La Jornada 25 de septiembre de 1997

Prudencia y sensatez en finanzas, plantea Zedillo

Rosa Elvira Vargas, enviada, Monterrey, NL, 24 de septiembre Ť El gobierno debe conducir las finanzas públicas con responsabilidad, disciplina, prudencia, sensatez y equilibrio, manifestó aquí, ante microempresarios regiomontanos, el presidente Ernesto Zedillo. Advirtió que incurrir en un déficit fiscal excesivo generaría inflación, elevaría las tasas de interés y desequilibraría la cuenta corriente. En síntesis, alertó, sobrevendría una situación de descontrol y una crisis de graves costos sociales.

Así, el Ejecutivo reafirmó su convicción de lo que considera las estrategias óptimas para la economía nacional. México, destacó, no puede conducirse sobre caminos falsos, ``recurrir de nuevo a la demagogia'', al populismo y a las promesas falaces. Hay que ser responsables de lo que constituye la realidad propia, reconocer limitaciones y admitir los problemas que se enfrentan. No hay soluciones mágicas.

Hizo referencia a épocas pasadas y aseguró que ``cada vez que se gasta más de lo que se tiene, sobre todo si es en exceso, entonces hay problemas, y creo que si algunos podemos hablar de eso somos precisamente los mexicanos, quienes hemos sufrido graves costos por haber tenido y permitido ese tipo de situaciones''.

Para el desarrollo económico, había dicho Zedillo en Linares, no hay magia ni misterio. Se requiere trabajar, ahorrar y educar. Ya en esta ciudad, sin embargo, asumió que si hay algún tema donde los mexicanos parecen tener diferencias insalvables es en el económico, y de nuevo llamó a acordar elementos básicos que abran perspectivas de largo plazo para cumplir las metas del desarrollo.

La riqueza y el ingreso nacional actuales, expuso, no son suficientes para satisfacer las demandas de la población. Se requiere inversión y ella sólo puede venir de un gran esfuerzo de ahorro interno, el cual sólo se generará si existen políticas económicas consecuentes y si el gobierno actúa con prudencia y hablando con verdad a la gente.

Confió el Presidente en que por encima de ideologías podrá haber acuerdos básicos, y el gobierno seguirá en su actitud de que, dentro de las restricciones presupuestarias, debe privilegiar la inversión en educación, salud y otras áreas para estimular la productividad.

Zedillo estuvo hoy en Nuevo León por décima primera ocasión en los últimos 17 meses, justo los que cumplió como gobernador interino Benjamín Clariond Reyes Retana. Esta vez, sin embargo, vino a darle la despedida (``que no a despedirlo, porque eso se presta a varias interpretaciones''), pues dentro de unos días entregará la administración a un mandatario panista. No regateó reconocimientos a Clariond en ninguno de los ocho actos que encabezaría en Linares, Escobedo, San Pedro Garza García y esta capital.

En la citrícola ciudad de Linares inauguró un museo regional, entre cuyos tesoros se encuentra una de las dos únicas espadas originales que se conservan de Hernán Cortés, además de cuadros de Orozco y Rivera nunca antes expuestos. El centro fue financiado en gran parte por la iniciativa privada y entre ella el propietario de Multivisión, Joaquín Vargas Gómez, a quien Ernesto Zedillo dirigió largos elogios.

Esta visita estuvo programada además para la entrega de obras viales, educativas y de agua potable, pero en cada acto la gente correspondió con actitudes de dar gracias, pero también con nuevas y claras exigencias. Así ocurrió, por ejemplo, en Escobedo, donde Zedillo puso en marcha una preparatoria técnica. Desde antes de llegar al lugar era patente el reclamo por el establecimiento de un kinder y una primaria en el Barrio Acero de la colonia Ciudad Solidaridad.

Ahí los asistentes interrumpieron con esa demanda el discurso de Zedillo y él, aunque se quejó de que lo hacían olvidar dónde estaba en su mensaje, alentaba a los presentes porque ``en este país hay libertad. ¡Y al que no le guste la libertad que me lo diga! ¡Y al que no le guste la democracia, que me lo diga! ¡En este país todos podemos decir lo que queramos y, sobre todo, pedir una escuela! ¡Caramba!, si no podemos pedir escuelas, ya qué podemos pedir...''.