Luchar contra lo efímero, función de la televisión pública cultural
Arturo García Hernández/II y última Ť No obstante las tendencias privatizadoras mundiales, el relativamente bajo nivel de audiencia, la inversión que requiere y otras condiciones aparentemente adversas, la televisión cultural pública sostenida por el Estado tiene una función indeclinable que es, a la vez, su sentido: ``La lucha contra lo efímero''.
Explica José María Pérez Gay, director de Canal 22: ``La razón de ser de una televisión pública cultural está simplemente en un hecho: tener una serie de contenidos que no sean necesariamente los que se ven a diario en la televisión comercial, sino contenidos que, dirían los antiguos maestros, elevan el espíritu. La televisión cultural tiene un propósito que a veces suena desmedido: la posibilidad de que el público también intervenga y sienta que la televisión va más allá de la programación cotidiana. Yo lo dije una vez y lo repito ahora: la televisión cultural es una lucha contra lo efímero''.
Agrega Pérez Gay que la televisión, en general, ``es el imperio de lo efímero, es una máquina que traga y traga horas y horas, para que después se olviden los programas. Lo que distingue a la televisión cultural es que se compran o producen programas que crees que van a tener alguna resonancia en el público, y tienen un poco más de vocación de permanencia que la que pueden poseer los otros programas.
``Los programas culturales televisivos en otras partes del mundo han quedado en la memoria de una nación o del público. Y no sólo las miniseries. Por ejemplo, en el canal cultural francés, en una serie sobre libros llamada Arteriscos, quedaron dos o tres encuentros entre escritores que son muy conocidos y famosos.''
Por eso, Pérez Gay sostiene que ``todo canal cultural público es también educativo en el mejor sentido de la palabra; es otra manera de entender la educación. Es decir, formar y conformar a un público que ya sabes que no es menor de edad. El público que ve Canal 22 sabe lo que está viendo''.
Ni asomo de censura
-La de la televisión cultural ha sido una lucha a contracorriente y, paradójicamente, uno de sus principales obstáculos ha sido la incomprensión de las autoridades, de los gobiernos, de las instituciones educativas. ¿En el caso de Canal 22 eso ha cambiado de cuatro años a la fecha?
-Totalmente. Canal 22 es subsectorizado al Consejo Nacional para la Cultura y las Artes, que ha sido un motor que nos ha ayudado siempre, aplaudido nuestros aciertos y dejado de lado, de un modo muy generoso, los errores que hemos tenido. Por eso digo que esa situación sobre la que me preguntas ha cambiado, y mucho. No he tenido ni un asomo de censura. Y es que las cosas en México han cambiado, y también han cambiado en la televisión cultural. Hemos pasado todo lo que programamos, todo lo que hemos deseado y todo lo que el público ha querido ver. Y pasamos películas mexicanas que hace 20 años no se hubieran visto fácilmente en un canal de televisión. Sí, estamos hablando en serio de cultura, no solamente de la alta cultura o de la literatura. Hablamos de programas que expresan toda la diversidad creativa y emocional, pasional, de nuestras costumbres y de nuestra vida nacional. Insisto: nunca me han dicho esto sí, esto no. Y no porque no lo entiendan, sino porque el cambio en la vida nacional, esta indeclinable proclividad a la democracia, también pasa por ahí. Lo he visto de una manera muy clara, pero no hoy, sino desde hace cuatro años.
-¿Estos cambios se reflejan en la asignación, por ejemplo, de presupuestos, que es un viejo problema de la televisión cultural?
-El monto que nosotros tenemos asignado ha ido aumentando. La televisión, sin embargo, y esto lo sabe cualquiera, es un negocio muy caro, cuesta mucho dinero. No tenemos el presupuesto de un gran canal, pero con lo que nos dieron hemos podido hacer cosas. Necesitamos más, de eso no hay duda. pero no ha sido nunca el presupuesto una soga al cuello que nos pueda asfixiar mañana o después. Esto también depende de la estrategia administrativa que te plantees. El presupuesto de Canal 22 este año es de 94 millones de pesos, que no es poco. Pero necesitamos más dinero y seguramente lo vamos a conseguir. Vamos a luchar por eso, porque vemos que todo esto tiene sentido.
Canal 22 salió al aire, recuerda José María Pérez Gay, después de haber licitado públicamente equipo, cámaras, torre y sistema de transmisión, estudios. ``No había oficina ni un domicilio, existía solamente una frecuencia. Eso era el Canal 22 y todo lo que obtuvimos por parte del gobierno de la República, desde enero de 1995 hasta hoy día, no ha sido más que un aumento, si bien no como nosotros lo quisiéramos, sí lo necesario para sacar el canal adelante''.
El entrevistado asegura que, desde su aparición, en Canal 22 trabajan 180 personas. ``Esa fue la idea desde el principio, no crear un monstruo, porque no queríamos y porque no había dinero para ello; pero esta estructura tan limitada es, a la vez, nuestra riqueza, porque no nos movemos de ahí, no se nos va el dinero en el pago de nómina''. Afirma Pérez Gay que del total del presupuesto que ejerce el canal, aproximadamente 60 o 70 por ciento se invierte en producción y programación.
Además, añade, ``no hay que olvidar que una de las grandes amenazas de un canal estatal público es que entras a la larga -me refiero a un lapso de tres años- en una zona de obsolescencia irremediable del equipo. Entonces, una parte de ese presupuesto se emplea en renovar el equipo que adquirimos''.
-Además del prestigio que tiene para el canal, ¿en qué se materializa el Premio Camera que les fue concedido por la UNESCO?
-Ese galardón se materializa sólo en esa zona tan evanescente del prestigio. Y se mantiene en la posibilidad de ver que hay una televisión cultural que funciona. No dejaré de mencionar que hay otro canal que lo hace muy bien en la ciudad de México; me refiero, por supuesto, al Canal 11. En lugar de preguntarnos si desperdiciamos el presupuesto en dos canales, yo me felicitaría de ello, porque estoy seguro de que muy pocos países cuentan con dos canales como el 11 y el 22.
-¿Existe rivalidad entre los canales 11 y 22?
-No, yo no lo creo. Hemos encontrado un camino muy singular, al menos así lo veo yo, con un tipo de programas que la gente ve en el 22 y no ve en el 11, y al revés. Canal 11 tiene un excelente noticiero político social que se llama Enlace, que nosotros no tenemos. En nuestra acta constitutiva se dice que seremos un canal cultural únicamente. En ese sentido no podríamos rivalizar. Sí, por supuesto, nos tocamos en algunas series, que escogidas por los programadores de Canal 11 tienen un sentido distinto del que nosotros les imprimimos.
``La música y la ópera, por ejemplo, han sido para nosotros rubros en los que hemos insistido. Un tipo de programación como las transmisiones en vivo desde Bellas Artes, pues también es algo que el Canal 22 se ha apropiado. Este año hicimos en vivo, más o menos, unas 12 o 14 transmisiones de las representaciones más importantes generadas en Bellas Artes, y este mes y el que siguiente, estará todo el Festival Internacional Cervantino en la pantalla de Canal 22, directo desde Guanajuato. Así, el Festival Cervantino estará, también, en toda la República. Nosotros empezamos a trabajar en estos rubros que son, por decirlo de alguna manera, más culturales, mientras que el Canal 11 tiene otro mundo. No creo que nos excluyamos ni que nos hagamos la competencia. Simplemente creo que enriquecemos a la televisión mexicana y a la televisión cultural y pública de México.''