La Jornada 25 de septiembre de 1997

Toman posiciones soldados, agentes y priístas; se teme que ataquen Polhó

Hermann Bellinghausen, enviado, Polhó, Chis., 24 de septiembre Ť Nadie, lo que se dice nadie. Como en el ojo de un huracán, Polhó está desierto. Un pueblo grande, cabecera del municipio rebelde y autónomo San Pedro Chenalhó, donde todas las casas tienen echado el candado. Algunos perros, rezagados, no se atreven a ladrar. Algunas gallinas. Algunos vehículos estacionados. En una casa, al fondo, un foco quedó encendido. Sobre una fachada, en las afueras, alguien pintó con torpeza y prisa: ``PRI es su padre sapatista''.

Un escalofrío recorre hoy Chenalhó, de uno a otro extremo. Se concentran tropas del Ejército Mexicano, la seguridad pública del estado, y cientos de campesinos que se reúnen esta tarde en los pueblos priístas.

A orillas de la carretera, esperando que los recojan camionetas, grupos de indígenas se hacen los que no saben. A uno se le escapa: ``Dicen que van a atacar Polhó, pero no sé'', y es rápidamente reprendido en tzotzil por uno de sus compañeros. Poco después los ``levanta'' una pick up con logo del PRI, que viene de Pantelhó.

En Yabteclum, el pueblo vecino a Polhó, de mayoría priísta (de donde los zapatistas y perredistas están expulsados, amenazados y refugiados en Polhó), se reúnen agitadamente grupos de hombres en los patios de la escuela y las bodegas. Un vehículo del Ejército federal está allí estacionado. Y debe haber unos 15 policías, armados, en la misma parte del pueblo.

A lo largo del recorrido entre San Pedro y Pantelhó aparecen sucesivamente la tensión, el sobresalto y el abandono. Nadie quiere hablar.

Sobre una loma, en las afueras de Polhó, un grupo de policías vigila el pueblo abandonado y el camino que conduce a Yibeljhó, donde también se están reuniendo los priístas.

--Todo tranquilo --informa el oficial al mando-- después del problema. Llevamos aquí dos días. Los del pueblo (y señala Polhó) quién sabe qué se hicieron.

Otros caseríos y poblados de las inmediaciones se encuentran desiertos. Hasta la tarde de hoy, el tránsito por aquí estaba interrumpido por retenes de la policía (en Yabteclum) y de priísta (en Yaxhemel y las afueras de San Pedro).

En la cabecera municipal oficial, frente al ayuntamiento que preside Jacinto Arias Cruz, está reunido un centenar de personas, en grupos que discuten, como organizándose. Un camión del Ejército federal recoge de la misma plaza a 40 soldados con equipo de campaña y toma rumbo a Yabteclum. Tres camionetas repletas de judiciales, armados y alerta, parten del mismo sitio y siguen al camión militar.

Empieza a anochecer.

Para mañana está anunciada una marcha de bases de apoyo zapatistas y perredistas en Polhó, un pueblo que hoy está vacío, virtualmente sitiado por sus adversarios, pero sobre cuyas solitarias casas pudo verse esta tarde lluviosa y ominosa, un soberbio y absurdo arcoiris.

¿Qué ocurre?

El ``problema'' al que se refería el agente inició el jueves pasado. Porque el problema, lo que se dice el problema de Chenalhó, empezó hace tiempo. Los hechos recientes, los que condujeron a la peligrosa situación de esta noche, se desatan el 18 de septiembre, cuando los priístas de Chenalhó quemaron las casas de los zapatistas en la comunidad Los Chorros. Según los agraviados se quemaron 60 casas. Según la PJE, 14.

Posteriormente, el 21 por la tarde, se suscitó una larga balacera en las cercanías de la bodega cafetalera de Majonut, en el camino que viene de Los Chorros, y comunica con Polhó. Al parecer, el detonador en Los Chorros ha sido la disputa por un banco de arena. Como resultado murieron dos priístas. Desde ese momento se habló de que los priístas vengarían a Joaquín Vázquez Pérez y a Mariano Vázquez Hernández.

La ley del Talión provoca espirales implacables. Los priístas llevan meses entrenándose en la comunidad Puebla, aparentemente bajo la conducción de los 50 policías de seguridad pública del estado que acampan allí desde el 24 de mayo.

Esa fecha murió un colaborador del municipio autónomo en Takiukum, cuando un grupo de priístas quiso cobrar por la fuerza a unos zapatistas, por las obras de un camino que los segundos no querían. Desde entonces, la muerte de Manuel Pérez Medio sigue impune, y los expulsados perredistas y zapatistas de varios pueblos no han regresado a sus casas en Puebla, Yaxhemel, Takiukum, Yabteclum, Weumpale y Jobeltic.

Esta noche, el presidente municipal priísta, Jacinto Arias, acusó al Centro de Derechos Humanos Fray Bartolomé de las Casas (CDHFBC), y a ``personas ajenas'', de la tensa situación, y responsabilizó a dicho centro de la violencia que pudiera suscitarse mañana durante la anunciada marcha de zapatistas y perredistas.

Por su parte, el CDHFBC declaró que ``no puede aceptar la responsabilidad que el ayuntamiento constitucional de Chenalhó pretende imputarnos, en el sentido de que nuestra información `provoca conflicto entre indígenas'''.

En respuesta a la amenazante denuncia de Jacinto Arias, el Fray Bartolomé recapitula las recientes violencias en el municipio y detalla dos acontecimientos poco conocidos, y que a la luz de la situación deben ser tomados en cuenta:

``El 17 de septiembre pasado, en el ejido Puebla, de donde es originario el actual presidente municipal sustituto del ayuntamiento constitucional (quien nos acusa) fueron detenidas, torturadas y vejadas seis personas, quienes no quisieron pagar una cooperación monetaria. La cooperación que las autoridades municipales oficiales les pedían era para comprar munición y reparar armas con las cuales atacar a los leales al municipio autónomo. Los hechos fueron denunciados ante la Subprocuraduría Indígena en San Cristóbal el pasado 21 de septiembre. Se abrió la Averiguación Previa AL7C/SJI/486/997 ratificada por uno de los afectados al día siguiente. Las autoridades investigan los hechos y están recibiendo diversos testimonios.

``El mismo 17 de septiembre, en el ejido Los Chorros, las autoridades municipales oficiales exigieron también una cooperación monetaria para financiar el ataque armado contra el ayuntamiento autónomo. Quienes se negaron a colaborar en esta conspiración ilegal fueron arrestados y golpeados. Hubo siete detenciones ilegales. El mismo día, 14 casas fueron quemadas. La Subprocuraduría Indígena abrió la Averiguación Previa AL7C/SJI/483/997 y ha recibido ya varios testimonios confirmando lo sucedido. Como este centro informó, hay 60 familias desplazadas como consecuencia de estos hechos''.

Domingo Pérez Paciencia, presidente del concejo municipal autónomo, hizo recientemente un llamado angustioso. Después de los acontecimientos del 18, ``todos los simpatizantes del EZLN de Los Chorros fueron desplazados a Naranjito Alto'', para ``no llegar a un enfrentamiento directo'' entre los priístas y los milicianos y bases de apoyo. Por esa razón seguimos soportando las anomalías que han sufrido las comunidades en últimas consecuencias''.

Y agrega Pérez Paciencia: ``Pedimos a todas las autoridades, que nosotros ya no soportamos la paciencia y la intranquilidad en todas las agresiones que hemos sufrido, en todas las familias y de la muerte. En este momento no nos rendimos ni traicionamos la dignidad de nuestros derechos y la paz en Chiapas y de toda la sociedad''.