Letra S, 2 de octubre de 1997


La Secretaría de Salud informa

El condón en la prevención de la infección por el VIH

El uso adecuado y constante del condón es una de las estrategias recomendadas para la prevención del VIH/sida por la Organización Mundial de la Salud (OMS). Recientemente se publicó un estudio titulado ``Effectiveness of condoms in preventing HIV transmission'' del doctor Steven D. Pinkerton y el doctor Ambrason donde analizan 89 estudios científicos sobre la efectividad del condón y concluyen que el uso correcto y constante del mismo protege de un 90 a 95 por ciento de la transmisión de la infección por el virus de la inmunodeficiencia humana (VIH), siendo las principales fallas derivadas del uso incorrecto o inconsistente por parte del usuario. Esta conclusión ha sido también documentada y confirmada por más de 437 estudios científicos publicados al respecto.

El condón es el único método de planificación familiar que sirve para prevenir enfermedades de transmisión sexual (ETS) como el sida, debido a que funciona como una barrera mecánica que impide el paso de bacterias como la Neisseria gonorrhoeae, Treponema pallidum, Mycoplasma hominis; parásitos como las Trichomonas vaginalis o virus como el del herpes, el de la hepatitis B o el VIH.

Existen tres tipos de condones de acuerdo al material con que están hechos: de látex, de tejido animal y de poliuretano. Los que son efectivos para la prevención de las ETS son los elaborados de látex para hombres o de poliuretano para mujeres. El más distribuido y utilizado en todo el mundo es el que está hecho de látex, sustancia que se extrae de algunas plantas como el árbol del caucho. Los de látex se reportan como biodegradables, a diferencia de los elaborados con plásticos como los de poliuretano. Los condones de látex tienen una vida útil promedio de 5 años a partir de su fecha de manufactura. Conviene saber que pueden deteriorarse fácilmente si se exponen a ciertas condiciones como son: luz ultravioleta, calor, humedad, ozono o aceites minerales y vegetales, por lo cual se recomienda almacenarlos de manera adecuada y usar exclusivamente lubricantes de base acuosa.

Ciertamente el condón no es infalible, como tampoco lo son los cinturones de seguridad, las vacunas, los cascos, los guantes o la mayor parte de las medidas preventivas. La vacuna de la influenza protege de 60 a 80 por ciento y el cinturón de seguridad reduce en un 40 por ciento o más las muertes por accidentes automovilísticos; sin embargo, utilizamos estas medidas ya que disminuyen de manera importante los riesgos. En el caso de los condones de látex, múltiples estudios han demostrado que su eficacia para prevenir la transmisión del VIH, cuando se utilizan de manera correcta y consistente, es cercana al 100 por ciento.

Existen lineamientos internacionales y nacionales para el control de calidad y la seguridad de los condones. En nuestro país, la Norma Oficial Mexicana NOM 016-SSA1-1993, publicada en el Diario Oficial de la Federación el 8 de septiembre de 1994, establece las especificaciones sanitarias de los condones de hule látex. En esta norma se consignan las propiedades que deben tener y los métodos de prueba que tienen que realizarse para asegurar su calidad. Los condones de látex o de poliuretano no deben presentar orificios visibles, por lo que los estudios de calidad de los mismos se realizan con pruebas de presión de agua o aire.

Diversos estudios científicos, entre los que destaca el realizado por la Food and Drug Administration (FDA) de los Estados Unidos, concluyen que el condón reduce 10 mil veces la transferencia de fluidos, por lo cual disminuye significativamente el riesgo de transmisión del VIH. Los condones de látex no presentan poros de manera natural, pero por defectos en su manufactura se pueden producir pequeños orificios microscópicos que se evitan con un adecuado control de calidad. El VIH, causante del sida, es uno de los virus más pequeños relacionados con las ETS, y mide 100 nanómetros. En los estudios de control de calidad de los condones se utilizan partículas de agua y de aire, las cuales son mucho más pequeñas que el VIH. Por tanto, si este método de barrera es utilizado correctamente impedirá de manera eficaz el paso de este virus o de otros gérmenes causantes de ETS. La posibilidad de rompimiento de los condones es de 0.5 por ciento en uso vaginal y de 3.6 por ciento en uso anal.

Una de las evidencias más contundentes de la efectividad del condón, que ha sido divulgada como una experiencia exitosa a nivel mundial por el Programa Mundial contra el Sida de las Naciones Unidas (Unaids), es el Programa Condón al 100 por ciento, realizado en Tailandia recientemente, donde se observó que posteriormente a la promoción masiva del uso del mismo como única estrategia se disminuyó en 85 por ciento las ETS y se logró estabilizar y reducir las altas prevalencias al VIH que se estaban observando en reclutas y mujeres embarazadas.

De acuerdo al estudio europeo publicado en el New England Journal of Medicine en 1994, el uso del condón en 124 parejas heterosexuales en el que una de las dos personas estaba infectada, no condujo a ninguna infección por VIH a pesar de haber ocurrido más de 15 mil episodios de relaciones vaginales o anales entre ellas.

El uso del condón es bajo en nuestro país. De acuerdo con datos de la Secretaría de Salud:

--En 1995 se usaron 55 millones de condones, lo que equivale a 1.16 condones por persona adulta (de 15 a 49 años) cada año. Esta tasa anual de uso del condón en el mismo grupo de edad fue de 3.98 condones por persona en Suiza, 4.35 en Costa Rica y 10 en Tailandia.

--Actualmente en nuestro país, sólo se utilizan entre 2.5 y 3.6 por ciento de los condones que se requerirían para prevenir la transmisión de las ETS y del VIH/sida.

--De todos los casos de sida que adquirieron el VIH por transmisión sexual, ninguno utilizó el condón como medida preventiva, por lo cual es muy importante promover su uso como una estrategia fundamental para la prevención del sida y otras enfermedades de transmisión sexual.


La mascota como apoyo terapéutico

Francisco Briseño

Las personas que viven con sida enfrentan aislamiento, rechazo, ajustes continuos a discapacidades físicas y diversas pérdidas en su autoestima, autonomía y capacidad de decisión. Las mascotas pueden brindar aceptación y cariño sin prejuicios, y ser además una conexión con el mundo exterior. Esto es muy importante cuando los contactos con otras personas van disminuyendo debido al aislamiento causado por las enfermedades asociadas con el sida.

Una mascota puede significar la razón de vivir de una persona con una enfermedad grave; en los pacientes discapacitados y en los ancianos tienen un efecto de mejora fisiológica y psicológica por los afectos que se van tejiendo entre ellos. En personas sanas, también se han observado efectos como la disminución de la presión arterial cuando una persona cuida a un perro u observa un acuario.

¿Cómo afecta la salud la compañía de los animales?

Las personas de edad avanzada, en tratamiento quimioterapéutico, las mujeres gestantes, las personas con deficiencias inmunológicas congénitas o VIH/sida, sufren una disminución en el funcionamiento de su sistema inmunológico que las vuelve más vulnerables a infecciones, y psicológicamente pueden sentirse temerosas al entrar en contacto con los animales, incluyendo sus mascotas. Esto ha provocado una gran controversia entre los médicos, los familiares y los afectados sobre cómo actuar; a veces han recomendado que la mascota abandone la casa. Debemos decir que el riesgo de contagio con enfermedades que pueden transmitir los animales al hombre (zoonosis) es extremadamente bajo, y que muy pocas de ellas pueden amenazar seriamente su vida. Y contra lo que se piensa, los vectores más comunes de zoonosis son los alimentos mal procesados, el medio ambiente (agua y aire, principalmente), o bien la reactivación de una infección previa, y no la posesión de una mascota. Además, éstas pueden ser controladas con sencillas medidas de prevención, manejo e higiene que pueden ser realizadas por un familiar, amigo o por la propia persona inmunodeprimida, sin que ello signifique un peligro para su salud.

¿Cuáles son los cuidados que debo tener con mi mascota?

El dueño debe lavarse las manos frecuentemente, principalmente antes de comer o fumar.

Mantenerla limpia y bien cuidada, bañarla una vez al mes, córtale el pelo (en razas de pelo largo), cepillarla (diariamente para quitar todo el pelo que se desprende) y mantener sus uñas cortas.

Desparasitarla externa e internamente debido a la existencia de parásitos que pueden infestar a los humanos o bien ser vectores de otras enfermedades, principalmente virales.

Nunca alimentar a la mascota con carne cruda o leche sin pasteurizar, sólo con alimento comercial. Evita que saque alimento del bote de basura o que salga de cacería.

Dar agua potable en un recipiente exclusivo y limpio, y no permitir que tome agua de la taza del baño o de charcos.

El lugar donde come y duerme debe estar alejado de aquellos sitios donde se manejen los alimentos y debe mantenerse perfectamente limpio.

Cuando la lleves a pasear hazlo con su correa para que la puedas controlar adecuadamente, no permitas que ingiera sus heces ni las de otros animales (coprofagia), y evita que tenga contacto con otros animales, ya sea en la calle o en casa.

Evita todo contacto con fluidos corporales: heces, saliva, orina; no permitas que tu mascota te lama las manos o la cara, y en caso de rasguño o mordidas hay que lavar con agua corriente y desinfectar la zona con Isodine en solución.

La caja de arena, en caso de tener gato, se coloca lejos de la cocina y se limpia diariamente y la arena irá dentro de una bolsa de plástico resistente o forro. Desinfecta la caja cada mes con agua hirviendo y déjala reposar cinco minutos. El cambio de la arena se realiza cuidadosamente, sin agitar la caja, y se tira junto con la bolsa o forro.

En caso de que tengas peces y requieras lavar la pecera y sus aditamentos, pide a algún amigo que lo haga por ti. Si esto no es posible, usa guantes de látex y sobre ellos guantes de palpación para grandes especies (bovinos y equinos), teniendo cuidado de no romperlos y al terminar la labor lava tus manos perfectamente con agua y jabón, y aplica finalmente alcohol.

En caso de que defeque u orine dentro de la casa, hay que retirar inmediatamente sus excreciones y lavar con una solución de cloro al 10 por ciento (una parte de cloro por nueve de agua), hacer el manejo de las heces con guantes de látex y después lava tus manos.

Si tu mascota es positiva a pruebas de enfermedades zoonóticas peligrosas como micobacterias, toxoplasmosis, clamidiasis, etcétera, es deseable que consideres la posibilidad de cambiarla por otra que no tenga problemas de salud.

Debes llevar a tu mascota al médico veterinario cuando menos una vez al año para revisión, además de las visitas rutinarias para desparasitación y vacunación.

Por último, es necesario reconocer la capacidad de decisión de las personas sobre la presencia de sus mascotas y tomar en cuenta que los animales son un apoyo terapéutico y una compañía excelente para cualquier persona con problemas de salud, confinada en su casa o con poca relación con el exterior, y que los cuidados demandados por la mascota generalmente no ponen en riesgo la salud de la persona.