La Jornada 13 de septiembre de 1997

Palacios, por un PRI crítico con el Ejecutivo

Elena Gallegos Ť Mariano Palacios Alcocer hace los primeros trazos de lo que será el PRI bajo su conducción. Considera que en ese partido ya no puede haber ni actitudes acríticas ni apoyos incondicionales al Ejecutivo, y asegura que tampoco tiene cabida el lenguaje beligerante -característica de su antecesor-. ``Para exigir respeto, debemos respetar a los otros'', opina.

En una larga conversación, el nuevo dirigente busca dar respuesta a los cuestionamientos vertidos por las formas usadas para su ascenso y rechaza que el proceso haya sido ilegítimo; acepta que fue severamente criticable que se haya puesto en riesgo la instalación del Congreso y califica de ``deleznable'' lo que ocurrió durante la comparecencia de Guillermo Ortiz.

Asegura que fue ``un diputado del PRD'' el que denigró los principios fundamentales del parlamentarismo y habla de la necesidad de un ejercicio más responsable de todos los legisladores. Descarta, además, que exista el objetivo de los sectores duros de frenar la modernización que las circunstancias le están exigiendo al PRI: ``no existe en el priísmo una pretensión ni una añoranza por volver a los tiempos de la hegemonía política''.

La charla tiene lugar en el despacho de Insurgentes que desde hace unas horas ocupa y de cuyas paredes cuelgan grandes fotos de Colosio y de Zedillo, mientras que en libreros y mesas se acomodan los bronces de Juárez, Ramos Arizpe, Calles y Zapata. Se ha dado tiempo para desahogar una apretada agenda.

Enmedio de entrevistas y encuentros con sus compañeros de partido, transcurre el viernes.

Los modos empleados para el relevo en el PRI han acaparado la atención de la crítica en los últimos días, que la ha caracterizado como dedazo del Ejecutivo, antidemocracia, vuelta a las formas más ortodoxas. Ese es el primer tema que se aborda:

-Nueva realidad, viejas formas ¿no lo deslegitima?

-Vivimos una situación de emergencia que tuvo que resolverse de manera urgente. Los resultados electorales, la ausencia de los dirigentes (Humberto Roque y Juan Millán habían renunciado) y la inactividad, el decaimiento que se suscitaron en el partido después del 6 de julio, nos presentaron esa situación. Sin embargo, el proceso se apegó a las fórmulas pactadas por los propios priístas en su última asamblea. No veo ningún problema de legalidad.

-Pero ¿cómo remontar el duro cuestionamiento que se hace sobre la misma?

-Estoy dispuesto con trabajo, comunicación, propuestas y apertura, a iniciar un trabajo colectivo que ensanche las bases de legitimidad de la nueva dirigencia. No desconozc o que en paralelo a la legalidad y la legitimidad indispensables hay una necesaria legitimación de todos los días.

Punto fundamental, unidad y cohesión

-Había varios grupos en pugna por la dirigencia, ¿las formas de su designación tuvieron que ver con la necesidad de evitar fracturas?

-He propuesto como punto fundamental de mi tarea la convocatoria a la unidad y la cohesión. Es indispensable que todos los priístas, sectores y grupos en todas las regiones del país, encuentren un espacio de inserción en su partido. Mi compromiso será con una política de apertura, diálogo e integración y con un programa de trabajo colectivo en el que evitemos desgastes y fracturas internas.

-Pero para la opinión pública su llegada es producto del dedazo, de un nombramiento del presidente de la República.

-Cada partido -insiste- tiene en sus ordenamientos internos la fórmula de decisión. El jueves, el Consejo Político Nacional nos otorgó un mandato que está sujeto a una ratificación por los consejos políticos estatales. Ese mismo día (se refiere al PAN y a la designación de Antonio Lozano Gracia) otro partido político nacional designó a su secretario general y yo no sé si eso sea lo más democrático o porqué sólo los ojos de la opinión pública a la que usted invoca se ponen en Insurgentes y no en otros domicilios partidistas.

-¿Tiene aún cabida un lenguaje tan beligerante como el que usó su antecesor (Humberto Roque)?

-Nosotros consideramos que hay que ser en todos los momentos de la política lo suficientemente respetuosos de los otros para tener derecho a exigir respeto.

-¿Es más difícil mantener la cohesión en la derrota?

-Por el espíritu de lucha y por el ánimo de reivindicación política del partido, encuentro condiciones muy favorables para que podamos consolidar en el PRI un frente común para la competencia electoral. Esa es una de las metas.

-El PRI parece como un auto a gran velocidad a punto de caer en el abismo ¿todavía le funciona la reversa?

-El PRI tiene una gran capacidad de autocorrección, hay transformación. Está ante uno de sus más grandes retos que es el de adecuarse al escenario político con diversos espectros.

Tras describir ese escenario -gubernaturas en manos de la oposición, franca minoría en la ALDF, minoría en la Cámara de Diputados, etcétera-, señala: ``Esto obliga al PRI, como a ningún otro partido, a mantenerse como una instancia flexible, adaptable a las condiciones de la geopolítica en la que se debe actuar''.

-Los sectores del PRI se ven viejos, rebasados por las circunstancias, no hay cabida para los movimientos emergentes ¿cómo van a cambiar?

-Creo que los perfiles de las organizaciones sectoriales serán revisados por sus propios integrantes porque sería inconcebible que ante la pérdida de membresía o eficacia no hicieran un análisis crítico y propositivo.

``Yo no plantearía de entrada desmontar la estructura del partido sino reflexionar sobre las líneas generales del nuevo partido que hay que diseñar. Eso se desprenderá del trabajo colectivo y la convocatoria para el mismo no es retórica''.

Su obligación, dice, es ser sensible a los reclamos del priísmo y defender la legitimidad de sus luchas.

-Y los dinosaurios ¿dónde están? ¿los sectores duros como el sindicato de gobernadores se resistirán a los cambios?

-En este momento no existe en el priísmo una pretensión ni una añoranza por volver a los tiempos de las hegemonías políticas. Hay sí un sano reclamo de adecuarnos a los nuevos tiempos, hay una tendencia de propuestas del cambio hacia adelante que de tentaciones de regresión absolutamente inviables.

-¿Pueden aprender los priístas a ser oposición?

-Somos oposición en muchas partes. Tenemos que aprender a serlo en aquellos lugares donde el descuido o el abandono de las causas sociales no nos dé el triunfo y tendremos que aprender también a hacer gobiernos más abiertos y democráticos en aquellos lugares donde el propio poder nos es dado por el pueblo.

-Ser oposición ¿qué cambios de conducta implica?

-Una revisión más crítica de las políticas públicas -conviene-, un ejercicio más argumentativo en relación con el discurso de los opositores y una actitud más enérgica en la vigilancia del cumplimiento de sus deberes.

-Pero ¿cómo van a adoptar los priístas una actitud más crítica frente a las políticas públicas? y ¿cúales serían los reclamos que harían al Ejecutivo?

-Creemos que es indispensable que una vez resueltas las grandes variables de la economía se pueda dar un sentido distinto a la inversión pública. En esto el partido y nuestros grupos parlamentarios habremos de manifestar posiciones.

``En materia de política fiscal y social (educación, salud, vivienda, restructuración de créditos), el partido tendrá propuestas que requerirán una respuesta concreta del poder público. También en materia de política interior nos interesa como partido que haya un respeto estricto a la legalidad''.

Hace aquí una reflexión sobre una de las prácticas del salinismo que más erosionó al PRI: las concertacesiones.

Concertacesiones, principio de la desatención hacia la militancia

``El inicio de la desatención entre militancia y dirigencia se dio precisamente con la ola de las concertacesiones. No queremos que en materia de política interior ocurran casos tan penosos como los de otros años en los que por acuerdos de partidos o de gobiernos se violentaba la voluntad popular en aras de una aparente estabilidad macropolítica.

``Si el PRI ha sido solidario en algunos momentos para resolver estos asuntos, hoy necesitamos que la voz de los priístas se escuche con mayor autoridad''.

-¿Y sobre la llevada y traída expulsión del ex presidente Carlos Salinas de Gortari?

-Hay una subcomisión nombrada ex profeso que está analizando el caso y cuyos resultados se respetarán -sólo eso.

Efectivamente la Subcomisión integrada en el seno de la Comisión de Honor y Justicia (hoy sin presidente ni secretario) la conforman Martha Palafox, Ramón Mota Sánchez, Marco León y Rafael Moreno Valle.

-¿Lo que usted dice es que ya no puede haber un PRI acrítico con el Ejecutivo?

-Así es, como correligionarios del Poder Ejecutivo ejerceremos nuestros derechos de petición, exigencia a la solución de las demandas más sentidas y vigilancia.

-¿Ni actitud acrítica ni incondicional para el presidente?

-¿De qué se trata? -responde con una pregunta-, de que el PRI sea capaz de rescatar su espacio y su capacidad de decisión frente a la sociedad y frente a las instancias de poder.

-El presidente Zedillo habló de una sana distancia de su partido, pero desde el partido ¿cómo debe ser la sana distancia con el Presidente?

-Nosotros entendemos que eso de la distancia tiene que ver mucho con los tiempos políticos y con la velocidad de los cambios. El planteamiento de la sana distancia que hizo el doctor Zedillo fue antes de que estallara la crisis. El propio Presidente recurrió a una aproximación cuando requirió del apoyo de los grupos parlamentarios en la reforma fiscal que tocó el IVA, entonces esa ecuación ha tenido modalidades de conformidad con los reclamos de la marcha de los negocios públicos.

``Es necesario que el PRI sea capaz de ganar sus propios espacios como partido político frente a la sociedad, los opositores y el poder constituido, como producto de un proceso de consulta, reforma y revisión''.

Palacios Alcocer precisa que ello no significa que se rompa la actitud de alianza y de mayor proximidad con los hombres que desde el PRI han llegado a los poderes Ejecutivo y Legislativo.

``Hoy el brazo más activo del partido son nuestros legisladores dando el debate en la Cámara. Hoy necesitamos acercar mucho más nuestra relación entre grupos parlamentarios y Comité Ejecutivo Nacional. Ya no puede haber una relación ritual. Necesitamos tener una estrecha, próxima vinculación. Hoy la salud de la distancia la van dictando los tiempos''.

-¿Con qué partido se le antoja más fácil al PRI tejer alianzas para sacar alguna iniciativa presidencial, el presupuesto, por ejemplo?

``Depende de los temas y de lo que las materias que se discutan impliquen para la propia ideología y la plataforma de los partidos. Hay casos, como los que vivimos ahora, en que todos tienen coincidencias en contra del PRI'', señala.

-Sobre la crisis de los dos días que precedió a la instalación del Congreso y la responsabilidad de la fracción de su partido y de la Secretaría de Gobernación, ¿cómo quitarse esa mancha?

-Frente a eso que pudiera ser altamente criticable, el jueves (la pelea Maximiano-Oceguera) vivimos acontecimientos de los que hace más de seis décadas nos habíamos despedido.

``Estamos viviendo tiempos de ajuste, de nuevas realidades y yo creo que tan deleznable es el escenario que se hubiera presentado en caso de que no se integrara el Congreso, como decepcionante resultó en la realidad el que ayer un diputado del PRD recurriera a la violencia y esto denigrara el principio fundamental del parlamentarismo: el respeto entre pares y la tolerancia al planteamiento de sus verdades''.

-¿Cómo evitar que esto ocurra o se repita en la Cámara?

-Hay necesidad de un ejercicio más responsable de cada uno de los miembros del Congreso y de replantear esta suerte de partidocracia a la que ha tratado de llevar por momentos el bloque opositor. La dignidad del Congreso que se propugna no puede pasar por la incondicionalidad de los diputados a las consignas de la burocracia de partido.

-Pero la crisis de los dos días de agosto ha puesto en entredicho el liderazgo de Arturo Núñez, parece rebasado; no hay control del bronx.

-Arturo Núñez --lo reivindica-- tiene todas las cualidades políticas y todos los equipamientos intelectuales para tener un buen liderazgo de la fracción del PRI. Creo que ha tenido que dedicar gran parte de su tiempo al encuentro con las oposiciones en condiciones verdaderamente adversas y a ratos, me consta, hostiles. La capacidad de articulación de nuestros compañeros dentro del grupo acabará con todo tipo de suspicacias al respecto.

-Y ¿qué va a pasar con los candados que se pusieron en la última asamblea del PRI y que veda a muchos a aspirar a la candidatura a la Presidencia de la República?

-Todos los temas que inquietan al priísmo se discutirán y ventilarán. Sobre éste en particular déjeme decirle que mientras en otros partidos se facilitan las siglas de las organizaciones, inclusive a ciudadanos no militantes, en el nuestro tenemos una decisión en sentido contrario. Será conveniente que se analice este asunto, que tratemos de hacer adecuaciones a la luz de las nuevas tiempos y que podamos tener un ejercicio de la mayor inclusividad de opiniones y criterios.

Mariano Palacios Alcocer adelanta que se integrará un Comité Ejecutivo ágil, representativo, con capacidad organizativa y generador de ideas y propuestas, lo cual no significa que tenga que irse toda la gente que venía trabajando en el mismo.