La Jornada 12 de septiembre de 1997

``Sólo cumplí con mi trabajo... no diré más'', señala un zorro herido

Bertha Teresa Ramírez y Alberto Nájar Ť Custodiado por agentes judiciales y sus compañeros del agrupamiento de Fuerza de Tarea Zorros, uno de los sobrevivientes de la balacera del pasado lunes, Oscar Manuel Bazán Figueroa, lamenta: ``Yo sólo cumplí con mi trabajo... pero la delincuencia lo que trata es de vengarse y eso no lo toman en cuenta''.

El policía habla desde su habitación, donde se recupera de las lesiones que sufrió durante el enfrentamiento en el que perdieron la vida dos personas y que derivó en la ejecución de tres jóvenes de la colonia Buenos Aires. Ayer rindió su declaración ministerial por los hechos, e incluso recibió la visita de Jorge Peña Sandoval, director de Homicidios de la Procuraduría General de Justicia del Distrito Federal.

Se resiste a la entrevista y menos aún accede a ser fotografiado. De hecho, la presencia de los reporteros interrumpió la declaración ministerial que rendía en ese momento. ``Mi integridad física y la de mi familia es la que puede sufrir las consecuencias'', advierte.

--Sólo queremos saber qué pasó.

--Nada más tenga en cuenta que yo cumplí con mi trabajo, y la próxima que otro policía quiera intervenir no lo va a hacer, porque lo acechan mucho, y más que nada porque su vida la pone en riesgo a lo tonto. Muchas veces la delincuencia lo que quiere es vengarse, y eso no lo toman en cuenta.

Bazán Figueroa tiene vigilancia permanente de un agente judicial y de un elemento de su agrupamiento, quienes dentro de su habitación no pierden detalle de la plática. Por el pasillo circulan periódicamente parejas de zorros que siguen muy de cerca a todos los visitantes y los movimientos en ese piso.

Fuera del hospital la vigilancia es aún más evidente: cuatro patrullas recorren toda la manzana auxiliados por motopatrulleros vestidos de negro.

Mientras, el policía convaleciente solicita que no se publique la foto que se le tomó en el primer momento.

--Yo nada más le digo que no saque la fotografía a la voz pública, porque mi integridad física y la de mi familia, más que nada, pueden sufrir las consecuencias. Si yo me doy cuenta o alguien me dice que esa fotografía salió a la luz pública, yo metería una demanda contra su periódico por lo que llegase a sucederle a mí o a mi familia. Eso es todo, de favor.

--¿Qué fue lo que pasó en la balacera del lunes en la Buenos Aires?

--No quiero dar declaraciones.

--¿Cómo se inició el tiroteo?.

--Por favor, es lo único que le pido, nada más eso.

--La intención es aclarar las cosas, porque nada más tenemos la versión de los vecinos que hacen acusaciones.

--No, yo no quiero hacer más declaraciones, por favor.

--¿Por que no amplía un poco más la información?

--Pues yo nomás le digo que si esa fotografía sale a la luz pública y si me llegase a pasar algo a mi o a mi familia yo metería una demanda a su periódico, porque siento que también tengo derecho a tener bien mi integridad física y la de mi familia.

--¿Quién le toma declaración?

En ese momento interviene la persona que escribía a máquina junto a su cama: ``No estamos tomando una declaración''.

--Entonces ¿qué hacen?

--No puedo declararle nada.

El policía herido se incorpora en su cama y en tono enérgico ordena: ``No revelen esa fotografía''.

--Le pido por favor que nos diga qué pasó ahí, por qué fue a la Buenos Aires.

--No le puedo dar información. A ustedes nada más les importa su trabajo; no se ponen a pensar en que lo vive uno, en lo que pasa uno y en las consecuencias que puede tener uno por arriesgarse a lo tonto.

--Ese lunes, ¿participaron policías judiciales en la balacera?

--Nada más le digo que esa fotografía no la saque, por favor. Nada más tome en cuenta que yo soy hijo y padre de familia, y no quiero que mi familia sufra consecuencias.

--Usted me dejó entrar para hacer una entrevista, y de entrada me está amenazando...

--No, no. No era para una entrevista ni es amenaza. Yo nada más le pido, de favor, que no vaya a sacar esa fotografía.

--Yo le pido que me diga qué paso ahí, por favor.

--Es todo lo que le puedo decir.

--Dígame algo: ¿ustedes se sienten responsables de lo que pasó ahí, como afirman los vecinos?

--No quiero decir nada sobre lo que viví.

--¿Es cierto que les tiraron desde arriba?

--Ya no quiero decir nada, por favor.

Oscar Manuel Bazán no ha estado solo. Además de la vigilancia policiaca desplegada alrededor del hospital, ayer recibió a las 11:30 horas la visita de dos generales que, según describieron varios empleados del hospital, eran ``uno chaparrito y canoso vestido de zorro, y el otro calvo con ropa de civil''.