La Jornada 4 de octubre de 1997

No saldrán zorros y jaguares bajo fianza

Alberto Nájar Ť Por considerar que son elementos ``de alta peligrosidad'' para la sociedad, el juez 19 de lo penal, Cleofas Lucas Pérez, negó ayer la libertad bajo caución a los policías implicados en la balacera de la colonia Buenos Aires y la ejecución de tres jóvenes en Tláhuac. Asimismo, se informó que al Reclusorio Oriente ingresaron solamente 18 de los 19 acusados, pues aún queda pendiente de ejecutar la orden de aprehensión en contra del zorro Oscar Manuel Bazán Figueroa, quien permanece hospitalizado.

Todos los indiciados se presentaron ante la rejilla de prácticas del juzgado 19 en el Reclusorio Oriente y se negaron a rendir declaración preparatoria, pues ratificaron lo que en su momento señalaron ante el MP.

Rita Becerra López, del Agrupamiento Fuerza de Tarea, solicitó que se le pusiera en libertad, pues ``no cometí delito'' y las imputaciones que se le formulan no son graves.


Armando Pérez Zavala, implicado en la balacera de la colonia
Buenos Aires y la ejecución de tres jóvenes en Tláhuac, declara
cubriéndose la cara con sus manos.
Foto: Duilio Rodríguez

Petición similar la formuló Enrique Torres Hernández, mientras que Eleazar Armando Zavala Pérez, acusado de homicidio, hizo una precisión a sus declaraciones iniciales. Ante los planteamientos el agente del ministerio público Manuel Ruiz Macal solicitó que lo acusados permanecieran en prisión, pues ``hasta el momento han demostrado ser personas de peligrosidad para la sociedad'', y además se integran nuevas imputaciones penales en contra de los acusados. El planteamiento fue atendido por el juez con base en el artículo 20 de la Constitución y el acuerdo A/008/96 de la PGJDF.

Ninguno de los seis abogados defensores solicitó que se ampliara el plazo constitucional para que se dicte o no auto de formal prisión a los indiciados, lo cual podría ocurrir en cualquier momento de hoy sábado, el domingo o el lunes.

De la lectura de dos declaraciones ministeriales resaltaron contradicciones con la versión que difundió la Procuraduría General de Justicia del Distrito Federal, como el hecho de que al menos dos oficiales fueron consignados: el comandante Gonzalo Granados Villaseñor, del Grupo Especial de Disuasión o Jaguares, así como Oscar Palacios Flores, primer oficial de los Zorros.

La segunda contradicción se refiere al número de detenidos, pues el jueves se afirmó que eran 19, y ayer se supo que solamente 18 ingresaron al reclusorio. Está pendiente de ejecutar la orden de aprehensión en contra del zorro Bazán Figueroa, quien permanece encamado en la enfermería de las instalaciones de la SSP en Balbuena.

Y, por si fuera poco, la declaración de Rita Becerra López señala que todos los zorros que viajaban en el camión de la ex Ruta 100 --donde fue detenido Daniel Colín, uno de los ejecutados-- vestían de civil, pues ese día realizaban labores ``de identificación'' en el Centro Histórico, particularmente en la Alameda Central.

La audiencia se interrumpió varias veces porque los familiares de las víctimas exigieron que se hiciera justicia y no se permitiera salir a los policías. ``¡Yo voté por el presidente Zedillo y mire qué policía tiene; no es justo, tiene que destituir a Salgado, al Peña y al Thomas!'', gritó María de la Luz Alonso, madre de uno de los desaparecidos.

De espías y jaguares inocentes

El primero en aparecer ante la rejilla de prácticas fue el acusado de los cuatro homicidios, a quien se leyeron sus cuatro declaraciones ministeriales respecto de los hechos del pasado 8 de septiembre en la colonia Buenos Aires y en las cuales cae en contradicciones.

De acuerdo con su dicho, el uniformado circulaba junto con un compañero por Eje 3 Sur cuando dos personas a las que primero identificó como ``compañeros'' y luego dijo eran civiles, le solicitaron apoyo porque sufrieron un asalto. Ambos individuos subieron a las motocicletas de los jaguares y persiguieron a un automóvil al que primero identificó como Grand Marquís, luego dijo que era Crown Victoria y posteriormente confesó que no sabía si era grande o chico.

La persecución terminó en la esquina de Doctor Andrade y Barajas Lozano, donde, según el jaguar, los ocupantes del vehículo descendieron armados y trataron de meterse a una vivienda. En ese momento, los pasajeros de los policías bajaron de las motos, desefundaron sus armas y corrieron hacia el vehículo.

El acusado declaró que en ese momento retrocedió una calle para solicitar apoyo mientras escuchaba disparos, y tres o cuatro minutos después llegó en su motocicleta el comandante Gonzalo Granados Villaseñor, quien le preguntó con señas cómo estaba. Sin embargo, en la cuarta declaración, el jaguar afirmó que el oficial superior estaba de pie y armado.

De acuerdo con las declaraciones ministeriales, Zavala Pérez nunca accionó su arma, no detuvo a ninguna persona ni se percató de arrestos o personas lesionadas; tampoco vio ningun camión de la ex Ruta 100. Dijo que permaneció en el lugar de los hechos entre 8 y 12 minutos y que después regresó a su base, de donde salió a su casa alrededor de las 19:30 horas. Se enteró de los homicidios, indicó, por los periódicos.

La otra declaración ministerial que se rindió fue la de Rita Becerra, quien prácticamente repitió la versión oficial que se difundió en un principio; es decir, que presenciaron un asalto a un Golf rojo, trataron de ayudar a las víctimas y fueron recibidos a balazos, incluso desde las azoteas. Tampoco presenció si se efectuaron arrestos y afirmó que en el camión en que viajaban no subió ninguna persona ajena a los zorros.