 1871, y reconstruido entre 1874 y 1882, en estilo neo renacimiento. De suntuosos salones ricamente decorados con frescos y relieves, la alcaldía parisina que encabeza Jean Tiberi, cuenta con 146 estatuas en los cuatro costados y representan a personalidades y ciudades de Francia. Fue desde su balcón de honor, que el general De Gaulle proclamó la liberación de París, el 25 de agosto de 1944.
Tiberi, hombre muy cercano a Chirac y por supuesto militante de la Reagrupación por la República (RPR), dijo a Zedillo que los progresos económicos espectaculares que México le debe, no tendrían tal impacto sin la apertura política que ha favorecido. Y subrayó que las recientes elecciones ``de cuya transparencia se felicitan todos los observadores, dieron a las instituciones mexicanas una legitimidad democrática indudable'', como lo simboliza la elección por sufragio universal del nuevo gobernador (del Distrito Federal), Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano.
Agregó que la alcaldía parisina adornará con un monumento la Plaza de México, situada no lejos de la prestigiosa área del Trocadero y la Torre Eiffel. La última escala de Zedillo antes de partir hacia Alemania, fue un almuerzo con el primer ministro Lionel Jospin, pieza clave en la llamada ``cohabitación'' francesa por su pertenencia al Partido Socialista, mientras que el presidente milita en la RPR. El premier francés lamentó que no obstante las profundas coincidencias entre México y Francia en muchas áreas, ``la insuficiencia de nuestras relaciones económicas y comerciales no puede sino resultar aún más sorprendente''. A su vez, el presidente Zedillo dijo que ambas naciones asumen la importancia de la cooperación para el desarrollo como base de una paz digna y justa, solidaria y duradera..
El Presidente mexicano puso fin así a una larga agenda de trabajo que sólo evaluaciones posteriores señalarán si alcanzó los objetivos trazados.
De entrada, empero, es claro que nada fue fácil ni regalado.