La Jornada 10 de septiembre de 1997

Tres detenidos por Jaguares, ejecutados

Alberto Nájar y Bertha Teresa Ramírez Ť Los cuerpos de tres jóvenes que fueron detenidos por integrantes del grupo Jaguares de la Secretaría de Seguridad Pública, aparecieron ayer con huellas de ejecución en un paraje de la delegación Tláhuac. Los asesinados eran vecinos de la colonia Doctores y fueron capturados junto con otras dos personas durante la balacera ocurrida la tarde del lunes.

Ese día, La Jornada obtuvo el testimonio de la esposa de uno de los desaparecidos, Daniel Colín Enciso, detenido por los Jaguares que se lo llevaron en una patrulla: ``Eran motociclistas de negro, eran policías, estoy segura. Se lo llevaron arrastrando a él; eran muchos''.

--¿Cuantos?

--No lo sé, no te puedo decir, eran muchos; le empezaron a pegar. Yo traté de auxiliarlo, pero me querían detener a mí y lo único que hice fue alejarme para que no me llevaran.

--¿Y su marido?

--No sé, se lo llevaron. Le dijeron que se iba a morir.

A medianoche la Procuraduría General de Justicia del Distrito Federal informó que los jóvenes recibieron 14 balazos en total. Dos de ellos tenían seis tiros en la cara y el tercero cuatro en el mismo lugar.

Uno de los occisos fue identificado como Juan Carlos Romero Peralta, de 17 años de edad. Los otros dos permanecían como desconocidos, pero podrían ser alguno de los reportados como desaparecidos: Miguel Angel Leal Alonso, Daniel Colín Enciso, Iván Mora, Carlos Alberto López Inés y Román Morales Acevedo. Este último inicialmente trascendió que fue presentado a rendir declaración ante la agencia 50 del MP, pero a la medianoche se confirmó que seguía sin conocerse su paradero. Vecinos afirmaron que fueron Jaguares los que detuvieron a los jóvenes.

Sin embargo, anoche el secretario de Seguridad Pública, Enrique Tomás Salgado Cordero, afirmó tajante que los elementos bajo su mando no tenían nada que ver con el triple homicidio, e incluso rechazó que se hubiera llevado a cabo algún operativo en la Doctores. Los policías que tomaron parte en los hechos, dijo, trataron de frustrar un asalto.

También la PGJDF se deslindó de los hechos. Jorge Peña Sandoval, director de Homicidios de la PGJDF, afirmó que los agentes judiciales no tomaron parte en la balacera del lunes e incluso dijo que ``no estábamos enterados de ningún operativo''.

A su vez, el director de la Policía Judicial, Luis Roberto Gutiérrez Flores, declaró que no se podía aún señalar a los presuntos responsables de los hechos.

Uno de los jóvenes ejecutados estaba encapuchado, y los otros dos tienen el rostro desfigurado con disparos de escopeta, además que recibieron tiros de pistola calibre 9 milímetros. El hallazgo se realizó a las 16 horas en una hondonada de 40 metros de profundidad ubicada en las minas de arena del paraje Tepecom, en la colonia Zapotitlán.

De hecho, la desaparición de los jóvenes se reportó desde la mañana de ayer y fue por la tarde cuando sus familiares recibieron el aviso de que los cuerpos se encontraban en Tláhuac. En sus declaraciones confirmaron que fueron Jaguares quienes efectuaron la captura.

Por la noche, decenas de vecinos de las colonias Doctores y Buenos Aires se concentraron en la explanada del sector central de la PGJDF para exigir el cese a las hostilidades y castigo a los elementos policiacos que --dijeron-- ejecutaron a los jóvenes.

Habrá mano dura: autoridades

Horas después del hallazgo, decenas de agentes judiciales se concentraron en las instalaciones de la PGJDF en Tláhuac, sitio hasta el que arribaron Gutiérrez Flores y el director de Homicidios, Peña Sandoval.

Durante toda la tarde y parte de la noche el hermetismo fue total, aunque la situación se puso en claro cuando empezaron a llegar los familiares de las víctimas.

Por la noche los funcionarios empezaron a deslindarse de los hechos. El general Salgado Cordero afirmó tajante que sus elementos no tuvieron nada que ver, aunque ofreció colaborar con la PGJDF para esclarecer los hechos.

Luis Roberto Gutiérrez, también general brigadier y director de la PJDF, dijo que no se podía determinar aún a los presuntos responsables, aunque no respondió a las imputaciones de que agentes judiciales podrían estar involucrados en los hechos. El director de Homicidios comentó por su parte que se recabaron datos de vecinos que presenciaron la balacera para elaborar retratos hablados de los policías que se llevaron a los ahora occisos. De hecho, 26 personas rindieron ayer su declaración en las instalaciones de la Procuraduría capitalina.

Hasta anoche no había detenidos, pero Peña Sandoval se mostró confiado en que ``pronto lograremos poner en claro este asunto''.

Hubo francotiradores

Por la mañana, el general Gutiérrez Flores había informado que la balacera del lunes se debió a un asalto frustrado por siete elementos del agrupamiento Fuerza de Tarea, los Zorros, quienes incluso recibieron disparos de francotiradores apostados en las azoteas de las casas. No hay detenidos por estos hechos porque ``todos se metieron a sus casas''.

Los policías viajaban en un microbús que transitaba por la zona y de acuerdo con el militar al percatarse de los hechos dos zorros --que estaban armados-- bajaron para auxiliar a la víctima. Sin embargo, indicó, ``los recibieron a balazos'', tanto delincuentes como vecinos de la calle Doctor Andrade, quienes dispararon incluso desde las azoteas.

Una muestra es el automóvil Ford Crown Victoria donde perdió la vida un joven de entre 20 y 23 años de edad, el cual recibió dos disparos en el pecho. El vehículo tiene impactos de bala en las portezuelas y en el techo, señal ``de que recibió los disparos desde una altura, las azoteas''.

El occiso era vecino de la Buenos Aires y hasta ayer se analizaba si pertenecía o no a alguna banda de la zona, o si tuvo participación en los hechos. Por lo pronto, el director de la PJDF reconoció que durante el incidente ``estaba escuchando música''.

Los dos zorros que desde un principio trataron de prestar ayuda fueron baleados; uno de ellos recibió un tiro en la frente y murió minutos más tarde, mientras que su compañero permanece herido de gravedad. Solamente ellos estaban armados, aunque todos regresaban a su base.

La balacera se generalizó porque ``cuando están asaltando se dan la voz de alarma y pues mucha gente de ahí mismo apoya a los delincuentes''. Incluso los presuntos ladrones que dispararon a los policías ``son delincuentes que operan en esa zona, específicamente en la calle Doctor Andrade''.

El director de la Policía Judicial reconoció que no hay detenidos ``por la sencilla razón de que todos se meten a su casa'' inmediatamente después de los hechos. Capturarlos, dijo, es difícil, pues las vecindades donde se refugian están conectadas entre sí y facilitan la huida de los delincuentes.

Según el funcionario en esa zona ``existen dos tipos de sociedad, una honesta como en cualquier otro lado, pero también hay quienes viven de la delincuencia; no en una forma directa, pero sí los protegen''. Por esta causa los operativos y el incremento de la vigilancia policiaca no son suficientes.