La Jornada 28 de septiembre de 1997

El proyecto de Salgado, ``un fracaso'', dice David Garay

Ricardo Olayo/I Ť Con más recursos que ningún otro jefe de la policía y apoyado en 250 mandos militares, el proyecto del secretario de Seguridad Pública, Enrique Salgado, ha fracasado. ``El costo-beneficio de esa política aplicada es desfavorable'' y aún no se logra combatir a la delincuencia de manera integral, afirmó David Garay Maldonado, quien hace 16 meses fue retirado del cargo.

``Yo llegue solo'', y aunque hubo oposición a los dispositivos y retenes --conocidos entre la población como Operativo RIMA--, ``no hubo recomendaciones de la Comisión de Derechos Humanos'' por actos ilegales, dijo en entrevista con este diario.

Salgado fue el primero que satanizó a la policía, cuando la llamó corrupta, ineficiente y habló de su falta de disciplina. Hoy declara que los medios de comunicación son los que satanizan a los uniformados, y pide su comprensión, dijo Garay.

El ex funcionario participó en una conferencia sobre seguridad pública a la que fue invitado especial en la ENEP Acatlán y posteriormente habló en entrevista aunque declinó algunas interrogantes; por ejemplo, cuando se le interrogó sobre la relación con el regente Oscar Espinosa, respondió: ``No me gustaría tocar ese tema''.

--¿Sabe quién le planteó al regente que se podría pactar con la delincuencia?

--Desconozco esa conversación, no tengo ninguna noticia.

Sin embargo, dijo que al paso de los meses su salida podría verse como innecesaria, ya que recientemente el gobierno ha dicho que debió aplicar el RIMA hace dos años y no ceder a las presiones. ``Quizá no estaríamos en esta situación de debatir el toque de queda''.

Los operativos se plantean como la única opción, pero en el Programa de Seguridad Pública 1995-2000, que él ayudó a diseñar, ``hay otras acciones''. Los datos oficiales revelan que los beneficios del programa de trabajo de Salgado no son positivos, reiteró.

El problema no se resuelve si al frente de la SSP ``hay un civil o un militar. No se soluciona por el color o el tipo de traje que se porte''. El también tuvo rechazo de la corporación por ser un civil con título de abogado, porque nunca usó el uniforme de policía y, sin embargo, recuerda, para no dar mal ejemplo decidió quitarse la barba.

Impacto

``La pregunta es sí hay compatibilidad entre democracia y toque de queda'', cuando el Presidente de la República ha destacado el avance democrático de la nación y de la ciudad, estableció. Luego de varias solicitudes para aceptar la entrevista, Garay dijo que lo dicho por Salgado ha generado impacto entre la población y que debe analizarse desde el punto de vista legal, ya que la propuesta significa la suspensión de las garantías individuales, lo que no ocurre desde 1942 con motivo de la Segunda Guerra Mundial.

Hoy, el respeto a las garantías ciudadanas tiene que ser irrestricto. La seguridad pública no puede continuar sólo con operativos, dejando de lado la prevención, que incluye labores de ``inteligencia'' que ya no se hacen, declaró Garay. No por el descrédito de la investigación preventiva que se ha hecho en el pasado se debe abandonar el tema, agregó.

Los cuerpos policiales tienen fallas estructurales y una gran burocracia. Por ejemplo, cuenta que cuando estuvo al frente de la secretaría, el ``récord'' de reportes entregados por hora fue de ocho, todos escritos a máquina mecánica porque no había sistema de cómputo. Los delitos reportados se sumaban por minuto y el rezago era enorme, declaró.

¿Qué han aportado las universidades?

Con grado académico de posgrado en la Universidad de Harvard, Garay, en su plática con universitarios, dijo que el asunto de la inseguridad pública no sólo es de policías, pues se requiere acompañarlos con medidas de otras áreas del gobierno. Las universidades, por ejemplo, ``¿qué aportaciones han hecho a la materia? Al tema de temas que a todos nos afecta'', indicó.

Criticó el número de uniformados en la vía pública: de los 70 mil efectivos que se mencionan, 45 mil pertenecen a los ``cuerpos complementarios'' que son la Policía Auxiliar y la Bancaria e Industrial, las cuales trabajan bajo el esquema de contratación y sólo vigilan instalaciones y empresas intramuros.

Los otros 24 mil policías son utilizados para custodiar la ciudad en tres turnos, a razón de 8 mil efectivos cada uno, lo que es insuficiente para dar seguridad, indicó. ``Cuando sobrevolaba la ciudad en helicóptero, me preguntaba si eran suficientes''.