La Jornada 28 de septiembre de 1997

50 LESIONADOS Y NO HUBO CLASICO

Jaime Whaley Ť En medio de una fenomenal bronca en las atestadas tribunas, los Cóndores y las Aguilas Blancas no concluyeron el juego de la Liga Mayor de la Organización Nacional Estudiantil de Futbol Americano (ONEFA), ya que fue suspendido antes de terminar la primera mitad, cuando el marcador favorecía por 17-0 al conjunto politécnico.

Varios grupos identificados como porros, por los estandartes de la Federación de Estudiantes Politécnicos que enarbolaban, al parecer alumnos de los planteles de los Centros de Estudios Científicos y Tecnológicos, coloquialmente conocidos como vocacionales, lanzaron piedras, bombas de humo, botellas vacías, palos y petardos, por la parte trasera de la tribuna oriente del estadio Wilfrido Massieu, de Zacatenco, ocupada parcialmente por seguidores del conjunto universitario, quienes despavoridos ante el sorpresivo ataque saltaron al campo, lo que hizo que José Juan Sánchez, coach de los Cóndores --que estaban a una yarda de anotar-- entrara al terreno para pedir a los árbitros la suspensión del juego.


Los jugadores buscaron protección entre los fanáticos.
Foto: Arturo Guerra

Unas 13 mil personas abarrotaron desde temprano el inmueble de gradas de concreto y portátiles para presenciar el juego, que iniciaría a las 11 horas y cuyo kick-off se vio retrasado 28 minutos a causa de la invasión del campo en las cabeceras por grupos de seguidores politécnicos, quienes se acomodaron en una parte de la tribuna destinada al equipo visitante.

Rostros descompuestos de jóvenes y adultos, infantes gritando e innumerables crisis nerviosas entre las madres, principalmente, que rebasaron la capacidad de los servicios de emergencia Láser, médicos del IPN y la Cruz Roja, se veían en el campo convertido en refugio del ataque de los vándalos que siguieron bombardeando el graderío. Los petardos estaban hechos de piedras y monedas en desuso. Ante la ausencia de policías, los servicios de seguridad del Politécnico no controlaron la desbocada horda que luego fue identificada como de las vocacionales 2 y 5. Sin embargo, Adalberto Ramírez Acevedo, jefe de Seguridad y Vigilancia del IPN, señaló de inmediato al grupo 3 de Marzo, del plantel Vallejo del Colegio de Ciencias y Humanidades (UNAM), como el responsable del comienzo de la agresión.

``Desde ayer los del CCH Vallejo se pertrecharon para atacar a las vocas y lo hicieron hoy en la mañana, como a las ocho y media, sobre la avenida de lo s 100 Metros, cuando llegaban al estadio en camiones'', aseguró nerviosamente el funcionario, quien, sobre la falta de vigilancia policiaca en el recinto, indicó que las autoridades del IPN siempre solicitan los servicios de la Secretaría de Seguridad Pública del DDF, pero que ésta únicamente envía, cuando mucho, a 100 granaderos. Ayer los uniformados se mantuvieron afuera de la Unidad Profesional Adolfo López Mateos, tanto por el acceso aledaño a la colonia Lindavista, como por el de la calzada Ticomán, pero no se tuvo conocimiento de que hubieran intervenido ni detenido a algunos de los agresores . A las 13.05 horas, unos 40 minutos después de que comenzó la gresca, un helicóptero sobrevoló el estadio. Esta fue toda la presencia policiaca que hubo.

A pesar de la magnitud de la trifulca, la Cruz Roja reportó únicamente 14 lesionados, de los que siete fueron trasladados a los hospitales Central de Polanco, Primero de Octubre, La Villa y Rubén Leñero. El caso más severo, aunque no grave, fue el de Tábata Arroyo Guzmán, una joven de 17 años de edad, estudiante de preparatoria abierta, quien tuvo que ser inmovilizada del cuello en la ambulancia 54 de la CRM, por un golpe en la espalda ``por un objeto volador no identificado'', como lo reportó el personal de auxilio médico.

Desde hace dos semanas, ante la expectativa que desató el juego, las autoridades de la UNAM, explicó Sánchez, pusieron a disposición el estadio olímpico de CU, de mucho mayor capacidad y con los beneficios de la taquilla para el IPN, pero el Politécnico --dijo-- se negó al ofrecimiento. Por su parte, Jacinto Licea, entrenador de las Aguilas Blancas, apuntó que en las tres pasadas ocasiones en que jugaron contra Cóndores no hubo problemas. ``Ahora éramos casa y nos correspondía jugar aquí. No lo hacemos por dinero'', señaló el traumatólogo cuando ya el pandemónium iba en descenso. Agregó que el acto tiene visos de ser algo elaborado por gente que no gusta del futbol americano.

Visiblemente alterado, Sánchez declaró que los hechos fueron lamentables y que los propició la necedad, ineptitud e irresponsabilidad de las autoridades del IPN, quienes permitieron se pusiera en riesgo la integridad de cientos de familias que asistieron al juego. Consideró, además, que lo ocurrido es una situación alarmante y de peligro que necesita ser atendida seriamente por las autoridades correspondientes. ``Gracias a Dios, no estamos sepultando a alguien. A mí no me importa si pierdo 50-0 o gano 60-3, pero sí me preocupa la integridad de todos los que van al estadio'', apuntó el también abogado.

La ONEFA, por su parte, informó a través de un comunicado, que el devenir del encuentro se dilucidará este lunes, luego de una junta que sostendrá.


Raúl Llanos y Alberto Nájar Ť Por lo menos 50 personas lesionadas, 14 de ellas hospitalizadas, es el saldo de los enfrentamientos entre los porros del Instituto Politécnico Nacional (IPN) y de la UNAM antes, durante y después del partido de futbol americano de Aguilas Blancas y Cóndores, la mañana de ayer.

Muchos de esos jóvenes secuestraron microbuses, camiones de la ex Ruta-100, saquearon comercios, asaltaron y golpearon a transeúntes y automovilistas, igual que lanzaron petardos a los asistentes al encuentro; sin embargo, no hubo un solo detenido, aun cuando elementos de la Secretaría de Seguridad Pública presenciaron varios de los ilícitos. Por el contrario, escoltaron a los estudiantes en su retirada.

Los pseudoestudiantes utilizaron en su batalla campal armas de fuego, cohetones, palos, tubos, piedras, fajillas, botellas e incluso en otras zonas de la ciudad usaron bombas molotov para atacarse.

Ambulancias de la Cruz Roja --de Polanco, Tlalnepantla, Naucalpan y Lázaro Cárdenas--, del Escuadrón de Rescate y Urgencias Médicas y de Láser trasladaron a los heridos por contusiones y quemaduras a los hospitales Magdalena de las Salinas, Primero de Octubre y Central de Polanco.

Cuando los porros de las vocacionales 2 y 5 atacaban a los asistentes al juego arribaron cerca de 250 elementos de los agrupamientos de Granaderos, Motopatrullas, Montada y de Vialidad, pero no intervinieron, incluso cuando personal de vigilancia del Politécnico solicitó su apoyo.

El director regional de la Secretaría de Seguridad Pública, Juan Manuel Aguilar, manifestó que se abstuvieron de intervenir en la gresca para evitar que las cosas se complicaran. En tanto, la Procuraduría General de Justicia del Distrito Federal recibió durante la tarde de ayer tres denuncias por los delitos de robo, lesiones por arma de fuego y daños causados al estadio Wilfrido Massieu, ésta interpuesta por el responsable del inmueble.