Ira de Barbosa e insultos del Bronx ocasionaron la reyerta
Oscar Camacho Guzmán, Ciro Pérez Silva y Roberto González Amador Ť Maximiano Barbosa llegó ayer con la sangre caliente.
Molesto porque la directiva del PRD no lo dejó hablar en tribuna; indignado por las burlas del secretario de Hacienda a la oposición, y a punto de estallar por los constantes insultos de los priístas, el dirigente de El Barzón parecía chinicuil en su curul.
No buscaba quién se la estaba haciendo, sino con quién se la iba a cobrar. Y en su furia hizo estallar a golpes la sesión de ayer en la Cámara de Diputados.
-¡Paren a ese cabrón... párenlo o lo va a destrozar! -exigieron de pronto, asustados y en medio del caos y la confusión generada en el corazón del salón de sesiones, los priístas del Bronx, que hasta ese momento no habían hecho otra cosa que lanzar y lanzar insultos a los opositores.
-¡Párenlo, párenlo! -insistían, al ver la tremenda golpiza que el barzonista Maximiano Barbosa le estaba propinando en esos momentos a su líder, el líder del Bronx, Rafael Oceguera Ramos, justo a la mitad de la comparecencia del titular de Hacienda en San Lázaro.
-¡Civilidad... orden... respeto! -volvían a pedir los priístas del Bronx con el mismo coro con que minutos antes habían inundado el salón plenario al son de ``¡ratero... ratero... ratero...!'', dirigido al perredista en tribuna, Ricardo García Saínz.
En el centro del salón, a dos metros de Arturo Núñez, Maximiano Barbosa y Rafael Oceguera se trenzaban a golpes, mientras los elementos de seguridad hacían grandes esfuerzos para deshacer el nudo de periodistas, fotógrafos, asesores y diputados metidos en la trifulca.
A esas alturas, sin embargo, exigir orden era más que una utopía.
Comenzando porque a la presidenta de la sesión, la perredista Laura Itzel Castillo, le quedó grande la posición y, pifia tras pifia, contribuyó en forma significativa para que se saliera de su curso la comparecencia.
Laura Itzel Castillo no sabía qué hacer y tuvo incluso que salir en su auxilio el panista Santiago Creel, para decirle que levantara la sesión.
Abajo, entre curules, todos se acusaban entre sí.
-Los priístas insultan, ofenden, se comportan sin el menor respeto a los oradores de la oposición y con eso generan situaciones como éstas. Ellos son los causantes de lo que aquí ha pasado -decía el vicecoordinador del PRD, Pablo Gómez.
-Estuvieron gritando insulto tras insulto. Y si ése va a ser el trato que quieren dar a la oposición, aquí va a haber golpes a cada rato mientras no cambien su actitud -advertía.
Por la noche, Porfirio Muñoz Ledo daba a conocer que todo lo ocurrido en la mañana en el salón de sesiones ``estuvo sembrado'' y preparado por los priístas, y que este viernes habría cambios en la administración de la Cámara y que se sancionaría a quienes manipularon el equipo de sonido y distribuyeron boletines de prensa caluminando a los diputados del PRD.
Del otro lado, la otra cara:
-Es imperdonable e injustificable una agresión física a un diputado -decía con verdadero enojo el coordindor del PRI, Arturo Núñez Jiménez.
-Vamos a pedir que Maximiano sea sancionado de acuerdo con lo que marca la ley.
-Señor diputado, Pablo Gómez dice que los priístas son responsables de esto por sus constantes insultos a los diputados que hacen uso de la tribuna -terció un reportero.
-Que no se muerda la lengua Pablo, cuando todos sabemos cuáles son las reglas de civilidad que ha seguido el PRD en esta Cámara -rebatía Núñez.
¿De qué se ríe, señor ministro?
La comparecencia del secretario de Hacienda, Guillermo Ortiz Martínez, se preveía difícil, pero no al extremo en que terminó.
El titular de Hacienda llegó a las 10 de la mañana con 20 minutos. Ya en el comienzo, en el intercambio de posiciones con los diputados del PVEM, PT, PAN y PRD, dedicó un párrafo especial para responder a quienes han adjudicado ``obsecación'' al presidente Ernesto Zedillo en su politica económica.
Retador, Ortiz dijo: ``la política económica no ha sido resultado de la obsecación o de la intolerancia ni respuesta a presiones coyunturales; ha formado parte de una estrategia clara, responsable y sincera, cuyas bases se establecieron desde el inicio mismo de la emergencia económica al inicio de la administración...''
El intercambio con el PVEM pasó sin mayores complicaciones, pero cuando el coordinador del Partido del Trabajo, Gonzalo Yánez subió a tribuna, motivó los primeros insultos del sector obrero del Bronx, por las críticas que hizo a la politica económica.
``No es cierto, ciudadano secretario, que no pueda haber cambio en el rumbo económico de México. Ni tampoco es cierto que con la actual política la recuperación económica es segura...''.
Desde sus curules, los priístas Janitzio Soto y Héctor Rodolfo González Machuca comenzaron a gritarle a González Yáñez que se bajara y que dejara de decir ``sandeces''.
Vino entonces el panista Luis Fernando González Corona, quien sacó de sus casillas a Ortiz Martínez cuando le recordó cómo el presidente Zedillo aseguró al tomar posesión que sabía cómo lograr el bienestar para la familia, pero sin explicar nunca que necesiataría ``más de 20 años para lograrlo''.
El titular de Hacienda dijo que los panistas hacían una interpretación ``tramposa'' de lo que dijo el presidente Zedillo.
Ortiz acompañó su respuesta con dardos de ironía y sonrisas llenas de desdén dirigidas hacia la bancada del PRD.
-¿De qué se ríe, señor secretario? -le soltó el perredista Saúl Solano.
-El tramposo es usted -añadió Gilberto López y Rivas y, para hacer una interpelación formal, Gonzalo Rojas pidió a la presidenta de la mesa hacer uso de la palabra.
Pero Laura Itzel le negó ese derecho.
-Esto no es posible, Ortiz miente con impunidad, y no sólo eso, a sus mentiras les agrega el IVA -dijo el perredista Alejandro Ordorica.
Mientras Ortiz seguía hablando en tribuna, abajo, en su curul, Maximiano Barbosa explicaba a la prensa su molestia porque la directiva de la fracción del PRD le había negado el uso de la tribuna ante el secretario de Hacienda, a pesar de que decía haber recolectado las firmas de apoyo de más de la mitad de los 125 diputados perredistas.
Calientes los ánimos, tocó el turno en tribuna a quien como priísta fue secretario de Programación y Presupuesto y director del IMSS, Ricardo García Saínz, vicecoordinador ahora de la bancada del PRD.
``Qué mala estrategia enviar a García Saínz. No es la mejor idea que se le ha ocurrido al PRD. Hay gente lastimada por su labor en el IMSS. A ver qué pasa'', dijo como presagio la panista de Nuevo León Pilar Valdez.
Y el presagio se cumplió cuando García Saínz tejió uno de los discursos más sólidos con que la oposición metió en problemas al secretario y provocó que, incluso, Ortiz recurriera a la ``máxima chauyfettiana'', aduciendo que, ``como no hay pregunta, no hay respuesta''.
Y es que García Saínz señaló que ``nadie, como afirma el Presidente, puede sostener que el aumento del ahorro interno garantice su transformación en inversión y, en cambio, si se funda en la represión del consumo de la mayoría, puede frustrarla. De poco sirve aumentar el ahorro interno si no hay demanda en el mercado interior por la miseria salarial''.
Con base en ello, García Sainz pasó a criticar también el modelo zedillista de ahorro interno que parte de la reforma al IMSS y la creación de las Afore.
Y sólo bastó que el perredista mencionara las siglas del Seguro Social para que desde el Bronx priísta comenzaran a lloverle insultos: ``Ratero, ladron, cínico...'', gritaba Janitzio Soto. ``Chaquetero y traidor...'', decía la tlaxcalteca del PRI Martha Palafox. ``Ratero, sinvergüenza'', añadían los tabasqueños Socorro May y Fernando Pasos.
En ese momento se le terminó su tiempo a García Sáinz y la presidenta de la mesa, Laura Itzel Castillo, no hizo nada por pedirle que concluyera su intervención, motivando mayores protestas en el PRI. Siguió el turno del secretario, quien optó por no responder.
Y se dio una nueva pifia de Laura Itzel, que en lugar de darle el derecho de réplica a García Sáinz, cedió el turno a la priísta Laura Alicia Garza Galindo.
Ya desatado el desorden por las protestas perredistas y los gritos de priístas, el diputado Oceguera tomó el micrófono y, desde su curul, exigía orden.
Pasaron los minutos y, como Oceguera no soltaba el micrófono y seguía en uso de la palabra sin autorización de la presidenta de la mesa, el barzonista Maximiano Barbosa no esperó más y se le fue encima, tratando de arrebatarle el micrófono.
En ese momento se suscitó un jaloneo por el micrófono y Oceguera dio un empujón que hizo rodar a Barbosa por las curules; pero tan pronto el barzonista se puso en pie, arremetió contra Oceguera, y no le dio tiempo ni de acordarse del micrófono al tundirlo a golpes, a los que apenas si alcanzaba a responder el priísta.
-¡Párenlo... Párenlo...! -demandaron entonces los priístas del Bronx.
La sesión, entonces, se levantó. Vino un receso y durante el mismo, tanto Maximiano como Oceguera se culparon mutuamente ante las cámara de televisión, de que quien había lanzado el primer golpe era su contrincante. Un video de Multivisión muestra claramente, sin embargo, que Maximiano fue hasta la curul del priísta y trató de arrebatarle el micrófono. Que Oceguera respondió con un aventón en el forcejeo, y que entonces el barzonista respondió a golpes.
Pasado el trauma, el resto de la sesión transcurrió sin incidente alguno. Fidel Herrera fue hasta la bancada del Bronx y les exigió que se comportaran con ``madurez y respeto'', mientras los perredistas le hacían un severo llamado de atención a Maximiano Barbosa.