Saluda Marcos a la ciudad ``que pudo y supo rebelarse''
Ejército Zapatista de Liberación Nacional.
México.
12 de Septiembre de 1997.
Al pueblo de México:
A los pueblos y gobiernos del mundo:
El día de hoy, 12 de septiembre de 1997, en el mes de la patria, mil 111 indígenas zapatistas y miles de indígenas de todo el país hemos llegado hasta enfrente del gran palacio del gobierno federal para decir nuestr palabra.
Llegamos hasta acá viniendo desde las montañas del Sureste Mexicano.
Somos hombres, mujeres y niños.
Concentración popular en Xochimilco, donde se dio la bienvenida
a la delegación del EZLN que ayer arribó a la ciudad de México.
Foto: Duilio Rodríguez
Nosotros representamos a las mil 111 comunidades indígenas que forman filas en el Ejército Zapatista de Liberación Nacional.
Llegamos hasta esta ciudad de México y lo primero que queremos hacer es saludar a sus habitantes.
Saludar a la ciudad de México que es del pueblo.
Saludar a la ciudad que trabaja y lucha por ser mejor.
Saludar a la ciudad que pudo y supo rebelarse en contra del mal gobierno.
Saludar a la ciudad que derrotó al partido de Estado y abrió la esperanza de un cambio pacífico profundo y verdadero.
Queremos saludar a los capitalinos.
No a los que son criminales y gobierno.
No a los poderosos que humillan y convierten esta ciudad en un infierno.
Queremos saludar a los rebeldes, a los inconformes, a los que no se dejan, a los que exigen, a los que no se callan, a los que escuchan.
Saludar a los que hacen de esta ciudad un espacio de dignidad rebelde.
Saludar a todos y todas los que hicieron posible que nosotros, que somos apenas un puñado de indígenas que viven en un rincón del país, pudiéramos llegar hasta acá para decir nuestra palabra.
Y esta es nuestra primera palabra al llegar a la ciudad de México:
¡Salud hermanos y hermanas capitalinos!
Hemos podido llegar hasta aquí gracias a muchos esfuerzos colectivos e individuales.
Algunos de los responsables de esos esfuerzos están aquí hoy con nosotros.
Otros no están en persona.
Pero estamos nosotros por ellos y gracias a ellos.
Miles y miles de voluntarios en todo el país nos tendieron su mano para que pudiéramos llegar hasta este lugar.
A todos y a todas queremos darles las gracias.
Todos ustedes son los que hacen que este país tenga todavía esperanzas y que el llamarnos mexicanos sea orgullo y honor.
Llegamos hasta acá y no llegamos solos.
Con nosotros, a nuestro lado, vienen miles de indígenas de muchas partes de México.
Nuestra voz y la de ellos es la misma voz para reclamar justicia, para exigir libertad, para demandar democracia.
Los hermanos y hermanas del Congreso Nacional Indígena marchan junto a los zapatistas.
Hemos caminado juntos con una sola bandera.
La bandera que exige que ya no, que nunca más un México sin nosotros.
Mexicanos y Mexicanas:
Llegamos hasta acá para exigirle al señor Ernesto Zedillo Ponce de León que cumpla su palabra.
Le demandamos que cumpla con lo que firmó en la mesa del diálogo en febrero de 1996.
Le exigimos que retire a sus soldados de las comunidades indígenas de todo México.
Si no va a cumplir, entonces le decimos que le hable claro al pueblo de México.
Que ya no lo engañe hablando de paz.
Porque nosotros no estamos dispuestos a que nos vuelvan a olvidar.
No estamos dispuestos a que nos sigan despreciando.
No estamos dispuestos a que nos sigan engañando.
No estamos dispuestos a volver al rincón del abandono y de la miseria sin esperanza.
Si Zedillo tiene palabra, que la cumpla y que la ley reconozca nuestros derechos como pueblos indios.
Si Zedillo no tiene palabra, entonces que nos haga la guerra y que llene con balas lo que no puede llenar con razones.
Si no va a hacer la guerra, entonces que saque a sus soldados que tiene metidos en nuestras comunidades.
Esos soldados están lejos de sus familias, de sus madres, de sus esposas, de sus hijas.
Para qué los tiene ahí si sólo están metiendo prostitutas, alcohól y drogas en nuestros pueblos.
Mientras los soldados federales nos persiguen a nosotros que somos mexicanos, los grandes gobernantes están vendiendo nuestro país a los dineros extranjeros.
Los ejércitos nacionales están para defender al pueblo y no para ayudar a la venta de nuestra soberanía nacional.
Si Zedillo quiere la paz, que cumpla la palabra que dio a los pueblos indios y que se lleve a sus soldados para los cuarteles.
Si quiere la guerra pues adelante, que los zapatistas sabremos pelear con honor y valentía, porque tenemos un arma muy poderosa que el gobierno no tiene.
Esta arma se llama dignidad
Con esta arma nadie ni nada nos puede vencer.
Nos podrán matar o encarcelar.
Pero nunca nos podrán vencer.
Nunca nos podrán rendir.
Mexicanos y mexicanas:
De nuestro lado está el México de Miguel Hidalgo, de José María Morelos, de Francisco Javier Mina, de Leona Vicario, de Vicente Guerrero.
De nuestro lado están los héroes, los que hicieron nacer esta nación, los que la defendieron contra el invasor y los que hoy junto a nosotros luchan por construir un México con democracia, libertad y justicia para todos.
Un México para los obreros y campesinos.
Un México para los indígenas.
Un México para los desempleados.
Un México para los colonos.
Un México para las amas de casa.
Un México para los profesionistas.
Un México para los maestros,
Un México para los estudiantes.
Un México para los jóvenes.
Un México para las mujeres.
Un México para los niños.
Un México para los ancianos.
Un México para todos los mexicanos y mexicanas sin importar su preferencia sexual.
Un México para todos los pobres de este país, porque los pobres somos la mayoría de los mexicanos por culpa del gobierno y de los poderosos.
Un México para todos los Méxicos.
Por eso le pedimos a todo el pueblo de México que nos apoye en este grito de justicia.
Porque nuestra lucha es la de todos.
Por eso gritamos ``para todos todo. Nada para nosotros''
Por eso gritamos que hay que mandar obedeciendo.
Por eso queremos una paz justa y digna para todos los mexicanos.
Por eso venimos a exigirle al Señor Zedillo que cumpla su palabra y a exigirle al gobierno que se lleve a los soldados a sus cuarteles.
Por eso venimos a recordarle a la patria que somos indígenas, que somos rebeldes, que somos dignos, que seguiremos luchando, que no nos vamos a rendir.
Por eso gritamos siempre, incluso cuando estamos callados, que conseguiremos para todos la democracia, la libertad y la justicia que merecemos y necesitamos todos los mexicanos.
¡Muera el Mal Gobierno!
¡Vivan los Héroes Nacionales!
¡Viva México!
¡Viva el Ejército Zapatista de Liberación Nacional!
¡Democracia!
¡Libertad!
¡Justicia!
Desde las Montanas del Sureste Mexicano
Por el Comité Clandestino Revolucionario Indígena-Comandancia General del Ejército Zapatista de Liberación Nacional.
Subcomandante Insurgente Marcos.
México, Septiembre de 1997.