Antier se publicó, en estas páginas, información acerca de las encuestas de opinión llevadas a cabo en Veracruz por la Fundación Arturo Rosenblueth. Estas son, a su vez, parte de un estudio más amplio, y se efectuaron en los 20 municipios más poblados de esa entidad.
Queremos referirnos, en particular, a las preferencias de los futuros votantes, en relación con las opciones de las elecciones municipales que se llevarán a cabo dentro de poco más de un mes en ese estado. Como antecedente cercano podemos recordar que, en las elecciones federales del pasado 6 de julio, el PRI ganó la gran mayoría de las diputaciones de mayoría relativa, y las excepciones fueron tres: Coatzacoalcos y Veracruz (puerto) ganadas por el PRD, y Córdoba, ganada por el PAN. Las encuestas se realizaron a fines de agosto, o sea, menos de dos meses después de la anterior elección federal. De no haber sucedido algo especial, se esperarían pocos cambios en relación con ella. Los resultados, sin embargo, nos dicen otra cosa.
De los 20 municipios encuestados, resulta que el PRD tiene mayoría en diez. Además de los municipios que corresponden a los distritos que ganó en julio, tiene la mayoría de las preferencias en Papantla, Temapache (en estos, la mayoría es de más del 50 por ciento del total de encuestados), Coatepec, Minatitlán, Pánuco, Poza Rica (más del 40 por ciento hasta aquí), Boca del Río y Xalapa, capital del estado. El PAN, además de mantener su mayoría en Córdoba la adquiere, según estas preferencias, en Tantoyuca (por un estrecho margen) y Tierra Blanca. Al PRI le correspondería una mayoría de preferencias en seis municipios de los 20: Orizaba, Tuxpan, Acayucan, Cosamaloapan, Martínez de la Torre (por estrecho margen) y Tuxpan. En el otro distrito, Las Choapas, tiene mayoría de ``otros'', que tal vez sea, según anteriores informaciones, el PT.
Además del número de municipios, hay que considerar su población. Si estas preferencias se convierten en votos reconocidos, el PRD estaría gobernando, a nivel municipal, a la mayoría de la población del estado de Veracruz.
El cambio es muy notorio, especialmente si consideramos que ocurre entre julio y agosto pasados. El elemento que, a nivel nacional, podría haber incidido en ese cambio y en este periodo es la influencia de los resultados electorales del 6 de julio, como tales; y el desarrollo posterior de los acontecimientos derivados de ese proceso. Sin embargo, no parece que sea posible explicarnos estas diferencias tan grandes en tan poco tiempo sin considerar la política local. En este tiempo se hicieron públicas diferencias importantes entre dirigentes del PRI de ese estado, e incluso salieron de ése partido algunos de ellos. Por otro lado, grupos que abandonaron al PRI antes del 6 de julio, ahora parecen haber llegado a acuerdos con fuerzas de oposición.
Independientemente de las causas, si estas cifras se traducen en resultados electorales, la repercusión no sólo será dentro del estado, que tiene elecciones para gobernador el año próximo, sino también en el plano nacional. El antecedente, en un estado en el que estructuras políticas, digamos, no precisamente muy modernas, había mantenido su eficacia hasta hace poco tiempo, puede ser tomado en cuenta en otras entidades. Y el cuadro político nacional puede seguir cambiando.