Impugna la oposición a Chuayffet en la Cámara
Oscar Camacho Guzmán, Ciro Pérez Silva y José Gil Olmos Ť Las fuerzas políticas que conforman mayoría en la Cámara de Diputados (PRD, PAN, PVEM y PT) hicieron pública ayer su pérdida de confianza en Emilio Chuayffet como secretario de Gobernación; lo catalogaron de ``un obstáculo'' para un sano equilibrio de poderes en la nación y, por lo tanto, le pidieron al presidente Ernesto Zedillo un ``diálogo directo'' para restablecer la confianza y concluir la larga transición política a la democracia.
En una ríspida sesión de preguntas y respuestas, los diputados opositores recriminaron a Emilio Chuayffet haber llevado a una crisis institucional sin precedente en la vida política reciente del país; y en voz de tres diputados ex priístas, Marcelo Ebrard (independiente), Demetrio Sodi (PRD) y Juan José Rodríguez Pratts (PAN), fue señalado como un funcionario ``tramposo'', ``antidemocrático'', ``incapaz'' y, en síntesis, como el ``jefe de la reacción'' en los actuales momentos de cambio que vive la nación.
Pero además, a Chuayffet le echaron en cara la falta de iniciativa gubernamental para solucionar el caso de Chiapas, el incumplimiento de los acuerdos de San Andrés, y le cuestionaron los ``certificados de impunidad'' extendidos por el gobierno en casos de violaciones graves a la ley como en Tabasco, Chiapas, Yucatán, Campeche y Aguas Blancas.
Ante el cúmulo de acusaciones, el secretario de Gobernación rechazó tajantemente haber intervenido para crear la crisis parlamentaria de finales de agosto. Negó que haya ``soberbia del Estado'' para solucionar el caso de Chiapas, y reiteró que ha mantenido su actuación apegada a los ordenamientos de ley.
Asimismo, y por vez primera, reconoció que la reforma política que el presidente Zedillo anunció como ``definitiva'' no lo es, y que en el Congreso deberá promoverse una nueva etapa de la reforma electoral en la que se analicen cuestiones como referéndum, plebiscito, candidaturas independientes, segunda vuelta electoral, disminución de facultades presidenciales y fin a la sobrerrepresentación legislativa, entre otros puntos.
En sus respuestas, el huésped de Bucareli demandó no incurrir en discursos ``maniqueos que dividen la realidad en un lado lleno de virtudes y en uno lleno de defectos''; pidió a los partidos hacer un esfuerzo para ``reconciliarnos como mexicanos'' en el caso de Chiapas; y defendió a los gobernadores de Tabasco, Chiapas, Yucatán y Campeche.
Se perdió la confianza en Chuayffet: Ebrard
En el diálogo con las fracciones, los momentos más difíciles se suscitaron con tres diputados ex priístas que ahora militan en el PVEM, el PRD y el PAN, y con el subcoordinador del PT. En su turno, los tres coincidieron además en utilizar la misma forma para referirse a Chuayffet como el ``hasta ahora titular de la Secretaría de Gobernación''.
Marcelo Ebrard, diputado que llegó a la Cámara por el PVEM, pero que se ha declarado independiente, comenzó los cuestionamientos a Chuayffet, al que acusó de haber encabezado días atrás ``uno de los intentos más vergonzosos de la historia en contra de la Cámara, del orden constitucional y de las aspiraciones democráticas de los mexicanos''.
Y señaló que ``sin el menor recato buscó en los últimos días de agosto dividir a las oposiciones. Desde Bucareli se coordinó la intentona para doblegar a esta representación nacional, y para lograrlo no se reparó en nada, ni en la violación de las leyes ni en las graves consecuencias que habría tenido para nuestro
país la suspensión de la sesión de apertura del Congreso. Todo ello corrió con el liderazgo del responsable de la política interior''.
Terminó su intervención señalando que para Chuayffet ``la ley es un pretexto, una coartada para el poder, que no le importa el equilibrio entre los poderes de la Unión, sino su sometimiento al Ejecutivo. Para usted todo sigue igual. Usted es hoy, señor secretario, el jefe de la reacción en México''.
Como respuesta, Chuayffet dijo no aceptar ``en absoluto los juicios vertidos'', y sorprendió cuando dio a conocer que no daría respuesta alguna a Ebrard, porque ``en su intervención no se hizo pregunta alguna''.
Fue entonces cuando el secretario de Gobernación se ganó un prolongado aplauso que de pie le brindaron los priístas y todos los funcionarios de Gobernación, mientras en su curul Porfirio Muñoz Ledo hacía mofa: ``no deja de ser paradójico que el único aplauso se lo ha ganado Chuayffet cuando no ha dicho nada.''
Pero, como en esta ocasión la ``última palabra'' de la comparecencia la tuvieron los diputados, Ebrard recurrió a su derecho de réplica para dejar en mal de nuevo al funcionario. ``Simplemente, el que calla otorga'', dijo.
Y para rematar, Ebrard leyó un documento firmado inicialmente por 20 diputados de PRD, PAN, PT y PVEM, en el cual se pide un diálogo con el presidente Ernesto Zedillo, con el fin de restablecer la confianza perdida entre el Ejecutivo y el Legislativo.
``Los abajo firmantes, diputados y diputadas de la 57 Legislatura, comprometidos plenamente con el proceso de transición democrática y conscientes de que el actual momento político requiere necesariamente de una actitud respetuosa y constructiva en la relación entre el Poder Ejecutivo y la H. Cámara de Diputados, manifestamos a la opinión pública que el secretario de Gobernación no cuenta, a la luz de su actuación en los graves acontecimientos que precedieron a la apertura de sesiones, con la confianza política de los representantes populares, indispensable en estos momentos para dar lugar a una relación fructífera entre Ejecutivo y Legislativo''.
``Nos equivocamos con usted'': Sodi
Largo fue también el cuestionamiento del perredista Demetrio Sodi de la Tijera, quien dijo que en su Informe el presidente Zedillo ignoró varios de los graves problemas que enfrenta el país, entre ellos la caída del producto per cápita de la población en este sexenio, del consumo privado y la disminución de 27 por ciento del poder salarial en los dos últimos años. Dijo que la pobreza afecta ya a más de 22 millones de mexicanos y que se ha deteriorado drásticamente la calidad de educación, salud, nutrición, alimentación y vivienda.
Afirmó que en lo político Zedillo recibió un país atrasado y que en lugar de romper amarres con el pasado, se ha dedicado a obstaculizar una profunda transformación política, privilegiando su apoyo al partido oficial. Reseñó el incumplimiento de los 20 compromisos por la democracia y destacó que, salvo la reforma electoral que se impulsó para impedir el choque político, los compromisos del gobierno han quedado sólo en palabras en lo que se refiere a la reforma del Estado.
Enlistó enseguida una serie de asignaturas pendientes en las que el gobierno no ha querido dar una solución apegada al diálogo y la legalidad: el caso de la paz en Chiapas, el levantamiento armado del EPR, la matanza de Aguas Blancas, los asesinatos constantes de campesinos y miembros de la oposición, los acuerdos de San Andrés, entre otros.
Asimismo, criticó ``la cerrazón del gobierno'' para cumplir los acuerdos de San Andrés, ``el clima permanente de confrontación política en varios estados'', el apoyo incondicional a los gobernadores de Tabasco, Chiapas, Yucatán y Campeche, y denunció las decenas de asesinatos de periodistas, así como el uso del terrorismo fiscal contra medios informativos.
``Para el presidente Zedillo, la mayor parte de estos problemas no existen o no son importantes'', dijo Sodi, para dar paso de allí a una abierta crítica a la actuación del secretario de Gobernación.
``Nos equivocamos con usted'', le dijo Sodi, al recordar que por la forma como se había comportado Chuayffet al frente del IFE, las oposiciones albergaron esperanzas de que a su llegada a la Secretaría de Gobernación habría ``un aliado para el cambio democrático, para impulsar la transición política y para abrir espacios a la nueva pluralidad y a la nueva fuerza de la sociedad civil''.
Y agregó: ``Nos equivocamos, en lugar de aliarse con los grupos y fuerzas democráticos del país, se ha aliado con las fuerzas más antidemocráticas e intransigentes del sistema político mexicano. Usted ha dejado de ser confiable para los partidos de oposición y para las fuerzas democráticas nacionales''.
Chuayffet rechazó que el gobierno no tenga una política basada en tesis, y sostuvo que entre los grandes ejes del gobierno de Zedillo está la reforma electoral realizada, su política económica y su política social.
Sobre Campeche remitió a la existencia de un tribunal electoral para dirimir la controversia en la entidad, y sobre el caso de Yucatán le dio su respaldo a Víctor Cervera, sin hacer alusión ya ni a Tabasco ni a Aguas Blancas.
En su réplica, Sodi dijo que hay una gran diferencia entre las posiciones de la oposición y del gobierno, y sostuvo que hoy existe una Secretaría de Gobernación que no está actuando ante la realidad política del país.
No más iluminados en política: Rodríguez Pratts
Vino luego el panista Juan José Rodríguez Pratts, quien dijo que en la nueva realidad política que vive el país, esta actividad no debe ser ya ``exclusiva de iluminados que presumen que sólo ellos saben cómo hacerlo. La política no es juego de destreza, sino disciplina de honestidad'', dijo al demandar al gobierno un discurso que se corresponda con la realidad.
Luego reprochó a Chuayffet no haber impulsado la reforma del Estado, el federalismo y mantener apoyos a situaciones ilegales, ``de complicidad, condescendencia y contubernio, en casos como el fraude en Colima, Conasupo, Tabasco y Yucatán''.
Chuayffet a su vez lo acusó de ``maniqueo'' y dijo que en el discurso del Presidente hay reconocimiento a los compromisos que el Ejecutivo hizo cuando asumió su encargo, compromiso con la vigencia del estado de derecho en un país, reconoció, herido por la impunidad, y donde la excepción a la aplicación de la ley amenaza convertirse en regla y sostuvo que sí se ha dado impulso real al federalismo.
Rodríguez Pratts utilizó la réplica y con un ejemplo le hizo ver al funcionario lo lejanas que están sus palabras de la realidad al citarle que en el caso de Tabasco, hubo incluso un dictamen de consejeros federales constatando la ilegalidad en el proceso electoral, donde fue declarado ganador Roberto Madrazo. Y preguntó ``¿con base en qué norma jurídica Ernesto Zedillo fue a Tabasco a recetarnos que Madrazo gobernaría hasta el año 2000?''
13 meses de silencio en Chiapas: Ricardo Cantú.
La fracción del PT, en voz de Ricardo Cantú, le criticó a Chuayffet el silencio gubernamental de 13 meses sobre Chiapas, así como la afirmación de que la pasada reforma electoral fue definitiva, cuando aún existen elementos ausentes en los ordenamientos jurídicos electorales, para hacer de México una verdadera democracia.
Chuayffet hizo un relato de acciones administrativas relacionadas con Chiapas y sobre la reforma electoral explicó que el carácter de ``definitiva'' solo tiene que ver con el hecho de que sirviera para desterrar ``suspicacias y sospechas'' en la realización de comicios, y no porque se haya ``agotado la agenda''. De inmediato, aceptó que ``existen temas que todavía deben discutirse'' y que seguramente esto habrá de realizarse en el Congreso.
Nuevo capítulo de la relación entre poderes: PRI
La fracción del PRI se alineó y a través del diputado Enrique Ibarra, censuró las intervenciones de los legisladores de oposición, al tiempo en que hizo una defensa del secretario de Gobernación.
La defensa priísta que no tuvo, sin embargo, ni los tonos ni los elogios desmedidos que en otros años le han dedicado al titular de la política interior del país sus compañeros de partido. Incluso los aplausos de priístas a Chauyffet fueron de ``bajo perfil''.
Enrique Ibarra dijo que no debe regatearse el papel de Emilio Chauyffet en el proceso de la reforma electoral, y eso fue todo en relación al funcionario, pues de inmediato el discurso del priísta puso el énfasis en destacar la posición del PRI en la actual coyuntura política del país.
``Nadie puede argumentar reflejos autoritarios ni falta de compromiso del PRI con el cambio democrático de nuestro país. En congruencia con lo que ofertamos en nuestra plataforma electoral y lo que recogimos en nuestras intensas campanas políticas, los priístas estamos en esta Cámara para contribuir en la construcción de una democracia plena en lo político, lo social y lo cultural'', dijo.
Y concluyó: ``Y por ello resulta inadmisible, impropio y peligroso que esta Legislatura sea en lugar del debate, la reflexión, un espacio de concordia y de intercambio de puntos de vista, la implantación de la más rancia expresión del maniqueísmo en el cual unos pretenden encarnar el bien y las virtudes sobe el mal, la oscuridad y los vicios. Esta concepción nos llevaría a una colisión estéril de fuerzas aquí presentes''.
Elena Gallegos Ť Sesión en San Lázaro. El salón de plenos hierve. En la tribuna, Emilio Chuayffet es el blanco de las acusaciones. La embestida de la oposición no da treguas y pasa facturas: lo responsabiliza de los desaciertos del 30 y 31 de agosto que estuvieron a punto de llevar al país a una crisis constitucional. Destanteado, el priísmo hace una defensa débil. A lo mejor porque a esas mismas horas un boletín de Hacienda lo ha dejado sin cabeza.
Glosa del Informe en la que los temas políticos más espinosos se ponen sobre la mesa: Chiapas y la marcha de los zapatistas; el Tabascogate y la ``pactada renuncia'' de Roberto Madrazo abortada por ``la torpeza e inexperiencia de su antecesor'' (los seguidores de Esteban Moctezuma se sonrojan); los diez años de gobierno de Víctor Cervera Pacheco en Yucatán; el sindicato de gobernadores que --sostienen los opositores-- liderea Manuel Bartlett.
Todo está en la palestra. El secretario ofrece ``claridad'' en sus respuestas, pero en San Lázaro, este martes, no hay lugar para creer. En la polaridad, las posiciones son irreconciliables.
Pero el pasado reciente concentra las críticas más agrias: ``¡¿Queremos saber cuál fue su intervención en ese intento frustrado de mayoriteo sin mayoría?!'', preguntan primero. El secretario les dice que no, que nunca ha cometido acto alguno que vaya contra la autonomía y el honor del Legislativo. ``Queremos que el gobierno y la secretaría que usted preside estén a la altura del cambio político'', le exigen más tarde.
Día de glosa y de nuevas formas
Dos rondas de preguntas en las que el representante del Ejecutivo ya no tendrá nunca más, como antes, como siempre, la última palabra. Esa corresponde a los anfitriones, los legisladores que ahora pueden replicar al huésped en turno. A la postre sólo los dos diputados del PRI habrán de declinar a ese derecho.
Emilio Chuayffet llega a las 10 en punto a la escalinata principal de San Lázaro. Lo llevan al Salón de Protocolo mientras se reúne el quórum. Cosa nunca vista, a las 10 horas con 20 minutos ya había 439 diputados.
Afuera, cuatro autobuses, uno con el logotipo del PRI, despiertan curiosidades. Que si fueron usados para traer a los mismos diputados, que si ahí venía la gente que llena las galerías y aplaude a rabiar todas las intervenciones del secretario.
Fíjense --llama la atención el coordinador perredista Porfirio Muñoz Ledo, al tiempo que señala hacia arriba--, allá deben estar tres direcciones de Gobernación completas. Traen a sus empleados para que los ovacionen.
Viene la primera ronda de preguntas y los primeros reclamos a Chuayffet. Salvo el PAN, todos los oradores de la oposición aluden a la supuesta participación de Gobernación en la frustrada intentona de los priístas de desconocer la instalación hecha por las fracciones de oposición, la emisión de una ``convocatoria espuria'' y la amenaza de los senadores priístas de no presentarse a la sesión.
Chuayffet no pierde el aplomo al enfrentar la feroz crítica, pero nadie se deja convencer y hasta las carcajadas fluyen francas cuando les asegura que no ha hecho nada por favorecer a su partido, el PRI, sin dejar de reivindicar su militancia y la del presidente Zedillo. En síntesis, lo que el secretario afirma es que una cosa es una cosa y otra cosaÉ otra.
``Bucareli coordinó la intentona'' contra el Legislativo y ``usted es el jefe de la reacción en México'', afirma después Marcelo Ebrard. En las curules del tricolor, algunas voces se alzan: ¡Ya cállateÉ te lo dictó Manuel Camacho!, y en los pasillos el nombre del ex regente, ex canciller y ex comisionado para la paz comienza a repetirse. ``Le está cobrando aquellas correcciones ortográficas que le hizo'', sueltan los mismos priístas y menean divertidos la cabeza.
La acusación de Ebrard obtiene de Chuayffet un lacónico: ``¡sin aceptar en absoluto los juicios que se han vertido, no voy a formular respuesta porque no se hizo pregunta alguna!''.
``¡Oooolé! --avienta Angel Aceves Saucedo--, eso es lo que llaman un pase del desdén''. Pero Ebrard regresa y le dice que el que callaÉ otorga y lee entonces un escrito que firman una veintena de legisladores de todas las oposiciones ahí representadas. El voto de censura contra el secretario es expresado en tribuna.
Desdibujado, tibio, el priísmo apenas alcanza a reaccionar. Infructuosamente, Rafael Oceguera hace una moción de orden a la presidencia de la mesa, ocupada por su compañero de sector y de partido, Mario Quiroz, quien la desecha. No tiene eco. Ricardo Monreal le pide que ya no insista.
Más tarde y en voz del diputado Francisco Javier Loyo Ramos, el priísmo expresa su apoyo en quince palabras: ``Señor secretario Emilio Chuayffet, tiene usted la confianza de los diputados priístas de esta Legislatura''. La bancada del tricolor aplaude y se pone de pie hasta que lo hace Arturo Núñez. Quizás en la deslavada solidaridad que le brindan hay restos de resentimiento.
A esas alturas, el escrito de censura al secretario comienza a circular como pan caliente. Se van sumando nombres a la lista inicial. Y como la andanada de la oposición no da treguas, en los crípticos términos del lenguaje de los políticos, la comparecencia del secretario frente al pleno es definida así: su proyecto político sufrió un colapso.
Día de glosa del Informe presidencial. Para los ex priístas que suben a tribuna ya con otros colores, el bronx les ha preparado una hiriente bienvenida: ¡Traidores! ¡Oportunistas! ¡Recuerden su origen!, les llueven lo mismo a Juan José Rodríguez Pratts que a Ebrard o a Demetrio Sodi. Los aludidos aguantan la andanada. A Jorge Emilio González, el líder de la fracción ecologista, le restriegan su inexperiencia y cuando se dirige a la tribuna, le recetan un: ``nomás sin llorarÉ junior!''
Pese a las burlas, Sodi teje un discurso que pone alertas sobre los riesgos de que se caiga en la ingobernabilidad y en una crisis política. No le luce más porque el tiempo se lo come. Mientras habla, José Luis Lamadrid se hace bocina con las manos y avienta: ``Sodi, acuérdate de tu origen''.
Glosa del Informe. Candentes, se suceden los asuntos que durante cuatro horas serán recurrentes. A los cuestionamientos por los sobresaltos en la instalación del Congreso y Chiapas, habrán de seguir la inseguridad pública, la militarización de las policías, las violaciones a los derechos humanos, la avasalladora fuerza del narcotráfico.
Roque y los bienes del Estado
Y mientras en la tribuna se van agotando las preguntas y los temas, en el salón se intensifican las especulaciones en torno al sucesor de Humberto Roque Villanueva en el PRI. Un circunspecto Mariano Palacio Alcocer, quien por la tarde recibiría la adhesión de los sectores, permanece toda la sesión al lado de Arturo Núñez. Sólo dice: ``tiempos difíciles los que vivió Humberto''.
Fidel Herrera acude al sarcasmo cuando se le pregunta: ¿no es muy poco --la Aseguradora Hidalgo-- lo que le han dado al brother Roque? ``Es un reconocimiento a su capacidad y trayectoria'', contesta. Instantes después recapacita, vuelve sobre sus talones y aclara: ``que no se tome a mal, el puesto es importante ya que se trata de la compañía que asegura los bienes del Estado''.
En el receso, no se habla de otra cosa. Que si Labastida, que si Esteban todavía tiene vida, que siÉ Un tropel de fotógrafos que precede la salida de Chuayffet (habrá de descansar 15 minutos en el Salón de Protocolo) que va tirando todo a su paso, arranca de Núñez un juguetón: ``¡Ah, los paparazzi!''
Para las estadísticas: a San Lázaro llega un impresionante número de analistas, columnistas, observadores, y politólogos; el más entrevistado es Porfirio Muñoz Ledo, seguido muy de cerca por Arturo Núñez --``la tentación de los micrófonos es mucha y entre más grande el micrófono, peor'', confiesa el líder de los priístas--, cuya taquilla aumenta a partir de que se sabe del cambio en el PRI. Muchos reporteros se le arremolinan pasando casi por encima de Mariano Palacios. Despistados, no saben que el bueno es él.
Día de glosa. Pese al parco apoyo de sus correligionarios, Chuayffet trata de salir lo mejor librado posible. Aborda cada uno de los temas que le plantean. Lo mismo de los diez años de Cervera Pacheco que del EPR, al que cataloga ``definitivamente'' como una organización terrorista, entre los aplausos de su fracción y de las galerías.
Primera comparecencia frente al pleno en el Palacio de San Lázaro. Se expande que Muñoz Ledo ha propuesto en las reuniones de coordinadores que se saque a la prensa del salón. Cuentan, aseguran, que incluso ha llamado a los periodistas ``esa monserga''. Un grupo va y le reclama. El niega categórico que eso sea cierto: ``ustedes son mis amigos''. Molesto, trata de sonsacar: ``¿quién se los filtró? ¿o fue un priísta o fue un desleal?''
Frente a las cámaras y las grabadoras, Muñoz Ledo despide la sesión con las primicias de sus últimas ocurrencias: ``el mejor aplauso para el secretario, fue cuando no hablóÉ cuando no le respondió a Marcelo'', y adapta a la ocasión la frase que se hizo célebre en el sexto Informe de Carlos Salinas: ``ni nos vio, ni nos escuchó y tampoco nos contestó''.