Los programas oficiales, sólo buenas intenciones: Alberto Lozano, de Coparmex
Raúl Llanos Samaniego Ť La crisis económica en el Distrito Federal ``aún no termina'': las empresas medianas y pequeñas continúan sin flujo, sin solidez financiera, sin mercado, y la población de menores recursos espera todavía las bondades del repunte, aseveró el dirigente de la Coparmex en esta capital, Alberto Lozano, quien consideró que los programas oficiales para revertir la situación ``se han quedado en buenas intenciones'', ocasionando con ello que la ciudad sea incapaz de generar la demanda anual de empleos, que es de 250 mil.
En entrevista con La Jornada, el líder empresarial sostuvo que ante ese panorama se deben tomar medidas adecuadas para reactivar la planta productiva y el consumo en el Distrito Federal, ya que después de la debacle económica de 1994, 40 por ciento de las empresas de menor tamaño instaladas en la ciudad de México ``registraron daños serios, y varios de ellas desaparecieron'', dejando en su camino a mucha gente sin trabajo.
Al referirse a las expectativas empresariales con el próximo gobierno perredista, señaló que ``hay una completa confianza'' hacia la administración de Cuauhtémoc Cárdenas, porque ``antes que nada son mexicanos''.
--¿Existe algún temor de que se caiga en el populismo con el próximo jefe de gobierno del Distrito Federal? -- se le preguntó.
--El criterio que está siguiendo hasta ahora Cárdenas es de madurez. Estamos confiados en que así debe ser. Si no lo fuere, nuestra responsabilidad como representantes de los empresarios será el establecer diálogo y presión para que las medidas populistas no dañen la economía, pero estamos confiados en que no será así.
Las cifras del INEGI
De acuerdo con cifras recientes del INEGI, se asientan en el DF 318 mil 810 empresas de los sectores industrial, comercial y servicios. De ellas, 15.6 por ciento son microindustrias; 20.5 son pequeñas; 14.7 medianas, y 11.8 por ciento de mayor tamaño.
Alberto Lozano Alexanderson consideró que los avances económicos que se registran en esta capital han sido parciales, para beneficio de las grandes empresas, las cuales ``han tenido suficientes recursos y caminos para brincar el bache''; sin embargo, el grueso de la planta productiva, las entidades productivas de menor tamaño, ``aún no salen del bache''.
Comentó que otro factor que ha influido en esa situación es el excesivo reglamentismo. La autoridad, dijo, anuncia programas para desregular la actividad productiva y de 50 o 60 trámites quedan 7 u 8, ``pero esto es un poco en el papel, (ya que) en realidad aún no llega a concretarse''.
A manera de ejemplo, citó que se han quitado trámites, pero no a inspectores, y por tanto ``hay presión exagerada y molestia sobre las empresas; entonces, no se resuelve realmente el problema. En el papel sí, en la realidad, no... Cuando nos digan que hay 20, 50 o 70 por ciento menos de inspectores, entonces realmente se estará desregulando''.
Frente a esta situación, planteó que haya una desregulación sensata y que aunado a ello se exima durante dos años a las pequeñas empresas que nacen, a fin de que maduren y posteriormente cumplan con sus obligaciones legales de acuerdo con su tamaño y volumen de producción.
Inseguridad, principal error de Espinosa
Para el dirigente de la Coparmex-DF, el mayor freno hoy en día para las empresas capitalinas es la elevada inseguridad. De hecho, afirmó que la falta de solución a ese problema fue el principal error que cometió el gobierno de Oscar Espinosa Villarreal, porque ``se ha dejado ganar al hampa''.
Opinó que ante ese fenómeno --``el cual fomenta también la sociedad al comprar mercancías robadas''-- es necesario modificar el Código Penal para beneficiar, en primera instancia, al afectado por un delito, y hacer más severas las sanciones, porque hoy las penalidades ``son irrisorias''.
En relación con la actuación de las autoridades judiciales contra la delincuencia organizada, el dirigente afirmó que ``lo que la Coparmex del Distrito Federal pide es acción. Necesitamos realmente tener resultados eficaces, y si no los hay que haya cambios, los que sean necesarios''.
Por último, planteó que se cree en esta ciudad una policía especial, de inteligencia, que conozca la forma de actuar del hampa y se detenga a las verdaderas cabezas de las organizaciones delictivas y, de esa manera, se pueda abatir a la delincuencia